martes, 26 de abril de 2016

Retropost #881 (26 de abril de 2016): Last words that last


Me acabo de comprar un libro de Laura Manzanera, Al pie de la sepultura (Edhasa, 2006), con frases últimas famosas de 500 ídems/os. Para estilazo en la despedida, no sé si me quede con Marlene Dietrich, que le dijo a un cura cuando lo vio aparecer al lado de su lecho de muerte: "Qué quiere que hable con Vd. Tengo una cita inmediata con su jefe" -- o la de Heinrich Heine, "Dios me perdonará. Es su oficio". Tampoco está mal la de Maquiavelo, "Yo quiero ir al infierno, no al cielo, donde sólo podré encontrar mendigos, monjes y apóstoles. En el infierno estaré rodeado de papas, príncipes y reyes".

Mmm. Qué pena que aunque uno pueda redactar su propio epitafio, no pueda redactar por anticipado sus últimas palabras. Parece requerirse un cierto talento para la improvisación. Estas serían buenas, me las podéis atribuir, en un futuro lejano espero: "No se me ocurre nada memorable que decir", o "Tengo mis últimas palabras en la punta de la lengua", o "Mis últimas palabras serán mis últimas palabras". O "He esperado hasta el final para deciros lo siguiente". O "¿Qué hacemos mientras? ¿Cambiamos el testamento?"

O bien... "No voy a hacer declaraciones por el momento". O "no os olvidéis del epitafio que tengo redactado",  "Carpe mortem", o "Imposible resumirlo todo en una frase".

O "me reservaré mi opinión", o "No pienso decir mis últimas palabras: soy una tumba" o "momento mori". "Aún estoy vivo", si no, "pero no terminaré esta ora-"

Me quedo con... "Seguid sin mí".




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