sábado, 25 de julio de 2015

Retropost #88: 12 de enero de 2005

12 de enero 
  
Una noticia que pasa como de puntillas: el Pentágono ha abandonado la búsqueda de las armas de Iraq... vamos, que no las hay, que se empezó una guerra con pretextos falsos, quizá falseados deliberadamente. Pero, pequeño detalle... hay decenas de miles de muertos, y un país en guerra civil, todo un maremoto provocado a conciencia y con armas muy caras que había que gastar. ¿Habrá algún responsable? ¿Cuánto va que no? 
  
En UK despiden al primer blogger por hablar mal de su empresa en el blog. Entrevista en la BBC: según un comentarista inglés, no se pueden simplificar estos conflictos, pues siempre habrá un choque entre intereses encontrados, que serán resueltos por los tribunales. Según un francés más utópico (Loïc Le Meur), esto es el principio de un nuevo régimen, y lo que debía hacer el empresario es empezar su propio blog para defenderse.... ja! El inglés es más antipático pero tiene más razón. 
  
Un pequeño cálculo sobre la rentabilidad del trabajo, con el ejemplo de mi bibliografía. Pongamos que en el momento en que la empiezo, escribo una referencia. No vale gran cosa como bibliografía, por lo que es urgente trabajar en ella. Pero escribo la segunda referencia y, ostras, acabo de duplicar su tamaño. Con la tercera referencia también le doy un buen empellón: un tercio del trabajo total añadido, con un mínimo esfuerzo, pues como no está subdividida en múltiples apartados y ficheros, cuesta muy poco añadir datos a ella. Pasan quince años. Tengo unas ciento cincuenta mil referencias (es la cifra que doy tirando por lo bajo, aunque en realidad debe haber en total más del doble). Pues ahora cada nueva referencia cuesta unos cinco minutos introducirla, entre pitos y flautas, localizar archivos, esperar al ordenador, abrir documentos, guardar, fallos de sistema y demás.... más lento que antes, vamos. Por otra parte, cada nueva entrada sólo añade una cientocincuentamilésima proporción al total, comparada con lo que añadía inicialmente. Y si la bibliografía tiene más valor ahora, también hay más argumentos para dejar de hacerla, a saber, 1) que ya está hecha, 2) que nunca estará hecha, 3) que ya no puede crecer mucho más, ni en términos absolutos ni relativos, y que por lo tanto ese tiempo estará mejor invertido en cualquier otra cosa. El análisis es demoledor. Por otra parte, con vistas a méritos académicos, cuenta como una publicación, una, lo mismo que una edición que me haga en cinco tardes de cualquier cosa que pille por allí. En estas condiciones no hay quien trabaje en semejante proyecto. Quizá el ejemplo de la bibliografía sea extrapolable a cualquier otro proyecto académico, pero desde luego es un caso especialmente claro. 
  




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