miércoles, 1 de julio de 2015

Retropost #40: 24 de noviembre de 2004


24 de noviembre

Noticias sobre el libro de Beatriz (y Mari Carmen López), el que deriva del congreso de Madrid: hoy lo han aceptado en Peter Lang; así que es previsible que si no se demora demasiado la cosa salga en el 2005. Ahí tengo un artículo sobre "Communicative Interaction and Narrative Identity".

Y hoy me comunica Keith Carlon de Bélgica que ya ha salido el número del Belgian English Language and Literature con el artículo sobre "The Hermeneutic Spiral"-­por suerte pude publicarlo bien allí después de que se olvidasen sacarlo en las actas de AEDEAN tras haberlo presentado allí. Moraleja: no escribir artículos publicables en revista para congresos donde es suficiente con una comunicación. También envío ejemplares de mis separatas sobre "The Poetics of Subliminal Awareness" a diversas personas (divertido esto, cuando se contrasta con la crítica del artículo a la vanidad literaria). Y me llega a mi vez una separata, cosa no frecuente, de otro libro de Peter Lang, este de JoAnne Neff y Teun van Dijk (por cierto, acabo de comprobar que van Dijk ha incluido un enlace a la bibliografía en su página de Resources for Critical Discourse Analysis).

Hoy cuelgo por fin el artículo sobre Stephen Crane y el racismo. Y estreno en la bibliografía el sistema de anuncios de Google. Aunque a nadie le gustan los anuncios (menos al que los pincha buscando algo que le interesa, supongo), estos están muy bien pensados, increíblemente bien enfocados al contenido de la página. Los de Google (a quien pertenece Blogger, por cierto) son unos hachas, desde luego, y así les va. Lo que han hecho con sus sistema de cruce de enlaces es sencillo, eficaz y elegante, simplemente sacar las consecuencias de lo que es Internet. Una de las cosas más difíciles de hacer en la vida: enterarse de lo que tiene uno delante de las narices (sí, una pantalla... pero qué más). Aquí va un ejemplo.

Extraído de mi clase sobre Shakespeare —sobre Hamlet, con calaveras como material docente, etc.; pero la frase memorable me la sugiere Federico Trillo, que supongo que habla por propia experiencia en su libro sobre Shakespeare y el poder: la esencia del poder es apropiarse voluntades y controlar las acciones de los demás, y por su propia dinámica conduce a imponer sobre la realidad ficciones que todos saben que son tales ficciones sin que nadie lo confiese en público—­y esto para el mejor disfrute, ejercicio y control del poder en cuestión. Para más detalles, ver Foucault. Pero cuántos lo leen (o dicen que lo leen) y qué poco se lo aplican.

Tengo la mesa invadida. Burckhardt, Chejov, Sabina, Goethe, la Miscelánea, el TLS, Toy Story, Mansfield Park, dinosaurios, Dollimore & Sinfield... y la lista sigue. No consigo ordenar mi mesa y me meto a ordenar la bibliografía crítica del mundo mundial. Pues esta noche, ni una ni otra.




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