martes, 12 de abril de 2016

Retropost #833 (29 de marzo de 2006): Ian McEwan - Atonement


Acabo de leerme esta novela de Ian McEwan, Expiación (2001; Vintage, 2002). Va sobre una pequeña adolescente, Briony Tallis, que por una mezcla de incomprensión y precocidad y un poquito de mala fe lanza una acusación errónea de violación. Pertenece a una familia rica, viven en una casa de campo inglesa a finales de los años 30. La niña sorprende el cortejo de su hermana Cecilia con Robbie Turner, el hijo de la sirvienta, con palabras y gestos y posturas para ella obscenas e incomprensibles; la misma noche sorprende a su prima quinceañera en posición comprometida con "alguien" en la oscuridad del jardín, y ambas encuentran conveniente o convincente acusar de violación a aquel joven que se salía del tiesto social. En realidad no había violación, sino sexo precoz de la prima Lolita con un visitante de mejor clase. Pero toda la familia ayuda a Briony a confundirse o a mentir, y a la cárcel que va Robbie Turner; la familia le había pagado los estudios y ahora casi están aliviados por su supuesta "traición". La hermana de Briony, Cecilia, no: ella no duda de su enamorado recién descubierto, y rompe con su familia. Se vuelve enfermera, y espera pacientemente a que Robbie Turner salga de la cárcel. Consigue verlo un momento antes de ser reclutado para el ejército, y sigue esperando mientras Robbie es destinado a Francia, a la espera de la invasión alemana. Morirá en la retirada de Dunkerque.

Briony era escritora aficionada; el día de autos quería hacer actuar a sus primos en una obra teatral de niña repipi que había escrito. Años después, con las dudas, con la guerra, con la muerte de su hermana Cecilia y la de Robbie Turner sin haberse podido reunir de nuevo, Briony reflexiona, se reconcome, escribe narraciones psicológicas con mala conciencia, va convirtiéndose en escritora de éxito. Briony, al madurar, se da cuenta de su error y de lo irremediable que tiene el pasado, la manera en que sus acciones dieron un giro trágico a las vidas de su familia, de su hermana y su novio, y a la suya propia. Su prima, mientras, se ha casado con el rico "violador", y Briony no puede ni siquiera contar la verdad en un libro.

Y se dedica a escribir la auténtica historia de lo que sucedió, pero la mezcla con su expiación, en la forma de ficciones en las que imagina a su hermana y a Robbie reunidos tras grandes penalidades. Si la primera parte está ambientada en la casa de campo, y en las cabezas de Briony, Cecilia, su madre, y Robbie, la segunda parte cuenta la desastrosa retirada de Dunkerque en 1940, desde el punto de vista de Robbie. Un ejercicio de recreación psicológica, de estilo magistral, que el lector confunde con una ficción realista escrita por Ian McEwan. Pero en realidad tanto esta parte como la primera (y la tercera también) han sido escritas por Briony, en un ejercicio de distanciamiento y a la vez de implicación, reconstruyendo lo que sucedió, tal como lo debieron vivir otros. Y lo que no sucedió: su reunión con Robbie y Briony, la manera en que les pidió perdón y tomó las medidas legales necesarias para deshacer formalmente su acusación... Muchas versiones va escribiendo, a lo largo de los años, y lo que leemos creyendo en un principio como el "mundo ontológico de base" de la novela no es en realidad sino una ficción expiatoria, o quizá autoexculpatoria, escrita por uno de los personajes. La ficción es magistral, en su tratamiento de los puntos de vista, y casi vertiginosa cuando descubrimos por sorpresa que estábamos en realidad a un segundo nivel de ficcionalidad, que la realidad de esta novela flojea. La última versión que leemos escrita por Briony está fechada en Londres, en 1999; es supuestamente una narración factual que esperará a la muerte de los implicados para ser publicada... pero va seguida por un último capítulo que nos lleva hasta el "ahora" de la autora, "Now it is five in the morning and I am still at the writing desk" (369); allí nos habla de otras versiones, del elemento de ficción y de los posibles cambios que introducirá en otras posteriores (incluyendo este postfacio, por ejemplo).

McEwan, y su narradora-autora, son conscientes de la manera retroactiva en que imaginamos nuestro pasado. Este se ha vuelto indistinguible de su reelaboración por ficciones y narraciones posteriores:

She also knew that whatever actually happened drew its significance from her published work and would not have been remembered without it. (41)
Al final de la novela ya no podemos, por tanto, fijar una auténtica versión de lo que sucede, ni podemos trazar límites entre expiación y autoexculpación. No puede al menos autoexculparse mediante la escritura, en la que la realidad y la ficción se mezclan de maneras imprevisibles, casi inanalizables:
The problem these fifty-nine years has been this: how can a novelist achieve atonement when, with her absolute power of deciding outcomes, she is also God? There is no one, no entity or higher form she can appeal to, or be reconciled with, or that can forgive her. There is nothing outside her. In her imagination hse has set the limits and the terms. No atonement for God, or novelists, even if they are atheists. It was always an impossible task, and that was precisely the point. The attempt was all. (371)
En sus versiones va estudiando Briony una manera creíble en que podía haberse resuelto la situación, una versión aceptable y realista de cómo podrían haberla perdonado Cecilia y Robbie. Pero no se atreve a darse la absolución a sí misma, pues sabe lo deshonesto de estas maniobras imaginativas: por mucho que le tienten y dé vueltas a su alrededor. El realismo es una forma de ilusión, y la ficción narrativa es siempre una fantasía de autogratificación... aun la que cuenta errores trágicos.


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