lunes, 27 de julio de 2015

Retropost #91: 15 de enero de 2005

15 de enero 
  
Evening, que es gerundio, por un parque por las orillas del Ebro, paseando. Mal está el ambiente por Zaragoza: como no te dediques a comprar como un descosido, poco se puede hacer con esta niebla londinense, que sin embargo hace bonito, a bleak kind of beauty. Nadie pasea por el parque... pero sí hay una serenata de tambores y trompetas, preparando la Semana Santa, ya en enero. Purrúm. Purrúm. Vienen a la mente versos de Pink Floyd: "And I feel you / Cold as a razor blade / Tight as a tourniquet / Dry as a funeral drum." Igual la solución para ambientarse en Zaragoza es apuntarse al círculo del bombo y capuchón, quién sabe si al final lo haremos. 
  
Pero en efecto vamos a ver El Aviador de Scorsese, sobre Howard Hughes, el artífice de Scarface Hell's Angels, de la TWA y del Spruce Goose, el avión más grande del mundo todavía a día de hoy. A medida de su ego, vamos. Bueno, lo de ego es un decir, porque parecía una personaje bastante descentrado: siempre viviendo al límite, haciendo lo que quería hacer ya ya ya (no delayed gratification here) ­ la frase más impactante de la película es cuando dice Hughes/Di Caprio, "Está bien... esperaremos". Y al final, un personaje sin centro, sin proyectos para sí mismo, sólo para sus aviones y guerras comerciales; at the deep heart's core, sólo un manojo de fobias y obsesiones. Patético patético... (¿Igual somos todos así? Pero no, menos, menos...). Por cierto, el tema de la fobia a los gérmenes en la América de alrededor de 1900 ha sido bien estudiado elsewhere como una fobia social desplazada, resultado de histerias burguesas en un tiempo de inmigración y de mezcla racial... Este señor HH no quería a nadie, por lo que parece; o él era de lo más banal o el tratamiento de sus "amores" en la película es de lo más banal. Y al final para morir como un loco drogadicto encerrado durante años en un hotel... PUAJ. Vamos, que no hay por donde pillarlo, parece una reencarnación de W. R. Hearst en clave de pesadilla. De hecho el tratamiento de la película va por allí, no en la construcción, pues no se basa para nada en los flashbacks de Ciudadano Kane, pero sí en llevar un grado más allá la desconstrucción del personaje del magnate del deseo, más allá aún del Rosebud. Entiendo que Di Caprio lleva ya tiempo colaborando con Scorsese, pero desde luego le ha venido al pelo su corte facial para hacer un replay de ciertos aspectos del Ciudadano/Orson... bueno, Orson también llevaba lo suyo, otro HH en sus proyectos y su dinamismo, y tal para cual sin duda... En fin, película vistosa, aviones preciosos, gente inaguantable, excepto para mitómanos... un tanto pointless el conjunto, aunque combina muy bien en pareja con Ciudadano Kane; recomiendo verla como una variación sobre el tema. Leo muy bien, leo, y es cierto, pero Cate Blanchett jamás se parecerá a la Hepburn; aquí está miscastada. 
  
  
 



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