sábado, 4 de febrero de 2017

Retropost #1350 (4 de febrero de 2007): El clítoris: enjuta o albanega

mirrordown

(Domingo 4 de febrero de 2007)


"Enjuta" o "albanega" es, en arquitectura, el espacio triangular que queda entre los arcos; entiendo que "albanega" se aplica al que queda entre arcos semicirculares colocados en fila, y "enjuta" a los espacios triangulares inclinados que quedan entre una bóveda semiesférica y el encuadre cuadrangular de los arcos que la soportan.

Bien, la traducción inglesa es "spandrel", y es el término usado por Stephen Jay Gould para denominar a los elementos estructurales no buscados en sí, pero que surgen como consecuencia colateral de una determinada opción estructural. De la arquitectura lo traslada a la morfología de los seres vivos, como analogía o explicación. Spandrel, "enjuta", es un término central en su teoría de la evolución, y viene a moderar o restringir las explicaciones adaptacionistas de la Nueva Síntesis darwinista, que minusvaloravan el papel de los planes constructivos heredados, y trataban de explicar toda la evolución mediante la selección natural y los desarrollos adaptativos al medio.

La importancia que tienen estas "enjutas" es que abundan en la arquitectura de los organismos vivos, y muchas veces reciben un uso colateral para el cual ni fueron "diseñados" por la selección natural, ni conlleva ese uso actual que surgiesen por adaptación para él.

Un ejemplo que pone Gould es el de los pezones masculinos. No tienen ninguna función adaptativa, sino que son una herencia estructural. Estructuralmente, es más económico (o al menos ha sido así de hecho en la historia de los mamíferos) construir los dos sexos sobre la base de una similaridad básica, en lugar de diferenciarlos a un nivel más básico. Y los machos tienen pezones ("tetillas", vamos) no porque los necesiten, sino porque son necesarios en las hembras.

El clítoris: lo mismo, otra enjuta, esta vez en sentido inverso. Resultado de un proceso selectivo-adaptativo será el pene en los machos, pero el clítoris en las hembras es resultado colateral de un plan constructivo, no de la selección natural. Es el elemento correspondiente constructivamente al pene, pero sin las funciones selectivas-adaptativas para la reproducción de aquél. Aunque Gould tampoco descarta que tenga algún papel adaptativo indirecto en la reproducción, y, por supuesto, tiene un papel en el comportamiento sexual, pero éste no es sólo reproductivo.

Se me ocurre que a algunos/as les podrá parecer esta teoría machista, como casi todo lo que vayan a decir los hombres sobre el clítoris (Freud, pongamos). Pero eso habría que argumentarlo en términos biológico-evolutivos.

Cuando una enjuta pasa a desarrollar una función colateral para la que no fue desarrollada, habla Gould de exaptación en lugar de adaptación, otro concepto básico del paradigma que propone. Si no podemos distinguir una exaptación de una adaptación, sería más propio, dice, hablar de aptación.

Al margen del valor y utilidad que estos conceptos tienen en biología y teoría de la evolución, parece claro que contribuyen a desarrollar la dimensión narratológica de estas disciplinas, y la consciencia de que narramos la función y origen de un órgano desde un determinado punto de vista, que además puede variar con nuevos descubrimientos. Para que una estructura sea interpretada como una exaptación, necesitamos conocer no sólo su función, sino su origen como adaptación (para otro fin) o como enjuta. Necesitamos contraponer distintas interpretaciones de la misma estructura—casi distintas teorías de la evolución. Gould desarrolla así una teoría de la evolución mucho más consciente de su dimensión metateórica y narratológica: en su propia teoría y en las de los demás que analiza y comenta en su libro The Structure of Evolutionary Theory. Es una de las cosas que lo convierten para mí en un pensador fascinante.

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