domingo, 12 de julio de 2015

Retropost #61: 16 de diciembre de 2004


16 de diciembre

Actividades bloguísticas de hoy: dejo un mensaje en Trafalgar Sur, donde el autor tiene un bonito musing sobre la reflexividad de los blogs y la webbasura. Y pongo otro posting que se dice, en la hueva de Por la boca muere el pez, artículo "El Traje Nuevo del Emperador y el 11-M", sobre los tortazos entre políticos a cuenta de la comisión de investigación del 11-M. A punto estoy de dejar otro en Cocaína intelectual, donde se comenta la película Lobo, pero no lo dejo porque no me gusta el nombre ni la portada con cocaína, mira, uno tiene sus manías. Pero aquí va el comentario sobre la película Lobo anyway:


(Lobo, esquizofrénico):

La película me gustó, recomiendo desde luego ir a verla; no son tantos los cineastas que se han atrevido a ocuparse del tema ETA en este país. Y en general estoy de acuerdo con el comentarista del blog-cocaína en lo tocante a la película. Ahora bien, la película también juega un poco a la equidistancia entre policías y etarras. Yo por supuesto no tengo información al respecto ni sé si la tenía el director de la película, al margen del testimonio del real-life Lobo. Y la equidistancia queda mínimamente justificada porque estamos hablando de tiempos de Franco, etc., y bueno, entre un facha y un terrorista, mejor estar equidistante de ambos, y aún mejor si la distancia es grande; hasta ahí se puede estar de acuerdo. Pero la película no ahonda en la psicología ni motivaciones del Lobo, que resulta ser (me refiero a tal como se le presenta allí) un personaje impenetrable: lo mismo podría interpretarse como un mártir heroico que como un psicópata con personalidad dividida. Este efecto no carece de interés, pero el resultado es que finalmente la película no entra a ver de cerca a este personaje, capaz de abandonar familia, vida y rostro por infiltrarse entre unos terroristas a los que hasta entonces venía más bien apoyando, con el único fin de traicionarlos a la policía. Es una decisión difícil de comprender, y la película no ayuda mucho a explicarla. En ese sentido se queda corta. Pero el retrato de la ambivalencia del personaje tiene desde luego un mérito propio que quizá no lograse otra película que sí nos explicase lo que aquí queda sin explicación.

 

 

Y en ello estaba cuando he conocido a los chicos del blog de estudiantes de la facultad de Filosofía y Letras, ADEFYL, in the flesh, les acababa de dejar un post en su blob para animarlos. y han venido en persona a saludarme; resulta que ya nos medio conocíamos, claro. Faltan foroforofos entre los estudiantes-- no se suponía que esta generación, de libros poco, pero que de nuevas tecnologías mucho? Pues a ver si se van luciendo...







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