miércoles, 28 de diciembre de 2016

Retropost #1288 (28 de diciembre de 2006): Strange Commotion in the Brain



Nos dicen los neurólogos que las estructuras sintácticas de Shakespeare, combinadas con su flexibilidad léxica para combinar palabras, es todo un reto para el cerebro. Hay picos de actividad neurológica medibles cuando el lector procesa una típica expresión shakespeariana, como por ejemplo "deep-brained sonnets". También me interesa especialmente la relación que tiene este asunto con la retrospección. Al parecer, las frases con creaciones léxico-imagísticas shakespeareanas se entienden de golpe en su sentido global (al igual que leemos sin diifclutad y de golpe plaabras con las letras desrodenadas), pero la atención exige volver atrás y reprocesar la construcción sintáctica de la frase para acomodar el nuevo uso gramatical que se ha creado para esa raíz. Eso contribuye sin duda a fijar la expresión en la atención, y al impacto que tiene el lenguaje shakespeareano... para quien de entrada no considera estas imágenes, como diría Addison, "too violent a labour for the Brain".
Hawks, John. "Shakespeare on the Brain." In John Hawks Anthropology Weblog 19 Dec. 2006.

"Reading Shakespeare Has Dramatic Effect on Human Brain." Science Blog

Las estructuras creativas y reflexivas de Shakespeare tienen un efecto  sobre la actividad cerebral y la consciencia. Bueno, nos vamos acercando a una demostración científica de esa noción tan romántica defendida hoy por Harold Bloom: que Shakespeare ha contribuido en gran medida a la invención de la humanidad: que ha ayudado a hacernos lo que somos. Y que eso nos hace cada vez más capaces de apreciarlo en su justa medida.







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