El año pasado ya colgué este viejo crisma .
Este año celebramos las navidades en familia nuclear, o post-nuclear, encerrados en el refugio por el frío que pela. Sin movimiento ni visitas hasta la fecha, y la calle entre domingo y Navidad, lo dicho, como si hubiese caído una bomba de neutrones. Nos llegan felicitaciones de navidad, es curioso lo de las felicitaciones, normalmente no son ni de la gente más cercana ni de la que más se acuerda de tí, aunque algo sí, supongo... son de la gente que manda felicitaciones de navidad, es un resultado de la especialización de los medios. Yo también mando algunos, aunque de algunas personas me acuerdo mucho y no les escribo. También está el género crisma virtual, o la "llamada de navidad", y (aunque de esos no tengo ninguno) el sms de navidad. Y las visitas de navidad, cuando se tercian... De todos estos géneros, tengo algunos favoritos: el "recuerdo de navidad" que uno se envía a sí mismo, como en el "Cuento de Navidad" de Nabokov -- o la felicitación de navidad encerrada en una botella.
Walked out this morning, don’t believe what I saw
Hundred billion bottles washed up on the shore.
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