miércoles, 6 de enero de 2016

Retropost #512 (20 de septiembre de 2005): Rincón de Opinión: CCU


Hoy envío este texto al Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza:

¿REPRESENTA EL CONSEJO DE COORDINACION UNIVERSITARIA A LAS UNIVERSIDADES?

Durante este verano, el Consejo de Coordinación Universitaria (CCU) ha presentado una propuesta de mapa de titulaciones de grado que introduce un recorte escandaloso en las titulaciones de humanidades, un recorte que ha causado la estupefacción y el clamor de las áreas afectadas (en la medida en que la Universidad es capaz de estupefacción y clamor). Elegiré un ejemplo que me atañe: se elimina la titulación de Filología Inglesa, la más demandada de las titulaciones de Filología y la que mejores perspectivas de inserción laboral ofrece a sus titulados. Ello se hace con la explícita manifestación en contra de los representantes de esta área de más de cuarenta universidades que imparten dicha titulación, y en contra de la propuesta de título de grado arbitrada conjuntamente por estos departamentos a través de su principal asociación profesional, AEDEAN. Algo parecido sucede con Historia del Arte y otras titulaciones. La subcomisión de Humanidades que ha elaborado estas propuestas de titulación tiene una representación desmesurada de políticos no universitarios y de delegados de las Universidades privadas. Esto es tanto más grave cuanto que las subcomisiones del CCU han actuado como si de grupos de expertos en las correspondientes áreas de conocimiento se tratara, cuando es obvio que están en el Consejo en tanto que políticos electos (Rectores) o designados por las Comunidades Autónomas. No están allí en tanto que especialistas en las diversas áreas de conocimiento. Y no se ha establecido ninguna vía para que la universidad oiga a los especialistas en sus propias áreas de conocimiento en ningún momento de este proceso.

Supuestamente, la Universidad ya ha hablado. Ha presentado, a través del CCU, "su" mapa de titulaciones. Ahora el proceso seguirá abierto en otras comisiones ministeriales. Pero, ¿ha hablado la Universidad, o ha callado de forma vergonzosa? No me refiero a los departamentos que sí hayan expresado su opinión favorable o desfavorable sobre la reforma. Me refiero a las vías de representación que tiene la Universidad en el CCU. Se ha pedido a las Universidades allí representadas que elaboren una propuesta de mapa de titulaciones. Ahora bien, pregunto. ¿Se ha transmitido esa petición a los responsables de diseñar las enseñanzas en la propia universidad, es decir, los departamentos y los centros? ¿O, por el contrario, ha actuado el Rector (los Rectores) como "experto", arrogándose un papel que en absoluto le conceden las leyes de Universidades ni los Estatutos de esta ni, creo, de ninguna Universidad? ¿Puede el Rector representar a la Universidad diseñando sus enseñanzas, o debería, por el contrario, transmitir en tanto que representante, las decisiones de los órganos colegiados de su universidad que sí son responsables de organizar las enseñanzas? No es de sorprenderse que los Rectores en ningún momento hayan cuestionado el trabajo de las subcomisiones, y que las propuestas de éstas haya pasado directamente de las musas al teatro, con un visto bueno de oficio que supone una auténtica mofa de lo que debería ser una representación universitaria en un órgano colegiado.

Se está haciendo una reforma de la Universidad, pero sin la Universidad. Lo que se quiere hacer pasar por la propuesta de las Universidades españolas es un mero paripé, un proceso tergiversado desde el principio y controlado, sin duda, por oportunos telefonazos. Lo más escandaloso es que la Universidad no se escandalice, y que dé por bueno, normal, natural y, quien sabe, hasta democrático, un proceso que es la triste parodia de lo que pasa por ser.

A la Universidad de Zaragoza, como a todas las demás, se le ha pedido que elabore un mapa de titulaciones. El Rector no está en el Consejo de Coordinación Universitaria en tanto que ciudadano particular, sino en tanto que representante de una Universidad. ¿Ha discutido la Universidad semejante mapa de titulaciones? ¿Ha sido siquiera consciente de que "participaba" en el proceso? ¿Ha hecho saber su opinión sobre el mismo a su representante, o ha elaborado una propuesta sobre las titulaciones? ¿Ha opinado sobre el trabajo de las subcomisiones? En caso contrario, ¿en qué se ha basado la actuación del representante de nuestra Universidad – y la de todos los demás representantes?

Me temo que son preguntas que se contestan por sí solas.




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