A Ivo le gustan mucho los modelitos a escala de edificios para la promoción de urbanizaciones, sobre todo si tienen figuritas y coches. Hoy hemos descubierto uno en el que aparece él, talmente, cruzando un paso de peatones de la mano de una oronda señora, y le ha entusiasmado verse a través del cristal, miniaturizado:
- Papá, ¿cómo saben que exixto?
Pregunta muy razonable; pero lo hemos oído mal, y hemos pensado que Ivo decía "cómo sabes que exixto", y que ya filosofaba. Álvaro ha contraatacado con una hipótesis extraída de las Meditaciones Metafísicas-cum-Manual de Forestales Juveniles al uso de su generación, a saber, la Guía para la Vida de Bart Simpson:
- Es cierto, ¿cómo podemos estar seguros de que no estamos soñando todo esto, y que en realidad no somos un cerebro en un frasco de algún científico loco?
En efecto, Álvaro, nunca descartes esa posibilidad. A René le asaltó la duda del Genio Maligno siendo uno de los cerebros privilegiados de Europa —su razonamiento subsiguiente refutándolo se quedó un poco cojito, porque poniendo a Dios en el lugar del genio maligno no solucionamos gran cosa. En mi generación se pasaba esta crisis existencial cuando se te juntaban la adolescencia, el estudio de la metafísica, y la desconfianza hacia la Divinidad. Y ahora ya les llega a los niños la problemática trascendentalmente reducida o condensada a través de los Simpson, en forma de parodia de cine serie B. Yo me quedo con la duda de si el ver su propio cloncillo en miniatura le ha inducido a Ivo una meditación transcendental, y le vuelvo a preguntar:
- Oye, Ivo, ¿cómo sabes que existes?
- ¡Es cierto! ¿Por qué ahí exixtía?
Está visto que nuestra sustancia existente la construimos sobre la base de las imágenes que nos representan - (Aquí René Descartes, George Berkeley, Oscar Wilde, Jacques Lacan, Miguel Bosé y Bart Simpson, cantando en sexteto a capella:) "La vida es sólo fantasía...."
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