La mayoría de los representantes del Parlamento catalán han elegido la sedición. Un camino que traerá muy malas consecuencias, y enfrentamiento político y civil. A tiros acabará la cosa—es lo que dice Hobbes que pasa cuando no obedecemos a la ley, sino a la ley de la selva. Nadie lo quiere decir, pero por la presente la Cataluña política, representada por sus instituciones pertenecientes a España, se declara en guerra y sublevación contra España. Como no acatarán las condenas de juzgados españoles, dicen, los arrestos habrán de ser a la fuerza y a tortas. O a tiros, efectivamente, según derive la cosa.
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