viernes, 4 de septiembre de 2015

Retropost #167 (29 de marzo de 2005): Ex-Libris


Acabo de terminarme Ex-Libris, una novela de Ross King (de 1998), que ha pasado sin pena ni gloria por las listas de best-sellers y a mi lista de ex libris. Pertenece al género "literary thriller", o sea, novela conspiracional-histórica-libresca-detectivesca, línea El nombre de la rosa, o El código Da Vinci; cuenta la historia de un librero cojo que tiene su tienda en el puente de Londres en la época de la Restauración, y que se ve mezclado en la persecución de un mítico libro, The Labyrinth of the World, que contiene algún secreto hermético, o científico, o el mapa de un tesoro, o algo; todo a instancias de una dama llamada Alethea, que al final lo estaba empleando como distracción para los numerosos perseguidores mientras ella descifraba por su cuenta... El autor no se corta, y van a parar allí desde los textos herméticos, sus descubridores y refutadores, hasta la búsqueda del método para hallar la longitud; desde los Rosacruces hasta la búsqueda de El Dorado; desde las investigaciones de Galileo hasta la destrucción de la Biblioteca Palatina, y desde la guerra de los Treinta Años hasta la guerra civil inglesa, pasando por la decapitación de Sir Walter Raleigh; todos están pillados en la tremebunda conspiración que acaba de modo grotesco a la Poe, con el derrumbe de la casa de Alethea por corrientes subterráneas, que arrastran a sus perseguidores. Alethea, triste alegoría de la búsqueda de la verdad en medio de las manipulaciones del poder (aletheia, got it?), también muere en el desplome, dejando al pobre librero, Mr Inchbold, suspirando por ella (no hay consumación sexual), contarnos la historia de sus pesquisas y "reconstruir" en flashback la historia de los padres de ella, contada en capítulos alternos, mientras traían el célebre manuscrito a escondidas a Inglaterra. La ambientación es interesante, y algunos de los puzzles y anécdotas intelectuales también, pero aparte de lo absurdamente sobrecargado del argumento, el autor no es un artista narrando. Mucho oficio sí se ve, pero eso, que se ve; al conjunto le falta vida vivida y vívida, y le sobran fórmulas, intrigantes, calculadores a largo plazo, contrabandistas y perseguidores incansables...

De las reseñas citadas en la sección de "Praise for Ex-libris" se colige más bien que muchas no son en absoluto laudatorias, y yo les añadiría alguna restricción, por ejemplo (italics mine), "Only bookworms who yearn for thrills beyond the shelves will eat this up". Supongo que entro en esa categoría. (Otras opiniones: reseña muy positiva de Ann Bruns en Bookreporter; y de Francis J. Mcinerney en Amazon, que lo compara, acertadamente, a Charles Palliser; Timothy Haugh, también en Amazon, señala con acierto que el final es bastante anticlimático. Los reseñistas menos valorados que les siguen en Amazon están en general acertados en sus críticas negativas, y también en recomendar el libro a quienes disfruten con cosas librescas. Experimento realizado con esta reseña: la he enviado a Amazon.com en español, visto que sus guidelines sobre reviews no dicen nada sobre idioma. A ver qué pasa).


Ex-webis: hemos modificado un poco una web inmencionable aquí.

Y aparte: Ataque considerable de insomnio. Me dedico a leer sobre lo que lee un insomne en una noche de investigación frenética, en la novela Tu rostro mañana, de Javier Marías. Dice el protagonista que preferimos no saber quién nos traicionará, no tener esa lucidez, pero que podríamos saberlo si quisiéramos. Es una idea bonita, o bonitamente terrorífica, pero me parece que forma parte de las ilusiones producidas por el hindsight bias, o, cómo diríamos, las distorsiones perspectivísticas fruto de la retrospección, o: la lucidez retroactiva.






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