domingo, 2 de agosto de 2015

Retropost #104 (28 de enero de 2005): La Memoria de los Muertos


28 de enero

Here comes the sun. Media mañana tomando el sol... me voy a poner moreno.

Hoy, sorprendentemente, estaba la facultad abierta. Lo digo porque es Santo Tomás de Aquino, solía ser el patrono de nuestra facultad. Un señor inmensamente gordo autor de libros inmensamente gordos. Pero parece que está de horas bajas últimamente, pues ya no cierran el día de su santo (que es él).

Un pequeño post sobre el amor, en el artículo "Love is the drug"... aquí. ¿Lo tuyo, es amor o adicción? Sobre estas cuestiones escribió un libro de autoayuda muy bueno Stanton Peele, Love and Addiction (ver bibliografía en estos casos en que remito a un libro...). Pero, en realidad, cuando te enamoras sólo te ayudan dos cosas: el tiempo, y, con suerte, la persona amada.


Hoy nos vamos con BP al cine a ver La memoria de los muertos, dirigida por Omar Naïm (es el título que han elegido para traducir el original The Final Cut). El protagonista es uno de esos mirones creepy que hace Robin Williams últimamente, que parecen haber nacido para personajes secundarios (como aquel de la tienda de fotos que se quedaba con copias de los objetivos). Debe ser que esos personajes conectan bien con el papel que hace el espectador de una película de cine, mirón donde los haya. Pues bueno, el tema de la película, que es muy mnemónica, se puede ver aquí. Va sobre una sociedad igual a la nuestra pero en la que algunas personas tienen un implante informático en el cerebro en el que se graba toda su vida, y que tras la muerte aprovechan los parientes del finado para hacer un bonito vídeo de recuerdo quitando los momentos feos, claro, narrativizando y presentando la imagen que gusta ver de la persona. El argumento es, claro, qué pasa con lo que no gusta ver... Curiosamente, me había venido esta idea a la cabeza hace poco en casa, cuando una hermana mía nos grababa en vídeo, le dije que en un futuro próximo tendríamos todos la cámara implantada y que el problema luego sería seleccionar... de hecho ya tenemos los medios, y lo que hacemos es seleccionar sobre la marcha, un poco a voleo claro (Robin Williams seleccionaba a posteriori, y le tocaba ver todos los peores momentos de todo el mundo.. un trabajo para gente discreta). Bueno, el argumento va de que unos terroristas bien intencionados se hacen con los recuerdos del propio Williams, que él mismo estaba implantado, y en los cuales aparecían en abîme los secretos que los capitostes de la compañía informática querían ocultar... todo en aras de la vida sin mediación y sin control (la compañía era "EYE" en la película, a esta E última habría que darle la vuelta para atrás, no tengo la font adecuada; sugiere la pantalla espía de 1984, Big Brother Is Watching You, y el "I/EYE" de Berkeley: esse est percipi, existir es ser percibido... si no por Dios, por uno mismo, claro). El lema de los terroristas era "vive el presente", porque con los implantes todo el mundo estaba siendo grabado por sus amigos y era un lío decidir cómo actuar (smile, you're on candid camera). La película es interesante, en tonos lúgubres y colores fríos, y Williams sale mal parado (abofeteado por la chica, despreciado, despedido de la compañía y finalmente asesinado para extracción de su implante —todo por el bien del carpe diem). Claro, el problema mayor está con el personaje, demasiado apocado, traumado e insignificante como para que su trauma siquiera tenga mucho interés. Pero está muy bien llevada en conjunto. Hay imágenes irresistibles para un fan del cine metaficcional (aquí presente), como cuando Williams mira las grabaciones de su propio implante en directo en la pantalla del ordenador (imagen regresada al infinito), o como cuando se descubre que los recuerdos iniciales que nos presentaba la película como realidad objetiva estaban distorsionados... Y es que la película toma una idea muy potente de entrada, con enormes posibilidades metafílmicas: ofrece una visión de nuestra vida como una película que espera ser montada por quienes nos van a recordar. Pero no hay por qué esperar a EYE. Ya lo hacemos constantemente, con la tecnología que nos viene más a mano: fotos, papeles, disketes, videos y, sobre todo, la memoria de los demás. Los otros, que nos están grabando en el vídeo de su mirada y en su disco duro. No tienen toda la información, pero a veces importa más calidad que cantidad. Todos somos actores en esos home movies: nunca estarás más dentro de la película. Y la que tú mismo diriges es la que más te ha de importar: the director's cut.

 


 
 Tiene interés, también, claro, el asunto del "editing out"—cómo toda imagen que proyectamos, toda version de nuestra vida, es una cuidadosa selección y falsificación de la realidad, para fines muy concretos. Aplicable a los blogs y toda otra especie de diarios. Ser es percibir. Percibir es seleccionar. Representar es volver a seleccionar. Interpretar es volver a seleccionar. ¿Qué queda, qué se añade?
El título español tiene la ventaja, fúnebre ventaja, eso sí, de presentarnos a todos como futuros muertos, acumulando recuerdos y momentos que, es de esperar, se guardarán en algún sitio, algún día? ¿Qué dices, que no? Pero eso es terrible, o al menos no menos terrible que la otra alternativa, la de que todo quede almacenado...
Stat rosa pristina nomine, nomina scripta manent
A rose is a rose is a rose... but what does it mean?
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