Gell-Mann: Consciencia, reducción y emergencia
Publicado en Evolución. com. José Ángel García Landa
Acabo de leerme el texto de una charla que dio Murray Gell-Mann en
Zaragoza hace unos años, intentando ponerme al día (de 1999) en
cuestiones complejas: "Consciousness, Reduction, and Emergence" (en Cajal and Consciousness, ed. Pedro C. Marijuán [Annals of the New York Academy of Sciences, 929], Nueva York, 2001; 41-49).
El abstract, traduzco, dice así:
A
menudo se considera que la consciencia requiere un tipo de explicación
especial. Pero los diversos aspectos de la consciencia de sí pueden
emerger, presumiblemente, cuando se alcanzan en un organismo
determinados niveles de complejidad: no es necesario suponer mecanismos
adicionales ni causas ocultas. Contemplando el nivel más fundamental, el
de la física de partículas elementales, aparecen tres principios: el
ajuste de la naturaleza a sus propias reglas, la aplicabilidad del
criterio de simplicidad, y la utilidad de ciertas partes de las
matemáticas para la descripción de la realidad física—los cuales son de
por sí propiedades emergentes de las leyes fundamentales de la física.
En los sucesivos niveles, es la existencia de descripciones matemáticas
similares de problemas similares la que hace que el paso siguiente surja
con simplicidad y elegancia. Así, una vez de establece adecuadamente el
concepto de emergencia, se quita un peso enorme a la mente
investigadora. El círculo completo de la explicación puede cerrarse
examinando la capacidad de la mente humana para descifrar las leyes de
la naturaleza. Todas las demás ciencias emergen en principio de la
física fundamental más los accidentes históricos, aunque la "reducción"
sea, en tanto que estrategia, claramente inadecuada. Aunque se están
construyendo puentes o escaleras que conecten las diversas ciencias,
cada ciencia necesita estudiarse también a su propio nivel. Aunque la
idea de "fuerzas vitales" en biología ajenas a la física y a la química
ha desaparecido en gran medida, la consciencia sigue siendo el último
refugio de los oscurantistas. Por fin, se arguye que las supuestas
"rarezas" de la mecánica cuántica se basan en un malentendido y es
improbable que vayan a tener un papel en una reflexión sobre la
consciencia. (41).
O sea que
Gell-Mann no participa de esa opinión de Aute, según la cual "el
misterio se encuentra detrás". En cuanto a mí, yo no creo que se
encuentre "detrás" ningún misterio: detrás no hay nada, pero ese estado
de cosas sí me parece un misterio de por sí.
La
idea de la reducción vendría a ser la manera actual de mantener vigente
el viejo sueño de los positivistas y naturalistas consistente en
reducir la psicología humana a biología, la biología a química, la
química a física y la física a matemáticas. Zola decía que una vez se
lograse esta reducción, "un determinismo similar gobernará las piedras
del camino y la mente del hombre" (lo
cual no deja de traer a la cabeza aquello de que "una piedra del camino /
me enseñó que mi destino / era rodar y rodar"... el pensamiento tampoco
puede tomar asiento). Lo del determinismo está hoy más crudo,
sin embargo, porque según enfatiza Gell-Mann, no hay manera de eliminar
en la reducción los accidentes, y el mundo es un gigantesco sistema e
historia de accidentes. No es que el autor de El quark y el jaguar esté en contra de la reducción, claro. Sí está en contra de reducciones simplistas, que se dejen la complejidad por el camino.
"Si
la reducción se describe adecuadamente, sin embargo, no hay nada
erróneo en ella excepto que necesita complementarse con otros enfoques,
en particular con el concepto de emergencia" (42).
Una descripción adecuada de la complejidad, del camino del quark al jaguar (y más allá: al Jaguar, o al "haguar you") necesita del concepto de emergencia y propiedades emergentes. (Para cuyo estudio encontré yo muy interesante el pensamiento de G. H. Mead).
Los accidentes (me parece)
son emergentes. Surgen a un determinado nivel de descripción. Por
tanto, aunque los principios generales se reduzcan a los simples, los
accidentes no se van a reducir nunca al nivel previo de descripción. (Con lo cual la reducción se queda en una reducción teórica). Las leyes son probabilísticas, con lo cual no determinan la historia del universo excepto dentro de un margen de probabilidad.
"Todo
en el universo es atribuible en principio a alguna combinación de una
contribución de las leyes fundamentales y una contribución de accidentes
históricos. Puesto que se cree que las leyes son simples, deberíamos
atribuir la mayor parte de la complejidad de la historia del universo al
resultado de accidentes". (42).
De la simplicidad (física fundamental) a la complejidad (la biología, por ejemplo).
Química = física más circunstancias especiales (así, en el centro del
sol no hay química). Y así la geología es química más circunstancias
especiales, y la biología emerge de la física y química y geología más
los accidentes históricos de la vida y la evolución. "Pueden construirse
puentes o escaleras que conecten la biología con la química y la
física, pero, además, tratar los fenómenos biológicos al nivel de la
biología es tan importante como no tratar los terremotos en términos de
quarks. Vemos cómo usar este concepto de emergencia nos libra de
controversias estúpidas y estériles sobre los méritos del
’reduccionismo’." (42).
Y
así la consciencia surge espontáneamente al nivel adecuado de
complejidad: en el ser humano, o por qué no, en una máquina compleja.
Caracterizando a la consciencia. Tratando
las estructuras de la percepción llegaremos a correlacionar los
estímulos sensoriales con las experiencias subjetivas correspondientes.
Aunque eso no explique por qué vemos el rojo rojo y el verde verde, cosa
que al parecer es un pseudoproblema para Gell-Mann (yo no creo que lo sea, pseudo, digo).
Sobre
los niveles de autoconsciecia: por ejemplo, la autoimagen en el espejo.
Un chimpancé se reconoce en el espejo, un gorila no. Cuestión de
niveles. "Una propiedad de la mente relacionada con ésta, algo más
avanzada, es saber que otros de la misma especie tienen los mismos tipos
de necesidades, reacciones, pensamientos, etc., que uno mismo" (43). (Y de aquí ya se pasa de una teoría de la consciencia a una teoría moral, supongo).
Aspectos prominentes de la consciencia humana: la atención consciente, a
diversos niveles; la capacidad de simbolizar ("la capacidad de discutir
no sólo cosas ausentes, sino incluso cosas que sólo son imaginadas y no
existen necesariamente"), y de allí
"la
capacidad de la mente humana de descifrar las leyes de la naturaleza,
al menos en una secuencia de aproximaciones. Aquí se cierra el círculo.
Las leyes de la naturaleza, junto con circunstancias locales que
dependen de accidentes históricos, permiten la evolución de organismos
relativamente inteligentes, autoconscientes hasta cierto punto. Son
sistemas adaptativos complejos que, tras muchos miles de años de
evolución cultural, consiguen lograr un grado considerable de
comprensión del mundo que los rodea, usando los métodos de la ciencia, y
descubriendo las leyes de la naturaleza." (44).
(Este camino de la materia a la autoconsciencia y la reflexividad no deja de recordar a la Fenomenología del Espíritu de Hegel en algunos aspectos. Por qué no sería evolucionista emergentista, este Hegel).
Autosemejanza en la descripción física de la naturaleza. La
física de las partículas elementales y el camino hacia una "teoría de
todo", la teoría de las supercuerdas, ahora integrada en la Teoría M,
una teoría cuya estructura se va descubriendo, no inventando. Ya
demostraron John Schwarz y Joël Scherk que predice la teoría de la
relatividad de Einstein, y a la vez la reconcilia con la mecánica
cuántica. (45). La denominación de "teoría de todo", sin embargo, está
mal empleada, "porque para describir ’todo’ necesitamos además no sólo
el estado inicial del universo (que podría ser determinado por la teoría
unificada) sino también los resultados de todos los accidentes" (45). (Y aquí podríamos recordar aquello aristotélico de que no hay ciencia de los accidentes...).
Son
importantes las soluciones matemáticas elegantes y sencillas, como las
teorías de Yang-Mills que dieron una formulación abstracta a las
ecuaciones de Maxwell, antes de que se concibiese una aplicación
práctica para esas teorías (aplicación práctica que surgió cuando hubo
que describir a los quarks y los gluones).
También
por simplicidad se ha logrado describir matemáticamente una serie de
fuerzas: la gravedad, la electricidad, el magnetismo, dando lugar a la
síntesis electromagnética de Maxwell, que incluyó la teoría de luz;
luego esa descripción del electromagnetismo se ha integrado con la
mecánica cuántica para dar lugar a la electrodinámica cuántica. Y de
ahí, vía las teorías de Yang-Mills, al modelo estándar actual,
"que describe tan bien las fuerzas fuerte, electromagnética, y débil.
En
cada paso, es la existencia de soluciones matemáticas similares a
problemas relacionados en la ciencia la que hace que el siguiente paso
aparezca de modo simple y elegante" (45).
La
notación matemática concreta es humana y cultural, pero las leyes que
describe son universales y serían descubribles y expresables en otra
notación por otros seres que fuesen inteligentes, según Gell-Mann.
La emergencia y las leyes de la física. Tres
principios, pues: el ajuste de la naturaleza a sus propias reglas, la
viabilidad del criterio de simplicidad, y de las descripciones
matemáticas: los tres derivan de la ley subyacente de las partículas
elementales y sus interacciones. "No es necesario presuponer estos tres
principios como postulados metafísicos separados. Antes bien, son
propiedades emergentes de las leyes fundamentales de la física" (46).
El concepto de emergencia nos permite tratar a los problemas a su nivel adecuado de descripción:
"La
vida puede perfectamente emerger de las leyes de la física más
accidentes, y la mente de la neurobiología. No es necesario presuponer
mecanismos adicionales ni causas ocultas. Una vez se tiene en cuenta la
emergencia, se quita un peso enorme a la mente indagadora. No
necesitamos nada adicional para obtener algo adicional.
Aunque la ’reducción’ de un nivel de organización a otro previo—más
circunstancias específicas surgidas de accidentes históricos—es en
principio posible, no es de por sí una estrategia adecuada para
comprender el mundo. A cada nivel, según se dijo antes, emergen nuevas
regularidades que deberían estudiarse en sus propios términos. Aparecen
fenómenos nuevos que deberían apreciarse y valorarse en su propio
nivel." (46).
Así
, la química surgiendo de la física en condiciones especiales, o el
surgimiento de la inteligencia, dadas las leyes generales de la biología
más los accidentes específicos de la evolución de los homínidos. Los
valores humanos (estéticos, éticos, etc.) son fenómenos emergentes, y
eso no tiene por qué devaluarlos. (47).
Sobre las interpretaciones de la mecánica cuántica. Gell-Mann,
James Hartle y otros pretenden demistificar la interpretación de la
mecánica cuántica, pues consideran a la interpretación de Copenhague
inadecuada. En especial en cosmología, al introducir la noción de un
observador para dar cuenta de fenómenos en los cuales es absurda la idea
misma de la existencia de un observador. (Parece haber un poquito de hindsight bias,
por tanto, en la interpretación dominante de la física cuántica, a
juicio de Gell-Mann, aunque él no emplea esta terminología
narratológica).
Gell-Mann
propone estudiar historias alternativas del universo. Ante la
imposibilidad de escribir una historia detallada del universo que
incluya la trayectoria de cada partícula (y que no introduzca cuestiones
de cálculo de probabilidades), se escriben historias "de grano gordo",
que hacen abstracción de múltiples variables, teniendo en cuenta sólo
las que interesa medir. El resultado es que estas historias "de grano
gordo", poco detalladas, dan lugar a un "jardín de senderos que se
bifurcan" (y cita aquí a Borges), un árbol de historias posibles con
distintas probabilidades. "La teoría sitúa a la historia que de hecho
tiene lugar junto con una gama gigantesca de historias alternativas
posibles que no suceden, al menos en nuestro universo" (47). (¿Existirá
una conjunción de la narratología de Bremond con esta teoría de los
mundos posibles a nivel cuántico? Creo que Gell-Mann recomendaría
mantener a cada cual en su nivel de emergencia adecuado).
Para
Gell-Mann, las versiones portentosas que rodean a la física cuántica
("the collapse of the wave-function", etc.) son una especie de
pseudo-problema, una manera errónea de describir lo que pasa postulando
observadores innecesarios; así el gato de Schrödinger, resultado de
mezclar abstracciones matemáticas con situaciones de observación
supuestamente reales. Ese portentoso gato es un ejemplo matemático, y en
modo alguno un gato real, pues éste tiene que estar muerto o vivo en un
momento dado; y para cada caso concreto calculado, lo estará con una
probabilidad determinada una vez se tenga en cuenta un número suficiente
de variables. (Es decir, una
auténtica teoría de la complejidad no hablará de gatos en términos
matemáticos, sino de gatos en términos biológicos. No conviene confundir
una especie de gatos con la otra).
La no-localidad y la rareza cuántica. Del
mismo modo, los famosos casos de partículas que "se comunican" a
distancia, etc.—son resultados de una manera de hablar, de una manera de
juntar en un problema matemático dos situaciones que no se pueden dar
de hecho simultáneamente en la vida real. Las diversas situaciones de
medida para cada uno de esos fenómenos supuestamente relacionados son
situaciones que están en universos distintos, (es
decir... son efectos de discurso creados por la naturaleza de los
ejemplos matemáticos, diría yo. Ver también estos artículos de la
Wikipedia sobre consistent histories y quantum decoherence).
No hay rarezas ni misterios en la mecánica cuántica para Gell-Mann. (Tampoco veo aquí ni rastro de los microtúbulos cuánticos de Penrose, por cierto. ¿Acaso serán esos tubitos algo así como un intento de definir al jaguar como una masa de quarks en movimiento?). En cuanto a la cualidad específica del color rojo... es para Gell-Mann un pseudoproblema, un red herring.
No hay rarezas ni misterios en la mecánica cuántica para Gell-Mann. (Tampoco veo aquí ni rastro de los microtúbulos cuánticos de Penrose, por cierto. ¿Acaso serán esos tubitos algo así como un intento de definir al jaguar como una masa de quarks en movimiento?). En cuanto a la cualidad específica del color rojo... es para Gell-Mann un pseudoproblema, un red herring.
("Rojo"
no es un concepto matemático, es cierto... Pero, a su nivel adecuado,
sigue siendo un problema dar cuenta del rojo, o encontrar el tono
adecuado de rojo. Como Aute, creo que el pensamiento no puede tomar
asiento; y tampoco tomará asiento en la Teoría M. Aunque sí consuela
saber que hasta los sabios de Copenhague y padres de la mecánica
cuántica pueden entender mal, a juicio de Gell-Mann, el alcance de sus
ejemplos y la significación correcta de sus mediciones).
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