Ahora que está tan de moda la "calidad" al menos como etiqueta, no estaría de más que fuese acompañada de una opción de opinar sobre ella. Por eso, y en vista de que el Rincón de Opinión, supuesto foro público de la web de la Universidad de Zaragoza, ni sabe ni contesta ni funciona, le he enviado este mensaje a los responsables de gestión del programa de calidad de la Universidad:
La Universidad esbozó un medio de intercambio y difusión de opiniones muy loable, a través del Rincón de Opinión. Pero éste no funciona; no se ha puesto en marcha, y la institución sigue trabajando de espaldas a los nuevos medios de comunicación, cuando no acallándolos activamente. Sería deseable en una universidad de calidad, y que se presenta como universidad pública, un mínimo de apertura a la opinión pública ya no digo de la Sociedad, sino de los profesores y estudiantes que la constituyen. La calidad no habría de temer a la opinión libre. O, de lo contrario, debería suprimirse de la página Web de la universidad el simulacro de foro de opinión que figura en ella desde hace cerca de un año.
Un saludo muy cordial,
JOSE ANGEL GARCIA LANDA
Facultad de Filosofía y Letras
Supongo que cuando se abra el foro, si se abre, será con censura previa:
http://garciala.blogia.com/2005/062301-doctores-tutelados.php
según anunciaron en el programa de intenciones de uso de la red este verano.
Y hablando de transparencia, está muy bien la circular que nos ha enviado hoy el Director del Departamento, comunicándonos que se está diseñando un máster interdepartamental de Traducción (será éste por fin el nombre que tendrá), e invitando al profesorado del Departamento que esté interesado en el mismo a aportar sugerencias sobre su posible participación.
Muy al contrario del procedimiento seguido para el máster de "Estudios Ingleses" (http://garciala.blogia.com/2005/110702-mastering-english.php) que, aunque aspira a ser el máster oficial del Departamento, se ha cocido en secreto en el seno de un grupo cerrado y sin mucha opción a la participación del profesorado del Departamento. En cualquier caso, ninguna de estas iniciativas emana del Consejo de Departamento, que hasta la fecha sigue sin haber discutido nunca sobre la planificación de sus estudios de postgrado. Aunque yo he solicitado diversas veces, en actas y por escrito, que se haga, la dirección actual, y la anterior, y la anterior, se han negado sistemáticamente a llevar el tema a Consejo de Departamento. Con lo cual lo que llegará será unos programas elaborados a su aire por grupos previamente avisados, y que el Departamento se tendrá que tragar de una pieza, si quiere tener estudios de postgrado, cuando se plantee por primera vez hablar del tema con todos los plazos a punto de finalizar. La labor de las Direcciones departamentales, en lugar de dirigir o abrir el proceso, ha sido impedir que se trate la estructura de los estudios en el órgano responsable de organizarla.
Tampoco es casual que la Comisión de Planes de Estudio de nuestro departamento,
(http://garciala.blogia.com/2005/032201-la-comision-fantasma.php)
que había venido ocupándose en los 90 de las reformas de primer y segundo ciclo, no se haya reunido para esto desde hace muchos años. La Presidenta de la misma ya está preparando su máster por otro lado, sin embargo, en un grupo de trabajo que no es una comisión departamental y que no ha sido elegido por el Consejo. Sin contar con que esta comisión de planes de estudio no se ha reelegido en más de diez años, contravininendo toda la normativa del departamento al respecto. Por suerte nos anuncia el Director que ahora sí, por fin, queda disuelta (¿huh?) y que se va a reelegir. Cuando ya le hayan hecho todo el trabajo, me temo. Yo dimití de ella ya cuando me harté de pedir que se renovara. Y una cosa: yo no quiero diseñar ningún plan de estudios, es un rollo patatero. Pero sí quiero que quien lo diseñe sea una comisión representativa, y no un grupo de avispados voluntarios que intentan evitar que se elija esa comisión.
Y todo esto en una universidad pública, con órganos colegiados elegidos democráticamente, etc. Como si a alguien le fuera algo en que no haya opción a que los funcionarios y demás personal público hablen de los asuntos de su incumbencia y responsabilidad. Al menos no donde se oiga mucho. Pero lo peor lo peor – es que a la inmensa mayoría de tales funcionarios, todo esto les parece tan normal.
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