Publicado en Universidad. com. José Ángel García Landa
Me quedo pasmado leyendo una resolución tomada este verano por el Consejo de Gobierno de la Universidad de Zaragoza, sobre el reconocimiento de grupos de investigación. Según los Estatutos de la Universidad, ésta "podrá reconocer grupos de investigación a petición de los interesados, de acuerdo con los criterios elaborados por la Comisión de Investigación y aprobados por el Consejo de Gobierno". Bien, pues estos órganos se despacharon bien pronto su tarea veraniega, porque el Consejo de Gobierno aprobó por unanimidad "reconocer como grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza a los grupos de investigación reconocidos por el Gobierno de Aragón en los que participen miembros de la comunidad universitaria" (Acuerdo de 6 de julio de 2006. BOUZ 08-06).
Entiéndase bien: sólo se reconoce a éstos, los reconocidos por el Gobierno de Aragón, y a ninguno más.
Aquí está la lista de grupos resultante.
Bien, o sea que la Universidad de Zaragoza, centro crucial de la investigación en Aragón, no tiene criterios propios para determinar grupos de investigación, y se remite a los del gobierno. Vale, esto puede tener su lógica, reconocer a los que reconoce el gobierno que la financia, pero... ¿no tener criterio propio suplementario? ¿No es excesiva supeditación de la investigación universitaria a los criterios gubernamentales? ¿No existe un pequeño espacio en el que los fines investigadores de la Universidad se desligan de los del gobierno? Aunque sólo sea por eso de la autonomía universitaria. Bueno, pues no. Pero claro, podríamos pensar que se está evitando trabajo inútil, repetición, papeleo. Si los criterios del gobierno son buenos, y universitarios, y por qué no habrían de serlo, no es preciso que la Universidad repita el trabajo. Buena sintonía, etc. OK.
Peeeroo.... Resulta que a mí los criterios del gobierno no me parecen buenos. Será por mi experiencia personal quizá. En 2003 recibí esta respuesta cuando, ateniéndome a una convocatoria del Gobierno de Aragón para el reconocimiento de grupos de investigación (esos que ahora hace suyos la Universidad), solicité con otros profesores, siendo yo el investigador principal, el reconocimiento de un grupo "emergente" según la clasificación que hacían. (Traducción: emergente quiere decir que se dan por enterados de que existes, pero no te dan ninguna ayuda financiera). Se nos negó el reconocimiento, o sea, la existencia a coste cero para el gobierno, por criterios que no pueden calificarse sino como cerriles, ignorantes... y casi como una parodia malintencionada del momento político que vivimos en España. Cito literalmente el texto de la respuesta a la solicitud:
"Mediante Orden de 8 de Octubre de 2002, del Departamento de Educación y Ciencia, se convocaron las ayudas [JE!] destinadas a Unidades Operativas de Investigación de la Comunidad Autónoma de Aragón. En desarrollo de la citada Orden, la Comisión de evaluación de expertos, reunida en Zaragoza durante los días 14 y 15 de noviembre, realizó el primer reconocimiento tentativo.
A la vista de los resultados de dicha evaluación, y de conformidad con lo establecido en las bases de la convocatoria, le comunico lo siguiente:
Primero.- Denegar la adscripción de su grupo a la tipología EMERGENTE. De acuerdo con las mencionadas bases, la presente convocatoria está dirigida a unidades grupos de investigación de la Comunidad Autónoma de Aragón. En su caso, dos de los miembros propuestos pertenecen a la UNED y la U. de Navarra, respectivamente, y no pueden ser considerados como investigadores del grupo. Debido a ello su grupo no puede ser reconocido como emergente al no alcanzar el mínimo de 4 miembros establecido. En su caso, dos de los miembros propuestos son estudiantes de últimos cursos que no pueden ser considerados como investigadores
lo que pongo en su conocimiento a los efectos de comunicación de la resolución de la citada convocatoria, teniendo un plazo de 7 días para, en us caso, efectuar las alegaciones que estime oportunas.
Atentamente,
El Director General de Enseñanza Superior,
Manuel López Pérez
([Sello:] Gobierno de Aragón, Departamento de Educación y Ciencia, 17 MAR. 2003, SALIDA nº 49597)"
He de reconocer que no presenté alegaciones (con lo cual igual hasta se presupone que estoy de acuerdo con la resolución). Acababan de suspenderme una manipulada oposición de cátedras y estaba hasta las cejas escribiendo recursos y alegaciones a "eso" (—escritos que quedaron todos sin respuesta por parte del rector Pétriz: silencio administrativo, que todo lo cura; buena solución a alegaciones, recursos, y denuncias).
El criterio, es, como digo, cerril y tribal. No se reconoce a un equipo de investigación como tal porque de los cinco investigadores dos son de centros de otras comunidades autónomas. Suponiendo que la UNED sea de otra comunidad, claro, detalle en el que sin duda no cayó el Director pero que tiene su chiste. En cuanto a lo de "estudiantes"... por supuesto los investigadores a que se alude eran licenciados y profesores de Universidad. No funcionarios, es cierto, y estaban a punto de leer la tesis doctoral, cosa que pronto hicieron con la máxima calificación—pero naturalmente tenían sus publicaciones y su línea de investigación, y por otra parte la convocatoria no decía nada de eso. Lo de "estudiantes de últimos cursos" es sencillamente una falsedad. Simplemente, quien hiciese este informe pasó a presuponer que sólo los Doctores tienen suficiencia investigadora, cosa que es falsa no sólo en términos reales sino también en el mundo especial de los términos administrativos.
Aquí hay una convocatoria más reciente en la que se aprecia la misma nebulosidad en cuanto al origen/adscripción territorial de los investigadores aceptables como tales: nos dice que "Son beneficiarios de esta convocatoria todos los investigadores que realicen su labor en los centros de investigación radicados en la Comunidad Autónoma de Aragón, adecuadamente agrupados".
O sea, que hay que agruparse con ARAGONESES. Un críterio político-autonómico-cerruzo donde los haya, un criterio de cachirulo a rosca y hago un corralillo. Comprensible, quizá, en el horizonte de unos políticos locales que tienen que venderse a sí mismos como aragoneses y promotores de lo aragonés por encima de todo lo demás. Pero esa idea de LOCALidad está reñida de entrada con la idea de UNIVERSidad. Y sin embargo la "Universidad" hace suyos estos criterios que supeditan a la política local la libertad política y administrativa necesaria para la investigación de calidad. De calidad real, no de calidad certificada por los políticos y sus chupatintas. Pero si los investigadores les dicen a los políticos y los chupatintas que les pongan ellos el criterio, porque los propios investigadores no lo tienen... apaga y vámonos.
Por otra parte, se viene dando a los grupos de investigación una importancia desmedida. Con esto me refiero a la investigación en lo que ahora se llama "Arte y Humanidades"; entiendo que los investigadores de otras áreas sí aceptan la lógica de la investigación en grupo. Y, por supuesto, se puede investigar en grupo en Arte y Humanidades, pero también se puede investigar individualmente, y de hecho es lo que se hace. En muchos casos, la investigación en estos "grupos" no es sino la suma de las líneas de investigación desarrolladas individualmente por sus miembros, y el grupo se constituye mayormente con vistas a facilitar administrativamente la adqusición de recursos y ayudas oficiales que no se ofrecerían a los miembros por separado. Creo que esto es bastante obvio y no resulta sorprendente para nadie que conozca la manera de trabajar en Arte y Humanidades. Una manera que sin embargo se va transformando (no siempre positivamente) bajo la presión de la lógica competitiva de los grupos.
El grupo no aporta sólo recursos. También aporta una dinámica de grupo, y ésta no siempre es totalmente beneficiosa. Sí tiene aspectos beneficiosos que no voy a negar ni tampoco entrar a discutir (la unión hace la fuerza, suplir deficiencias individuales, espíritu de colaboración, criterios objetivables, aprender de los demás, emulación, espíritu de equipo, etc etc.). En cuanto a las negativas, los grupos de investigación tienden a resucitar la vieja lógica de las cátedras feudales de antaño. No siempre se constituyen los grupos en un mundo angélico de lógica investigadora y coincidencia de objetivos. En su constitución entran elementos de personalidad y de conflictividad laboral; los grupos se constituyen así pues para potenciar la carrera de unas personas (las del grupo) por encima de otras (las que no pertencen al grupo). Un grupo se convierte en un departamento en un partido político, con las consabidas lealtades incondicionales, liderazgos sacrosantos, fotos en las que no sale el que se mueve, y en suma, renuncia o seria moderación de la independencia y espíritu crítico que tan de desear son en la investigación en humanidades. Y este aspecto pernicioso del funcionamiento del grupo se extiende, por supuesto, a todo el entorno que rodea al grupo, una vez se acepta que la única manera de hacer carrera y obtener reconocimiento, recursos, etc., es a través de un grupo (o sea, con la bendición y protección de un Jefe).
Encuentro cuestionables, pues, muchos aspectos de los grupos de investigación tal y como veo que funcionan de hecho (insisto y repito: estoy hablando de mi experiencia en las Humanidades). Pero más cuestionable encuentro aún que la propia institución universitaria contradiga sus propios principios al convertir en un fin o un requisito imprescindible lo que sólo es un medio: el trabajo en grupo.
Según los Estatutos de nuestra Universidad, "La Universidad desarrollará la investigación a través de su profesorado y de grupos de investigación reconocidos; ésta se llevará a cabo principalmente en departamentos e institutos universitarios de investigación" (Art. 118). OK, muy bien, también muy bien que se fomente la formación de grupos y redes en las que participen los investigadores (119.1). Se especifica que los grupos trabajan coordinados en líneas de investigación concretas y desarrollan una actividad investigadora de calidad contrastada, y también que los responsables (no todos los investigadores, señor López Pérez) habrán de tener el grado de Doctor. (Art. 119). Luego dicen los Estatutos eso de que establecerán criterios (jeje) para el reconocimiento de grupos (Art. 119.3), y a continuación lo que sigue:
"4. La adjudicación por la Universidad de recursos para investigación irá ligada al reconocimiento de los grupos, sin menoscabo a la libre investigación individual. La pertenencia a grupos no podrá ser requisito absoluto o excluyente de adjudicación de recursos para la investigación o de becas, salvo que se establezca en la correspondiente convocatoria nacional o internacional" (Art. 119.2)
Si leo bien, esto quiere decir que en las convocatorias propias de la Universidad de Zaragoza es ANTIESTATUTARIO el establecer como criterio excluyente la pertenencia a grupos de investigación. No es que esta Universidad destine mucho dinero a programas de investigación, pero eso sí, sus convocatorias propias vulneran sistemáticamente los estatutos en este punto, al ser la pertenencia a grupos requisito previo y no haber programas de apoyo a los proyectos de investigación individuales. Pero esto al parecer no llama la atención a nadie.
En mi departamento (Filología Inglesa y Alemana) la lógica de los grupos de investigación se ha extendido a la implantación de nuevas enseñanzas. Los grupos financiados se apoderan de las enseñanzas de postgrado y utilizan el criterio de pertenencia a un grupo para excluir a quienes no forman parte de él, pretendiendo convertir la pertenencia a un grupo en criterio determinante para que un profesor pueda ejercer docencia en segundo ciclo o dirigir tesis doctorales. Lo cual me parece no sólo antiestatutario, sino contrario a la lógica misma de la Universidad y el significado mismo de la titulación de Doctor. Con todos los equipos votando prietas las filas, naturalmente.
La pertenencia a un equipo con un proyecto financiado en curso viene considerándose meritoria en sí misma, independientemente de los resultados del proyecto (que están por venir); ahora quiere convertirse la integración en un equipo en requisito excluyente para la acreditación, algo que ofende a la sequentia temporum. ¿Quousque tandem? Ni se sabe. Hasta ahora, esta lógica ilógica no ha hecho sino ir a más. Cabe esperar, pues, que siga, y siga. Así pues, quien no tenga equipo, o Protector, o grupo de ayuda mutua, que se lo busque rápido. Y que sean todos de la tribu, "adecuadamente agrupados".
(Envío esta nota al Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza).
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