En Apostillas, a post il y a sobre la mise en abyme, la estructura reflexiva encastrada en una representación, imagen o narración. Le post-pongo este comentario:
¡Vaya,
Magda, también en este tema coincidimos! A mí siempre me ha fascinado
la mise en abyme que dicen Gide, Genette y Dällenbach. Y una cosa muy
bonita es cómo es un fenómeno que tiene toda una gama de
manifestaciones, desde la reproducción literal y paradójica del cuadro
dentro del cuadro, o del relato dentro del propio relato, hasta
variantes más alusivas, indirectas, parciales... Después de todo, se
trata de establecer una correspondencia reflexiva entre una parte de
una obra y el todo, y esa correspondencia puede ser más o menos
directa. Normalmente entendemos por mise en abyme una estructura
pensada por el autor, pero creo que en muchos casos también son los
lectores los que detectan, o establecen, una analogía entre la parte y
el todo - entre un episodio, escena o elemento, y la obra completa.
Podíamos llamarla "mise en abyme bricolée" por añadir una categoría a
las de Dällenbach....ya sabes, si te gusta, do it yourself!
Se me ocurren algunos casos fronterizos, por ejemplo, en "Olalla" de Stevenson: el poema que encuentra el narrador en el escritorio de Olalla, o la escena del primer encuentro entre Olalla y el narrador. Son episodios que reflejan la estructura global del relato. Siempre parcialmente, claro: una representación, por muy en abismo que esté, siempre selecciona, subraya... Quizá los casos más interesantes sean precisamente esos en los que no podemos decidir si somos nosotros o si es el autor quien está estableciendo la relación reflexiva.
Veo que un poquito en esta línea iba un papel (ahora pantalla) que escribí en 1991, "Algunos elementos metaficcionales".
—oOo—
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