Traducción libre, no llegar a cumplir los plazos. Esto es algo que hacemos al parecer muchos, al menos el 90 por ciento de los contributors a nuestro libro sobre "la narratividad" - todos menos un alemán y un nórdico, que parecen los más formales y atentos a sus estereotipos culturales (aunque hay otros alemanes implicados, no obstante). Aunque mi capítulo, titulado "Narrating Narrating", ya está hecho, debería repasarlo, cosa que no he hecho, y aún ando más retrasado en mis labores de editor. Ahora que me las prometía muy felices, ya con todas las actas entregadas casi, y todos los papeles de la universidad apartados de enmedio, naturalmente asoma la cabeza todo el trabajo que he estado postponiendo durante el curso. Menos mal que los universitarios tenemos unas largas vacaciones para pasárnoslas currando. En lo que nos gusta, claro – es que nos encanta currar en lo que nos encanta currar. Pero cuando andas running behind schedule, traducción libre perdiendo el culo, la cosa puede perder parte de su encanto. Es una experiencia ambivalente, esa de trabajar tumbado en una playa; o la de intentar relajarte pensando en todas las cosas que deberías estar haciendo, o irte a la piscina con un montón de libracos... debe ser que necesito unas vacaciones de verdad.
Entre las maneras de recuperar el tiempo perdido está leerse los libros que deberías haber leído hace tiempo y no leíste. Batalla perdida, claro; pero alguno cae. Ahora me estoy leyendo Orality and Literacy: The Technologizing of the Word, de Walter J. Ong (1982 - traducción española: Oralidad y escritura: Tecnologías de la palabra, México, FCE, 1997). Habla Ong de la escritura como una tecnología que se ha interiorizado en las culturas modernas y ha transformado la consciencia y los procesos mentales de manera que hoy en día nos pasa desapercibida. "Las tecnologías son artificiales" dice Ong, "pero, nueva paradoja, lo artificial es natural para los seres humanos. La tecnología, adecuadamente interiorizada, no degrada la vida humana sino que por el contrario la intensifica". La interiorización de la escritura va asociada al desarrollo del pensamiento conceptual y abstracto, al desarrollo de un marco temporal computable y universal, y al desarrollo de modalidades comunicativas objetivizantes y separadas de la inmediatez del diálogo verbal. Me consuela eso de que la artificialidad es natural, por la manera en que relativiza la oposición entre lo artificial y lo natural. Los seres humanos no somos "naturales" en sentido estricto - y por eso la perspectiva que aporta Ong es muy sugerente para ayudar a pensar la manera en que la evolución humana es inseparable del desarrollo del lenguaje y de las tecnologías del lenguaje. El lenguaje es, de hecho, la principal interfaz donde la tecnología y la naturaleza humana se encuentran - quizá podríamos decir que el lenguaje es la primera tecnología interiorizada. Sea como sea, deja claro Ong que las tecnologías no sólo "almacenan" el conocimiento: generan nuevas formas de conocimiento y estructuran la manera en que percibimos el mundo. Señala Ong que las cosas terribles que a veces se dicen de los ordenadores hoy en día se decían de la imprenta en el Renacimiento, y de la escritura en tiempos de Platón: otras tecnologías que se han incorporado al mundo que conocemos hasta tal punto que pasan desapercibidas. Lo mismo está sucediendo con la escritura electrónica y los multimedia: aunque todavía no abunden los teclados incorporados a la tela ni las pantallas en las lentillas, ya estamos interiorizando la tecnología de maneras que a veces no percibimos. En esto, como en todo, andamos corriendo detrás de nosotros mismos: las cosas ya han sucedido para cuando empezamos a predecirlas.
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