martes, 29 de septiembre de 2015

Retropost #217 (1 de mayo de 2005): Prisionero de Hacienda



Tras varios intentos, me he rendido. No soy hombre de principios, está visto. Debo ser un relativista. Por ahorrarme follones, colas, retrasos, he hecho la declaración de la renta a través de Internet, aceptando el borrador que me daba Hacienda (me prometen devolverme algo más que el año pasado, con lo cual igual me he dejado camelar, no sé). El caso es que quería corregir un pequeño detalle: en el borrador que me han mandado, iba marcada la contribución a la Iglesia Católica (no voy a pensar mal: igual tengo yo la culpa por no haberme fijado el año anterior). Lo he ido a cambiar, y... error informático repetido. No se podía corregir el borrador (tampoco me consta que diese error sólo en ese cambio, pero bueno, ya se queda uno mosca). Y cuando ya iba a renunciar, por fin pruebo la opción de aceptar el borrador sin hacer correcciones, y bingo. Ya tiene la Iglesia un contribuyente de más este año, con muy pocas ganas... pero ya se sabe que no sólo cuenta la fe, cuentan también las obras... (grr...). En fin, lo pondremos a cuenta de limosna al Espíritu Santo para que le cambie las ideas a Ratzinger ahora que es papa, para que por lo menos deje de decir sandeces como lo de la "tiranía del relativismo" o la "unión de todos los cristianos" (en su redil, supongo, ovejas descarriadas...). Pero en fin, que derivo. Prometo hacer penitencia y darle una pasta a una ONG no confesional, como desagravio. Y a ver si el año que viene han arreglado el oportuno "fallo de sistema" los de Hacienda.

Por cierto, que esto de que Hacienda te mande la declaración ya hecha me recuerda que ya mi padre lo decía hace un porrón de años. Le tocaba como a todo el mundo rabiar con la declaración (con once hijos y le salía a pagar, eso era política de protección a la familia, toma ya). Y encima a calcular, hale. Esta idea supongo que la tenía antes de que fuese factible informáticamente hablando el tema, y la repetía con frecuencia; pero las buenas ideas suenan a veces absurdas si no las dice quien las tiene que decir. Y al fin, a alguien se le ha tenido que volver a ocurrir mucho después de que ya existiesen los medios. (Otra cosa que dice mi padre: que es una lata ir por delante de los tiempos, porque te desesperas mucho).



—oOo—

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se aceptan opiniones alternativas, e incluso coincidentes: