miércoles, 30 de marzo de 2016

Origen chamánico del drama japonés


La referencia más antigua al origen de un género dramático en la literatura japonesa que he encontrado está en una nota de W. G. Aston a su traducción del Nihongi, una crónica del año 720 escrita en chino—nota referida a las Sarume y las Miko. Las Sarume [literalmente, "ojo de mono"] eran una especie de sibilas, mujeres chamán o médiums cuya impersonación de los dioses puede considerarse uno de los orígenes rituales del drama, anclado en la religión como sucedería entre los griegos y luego en la Edad Media. Se observará tanto una conexión con "el animal divino" al que alude Gustavo Bueno (la cabra entre los griegos, y en este caso el mono) como con los ritos agrícolas y estacionales. Se reconoce también la capacidad de oír "voces" en la cabeza como uno de los atributos de los elegidos—quizá esas voces de los dioses a las que se refiere Julian Jaynes en su tesis sobre el origen de la consciencia moderna y el silencio de los oráculos. El texto del Nihongi narra cómo una mujer divina, Ame no Uzume, es elegida por su belleza y enviada a interrogar a un dios; lo reconoce, y le sorprende desnudando sus pechos. Se convertirá en la antepasada de las Sarume.


"Las Sarume", explica Aston, "eran en principio mujeres que representaban danzas cómicas (sarumahi o "danzas de mono") en honor a los dioses. Se las menciona junto con las Nakatomi e Imbe tomando parte en la fiesta de los primeros frutos y otras ceremonias sintoístas. Estas danzas fueron el origen de las representaciones de Kagura y de Nô. Otra función de las Sarume es la indicada en el papel que desempeña Uzume no Mikoto cuando los dioses tientan a la Diosa del Sol a salir de su cueva de rocas. Allí se dice que tuvo inspiración divina. Esta inspiración divina siempre ha sido común en Japón. La persona inspirada cae en un trance, o estado hipnótico, en el que habla asumiendo la persona de algún dios. Esas personas se conocen actualmente como Miko, definidas por Hepburn como "una mujer que, bailando en una Miya, pretende estar en comunicación con los dioses y los espíritus de los muertos", es decir una médium. También hay médiums ambulantes, como en Inglaterra, mujeres de baja categoría que supuestamente comunican mensajes de amigos o parientes muertos."


(Nihongi: Chronicles of Japan from the Earliest Times to A.D. 697. Trans. from the original Chinese and Japanese by W. G. Aston. (Transactions and Proceedings of The Japan Society, London, supplement 1). Vol. 1. London: Printed por Kegan Paul, Trench, Trübner & Co, 1896. Online at Internet Archive:
    https://archive.org/details/nihongichronicl00astogoog )


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