Casino Royale
Publicado en Cine. com. José Ángel García Landa
No es un remake de Casino Royale la película, sino una adaptación de Casino Royale la novela. Y se ve muy bien, a pesar de lo larga, con ciertos fallos de ritmo al final, cuando parece que ha acabado el argumento, sólo para volver a complicarse cuando la chica Bond resulta ser (cómo no) traicionera. Y mientras, los ingredientes de costumbre, lujosos hoteles y mansiones de magnates del crimen, tecnología punta o futurista (ya ni se sabe), violencia a mansalva, persecuciones espectaculares, intrigas detrás de intrigas.
Destaca una secuencia inicial de persecución estilo parkour
por una ciudad africana, y destacan por lo bajo las secuencias de
partidas de póker excesivamente largas... pero claro, estamos en Casino Royale.
Los caballeros con esmoquin juegan partidas interminables y se tratan
con cortesía exquisita y glacial en el salón público del hotel, pero
cuando se levantan de la mesa a hacer un descanso, y se meten en la
trastienda—pues toma brutalidad, espadazos, karate a las costillas,
despeñamientos por las escaleras, tiros a quemarropa—hasta que vuelve a
empezar la partida y todos se vuelven a sentar en un ambiente de
aparente normalidad, tras haberse cambiado a toda prisa la camisa
empapada de sangre; con los moretones y cortes en la cara no sé qué
hacen.
Esta
es la manera propia que tienen las películas de Bond de acercarse
críticamente a la realidad: la cortesía y lujo del Occidente
internacional de terminal de aeropuerto y gran hotel, parecen decirnos,
no son sino el barniz superficial que cubre la realidad de las cosas,
los contactos inconfesables entre los poderosos y el crimen organizado,
las guerras industriales y la manipulación de las inversiones
(capitalismo viril); el caballero bien trajeado no es sino una fiera
inhumana que lucha a muerte y sin piedad en las bambalinas de la
realidad oficial, en un argumento que el espectador no acierta a
entender bien (¿Estará M a sueldo de alguien? ¿Quién pondría la mano en
el fuego?). La confusión argumental y las trampas detrás de trampas
vienen a decirnos que estamos indefensos en el mundo, que no nos
enteramos, que los resortes del poder están siempre más allá, que lo que
percibimos como el orden mundial, o el orden público, o el orden de la
comunicación, no es sino una apariencia cuya auténtica cara gentes más
expertas y puestas y duras que nosotros (el propio Bond) tampoco
alcanzan a desentrañar plenamente. Un mundo en el que los poderosos y
admirados, las gentes de mundo, los ricos y sus bellas, son
invariablemente canallas de la peor especie. Vestidos de Dior y tratando
con soltura al servicio; eso sí.
Algunas
cosas no me han gustado. Este Bond es un poco pipiolo (el personaje
digo, no el actor, que está genial). Acaba de obtener su licencia para
matar y la usa con demasiada ligereza para el gusto de Mm. M. Ésta echa
de menos la guerra fría, y claro, no puede presuponerse que Bond conoce
aquellos años, estamos empezando de nuevo sin ninguna referencia al
pasado del personaje como agente secreto. (Algo que se requiere
periódicamente, claro, en el caso de personajes clásicos como
superhéroes etc.: la historia avanza y los va descolgando y dejando en
un eterno presente imposible). Este Bond, como digo, parece que tenga un
pasado, de acomplejado social, según la chica: la dureza de ambos
resulta ser una máscara y al final se la quitan en parte, él más que
ella, para revelar un corazon tierno y amador y deseoso de cambiar... pues no, hombre, que
esto no me gusta; James Bond ni tiene que tener pasado, ni
sentimientos; tiene que ser frío, superficial, imperturbable, imposible,
una pura máscara sin nada debajo. ¿Bond enamorado, y con la hombría
dañada? Anda ya.
Me
quedo con esa visión de un mundo de apariencias, charadas, traiciones,
falsedades y máscaras detrás de máscaras. Pero sin autenticidad debajo,
por favor, que la autenticidad aquí queda falsa, y lo falsea todo. Los
sentimientos son para fingirlos... las chicas.
Casino Royale. Dir.
Martin Campbell. Written by Paul Haggis, Neal Purvis and Robert Wade.
Based on the novel by Ian Fleming. Cast: Daniel Craig, Eva Green, Mads
Mikkelsen, Judi Dench, Jeffrey Wright, Giancarlo Giannini, Caterina
Murino, Simon Abkarian, Isaac De Bankolé, Jesper Christensen, Ivana
Milicevic, Tobias Menzies, Claudio Santamaria. Metro Goldwyn Mayer /
Columbia / Eon / Danjaq / Babelsberg / Stillking / United Artists, 2006.
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