miércoles, 16 de marzo de 2016

Retropost #747 (4 de febrero de 2006): Walk the Line


Me gusta Johnny Cash, cantando, y sus camisas negras, pero qué cruz ir de gira con él, o casarse con él... Los traumas hipermasculinos de sus canciones los vivía mal que bien en la vida, más una buena dosis de pastillamen, combinación nada recomendable, sobre todo si se riega con bebercio. Geniales están tanto Joaquim Phoenix como June Carter, oops, Reese Witherspoon. La estructura, como bien se ha dicho por ahí, es básicamente la misma que la película de Taylor Hackford sobre Ray Charles, con trauma de infancia por la muerte del hermano, éxito de masas a la vez que desintegración personal, adulterios y broncas familiares adheridas a ellos, drogas y viaje al infierno, recuperación y regeneración. Esta vez no tras una aparición sobrenatural benéfica, como en Ray, sino gracias a la amistad primero y amor después de June Carter: es una película sobre segundas oportunidades, pues, y nos deja al final a Cash instalado no sólo en una buena cantidad de cash, sino también en un matrimonio feliz en lo personal y en lo profesional. Happy end, pues, aunque uno duda que las viriles crisis de Cash se terminasen allí, justo cuando entraba en la edad apta para las mejores crisis, I wonder whether he really did toe the line...

(Bueno, sobre la traducción en la cuerda floja... flojo de cuerda está el traductor).

El tema social de la película es más dudoso que en Ray. Allí iba la cosa del racismo, claro, y se potenciaba mucho lo más bien poco que pudo tener de emblema el frívolo Charles. Aquí la violencia interna más o menos reprimida de Cash se expresa en sus canciones de solidaridad con los presos, canciones que enfatizan su sentimiento de amargura y frustración pero a veces parecen también tener una poco recomendable apología del crimen, de la vida violenta en sí o más específicamente de la violencia contra las mujeres, tíos duros. Puede ser muy cristiano irles a cantar, pero alimentarles el ego y autojustificarlos pues ya no sé. Así queda bien retratado, eso sí, lo que se trasluce en las canciones de Cash, una mezcla de tendencias destructivas y carencia de control con una pasión de perro fiel hacia la mujer de tu vida... vamos, lumpencanciones que explican por qué el country éste se considera canción bastante barriobajera y de la América profunda. América profunda de la que venía Cash sin duda, aunque luego se nos lo muestra bastante más montado en el dólar, como su nombre indica, y más tipo drogota años sesenta que tanguero a la norteamericana. Menuda rivalidad con el padre, por cierto; llevaba a cuestas toda la frustración, incomunicación y desprecio que absorbió de él en la infancia, y si creció Johnny fue sobre todo en tamaño... En suma, una película muy visible, y un tipo poco recomendable. Me encantan sus canciones, sin embargo; just around the corner there’s heartache... esa la canto yo mucho.





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