jueves, 9 de julio de 2015

Retropost #56: 11 de diciembre de 2004



11 de diciembre

Les hago una visita a unos cuantos blogs, algunos van a mi sección de Best of Blogs; es interesante ver los números de visitas que tienen, etc.; lo que suele ser menos interesante es los comentarios inanes de la mayoría de los comentadores adláteres. La gente prefiere pulsar teclas porque sí antes que pensar un poquito sobre el tema propuesto. Y desde luego está claro que lo que moviliza un blog son los temas de actualidad. Ah, pero de eso aquí poco... también dudosa actualidad en el sentido inglés del término. Dice Viviane Serfaty en su libro sobre blogs que hay una presuposición de no ficcionalidad en los géneros diarísticos. Pero una vez analizamos qué quiere decir esa supuesta realidad a la que se refiere un diario, se deshace como un azucarillo... y la ficción y la realidad se mezclan en proporciones sólo definibles por decreto o acto de fe. ¿Se alteran aquí, por ejemplo, las entradas de días anteriores? ¿Y eso lo hace más real cada vez o menos real? Ah... Sin contar con que, sobre el trasfondo de lo no dicho, la selección de una breve secuencia de pensamientos o acciones para decir es sólo un disfraz para la ficción. Esto es real, mind you, pero real a la manera de la ficción. Otra dimensión más de imponderables: como decía, puede haber in-jokes, con lo cual no todo el mundo lee lo mismo, como nadie ve lo mismo que otro al mirar un retrovisor.... y es separable lo que es una referencia privada de lo que no lo es? Pues sólo hasta cierto punto. El lector o intérprete que me comprende mejor que yo mismo también encuentra aquí una nueva dimensión de realidad.

Puede leerse un manifiesto pro-blogs en el el blog de Borjamari. Hay más discusiones (no digo que acertadas) sobre la literariedad y ficcionalidad de los blogs en Literalmente.

Callejeando callejeando (dice Walter Benjamin que para conocer una ciudad hay que conocer sus librerías de viejo) encuentro una traducción española de Rasselas, príncipe de Abisinia de Samuel Johnson, de 1945. Pues à la poche, ya que me molesté en escribir dos artículos sobre esto hace quince años en los USA. Es una novela filosófica del siglo dieciocho, sobre ilusiones, desengaños y posibles direcciones que dar a la propia vida. Demasiado desencanto para calificarse como autoayuda.
Y antes de irnos a ver una deprimente película titulada Whisky, le doy un toque más al comentario sobre Yo Robot, Tú Robot.






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