jueves, 15 de enero de 2015

Evacuando auto-informe

A la atención de la Comisión de Evaluación y Control de la docencia, y en respuesta al escrito de referencia, me cumple emitir el presente auto-informe de evaluación de la docencia del curso 2013-14 relativo a la asignatura "Literatura Inglesa II", cuyas encuestas han dado lugar al comunicado de la Comisión.

En primer lugar, me satisface informar de que la actividad docente y las actividades de aprendizaje del curso 2013-14 en dicha asignatura se dieron con toda normalidad, sin que haya que reseñar tasas anómalas de éxito o de fracaso, ni situaciones de conflicto o diferencias de ningún tipo. Ni los estudiantes ni la delegada me hicieron partícipe de que hubiera descontento con la impartición de la asignatura, como de hecho creo que no lo hubo. Sin embargo, tras consultar las encuestas realizadas, se comprueba que hay tres personas únicamente que han realizado la encuesta, y que esas tres personas han expresado su insatisfacción con algunos aspectos. Quizá no sea casual que sólo los tres descontentos hayan realizado la encuesta cuando los demás estudiantes, más de 30, no han hecho comentario alguno. 

No considero procedente entrar a especular sobre qué inconvenientes (no especificados) puedan haber encontrado tres personas (anónimas) en apartados como "la información facilitada al comienzo del curso" (información que por otra parte consta en la guía docente y en la web de la asignatura, http://bit.ly/jaglit), o en "la relación con los estudiantes" o en "el desarrollo de la actividad docente". Son aspectos en los que no he detectado nada fuera de lo corriente en lo que se me alcanza, ni tampoco lo han manifestado así el resto del grupo, más del 90% de los estudiantes. Convengo con la propia normativa de evaluación, que indica que es una encuesta no representativa ni utilizable por su bajo índice de participación. E insisto en que la poca claridad del impreso de evaluación crea confusión.

Con respecto a las encuestas de evaluación, procedí a dejarlas abiertas y en libre acceso durante todo el período de evaluación, avisando a los alumnos de que estaba abierta la aplicación, y pidiéndoles que las cumplimentasen cuando más les conviniese, sin fijar yo un día determinado para realizarlas en clase. Avisé reiteradamente a los estudiantes de la conveniencia de hacerlas, tanto en clase como telemáticamente, pero al parecer sin éxito, pues en un grupo de 37 estudiantes sólo 3 estudiantes procedieron a realizarla, asignándome puntuaciones anómalamente bajas. La Comisión puede consultar mi historial de evaluaciones docentes, con constantes y repetidas evaluaciones positivas destacadas, también en la materia que aquí se trata. Que estas tres respuestas en la encuesta de referencia son anómalamente bajas se echa de ver también si se compara la media de esta encuesta no representativa (1.84) con la cifra de "media del profesor" (3.26) en la misma encuesta—cifra que resulta de mediar con otra encuesta mejor puntuada que sí respondieron más estudiantes, realizada ese mismo semestre en otras asignaturas.

A la vista de los datos, parece evidente que el conjunto de los estudiantes del grupo no tuvieron interés especial ni móvil particular para realizar estas encuestas. Exceptuando a tres de los treinta y siete, que al parecer quisieron hacer constar una valoración "1" (resultado negativo) cuando no es de descartar que interpretasen "1" como valoración positiva y "5" como negativa, en orden del 1 al 5.  De los 37 (36 según las actas) fueron evaluados en la primera convocatoria 31 estudiantes, de los cuales aprobaron 25 y suspendieron 6. No se presentaron, 5. En septiembre se presentaron 6, de los cuales aprobaron 5. No se presentaron, 7. Se verá que son cifras enteramente habituales. A título indicativo, en la otra asignatura del mismo grado y semestre, "Géneros Literarios 1", optativa con 25 alumnos en lista, se presentaron en febrero 22 (con 3 NP); aprobaron 21; en septiembre se presentaron 2 de una lista de 5, con dos suspensos. La asistencia fue asimismo normal.

Por ello puedo decir que ha sido totalmente normal todo el desarrollo de la docencia y del aprendizaje de los alumnos. De ahí mi sorpresa ante los resultados de las encuestas, con una participación tan baja y sesgada que falsea el estado de cosas, dando un resultado que no informa verazmente y que permite la manipulación. Con el fin de evitar esta circunstancia pongo a la Comisión en antecedentes de los hechos. Será aconsejable por otra parte, y así lo tendré en cuenta, que en años siguientes, yo mismo me cuide de asegurar la mayor participación de los estudiantes en las encuestas, dedicando un día de clase a la realización de la encuesta, y asegurando así una opinión equilibrada. No lo hice así en este caso porque el nuevo sistema telemático de encuestas permite el acceso directo, y por no dedicar un tiempo necesario para la docencia a una tarea que los estudiantes podían realizar perfectamente en cualquier momento fuera de clase. Aun así, y dados estos hechos, y viendo que los protocolos de la administración lo aconsejan, así lo haré.

El último párrafo del escrito de la Comisión aclara que "no podrán considerarse los cuestionarios que no hayan sido cumplimentados por al menos un tercio de los alumnos asistentes habitualmente a las clases de la asignatura correspondiente." Permítaseme decir que con una tasa tan baja de participación, considero ocioso el tener que justificar los resultados de esa evaluación, o que pudieran ser tenidos en cuenta en modo alguno resultados tan poco indicativos, siendo que no hay tasas anómalas de éxito o de fracaso ni otros indicadores adicionales de que esas tres encuestas pudieran tener un punto de razón más allá de las inevitables diferencias de opinión que hay en todo grupo humano.  El escrito de la Comisión aclara que en este caso el profesor "deberá aportar información constrastable sobre el número de asistentes." Considero redundante el tener que justificar que tres estudiantes sean menos de un tercio de la asistencia habitual en un grupo de casi cuarenta estudiantes, y por ello me remitiré a los datos de evaluación. Pero aparte de manifestar que la asistencia ha sido la habitual a lo largo de los años de impartición de la asignatura, me cumple aclarar lo siguiente:

- No llevo un registro diario de asistencias o inasistencias, y creo que no es un procedimiento habitual, ni lo ha sido en la historia reciente de esta Facultad, el pasar lista a diario ni pasar hojas de firmas que dejen constancia de la presencia de cada estudiante en cada clase. Este procedimiento, por lo inhabitual  y por no venir explicitado ni requerido en la normativa del centro, no habrá de entenderse como única "información contrastable" sobre la asistencia de los estudiantes—por mucho que alguien pudiera entenderlo en ese sentido si no se atiende al contexto habitual de aplicación. Desde luego, en treinta años de docencia nunca se me ha sugerido que dedique un tiempo significativo de cada clase a pasar un listado de estudiantes, ni creo que haya profesores que lo hagan.

- Téngase en cuenta que la normativa habla de un mínimo de un tercio (33%) de respuestas a la encuesta para considerarla válida. Aquí estamos hablando de menos de un 10% de respuestas, con lo cual su valor indicativo es tanto más insignificante.

- Por tanto, es preciso que acuda a datos indirectos, como la ausencia de incidentes o ausencia de escritos relativos a una inasistencia excepcional de los estudiantes, ausencia de quejas al respecto al Coordinador del Grado, etc. Reitero que en este sentido el desarrollo y la impartición de la docencia en la asignatura han sido, como lo ha sido la asistencia, totalmente normales. 

- Puede acudirse también, como índice contrastable para establecer una asistencia media, a las estadísticas de que disponga esta Comisión sobre asistencia media para el Centro, o para el Grado. Son estadísticas que yo desconozco, pero que en todo caso sin duda indicarán una asistencia media a las clases superior a un 30% del alumnado matriculado.

- Y por último, el dato más directo y contrastable, en la ausencia de listados diarios de asistencia, son los datos de éxito y fracaso de la asignatura, que, como ahora reitero, entran en parámetros de perfecta normalidad. Son normales los índices de estudiantes presentados a los exámenes, los de aprobados, y el número de trabajos (opcionales) entregados a lo largo del curso (56 trabajos, 2 por estudiante). Queda registro de estos trabajos en las fichas de los estudiantes, y puedo facilitarlas a la Comisión si se estima conveniente, aunque el carácter opcional de los trabajos no hace fácil valorarlos como índice de participación activa global.

A la vista de los datos, sugiero a la Comisíon que (ateniéndose a la normativa) considere inválidos "a efecto de una posible evaluación negativa", por su falta de representatividad, los resultados de esta encuesta. Por otra parte, hay que notar que mis datos globales en el conjunto de encuestas de esta convocatoria no se salen de los parámetros normales, y pueden servir como indicación indirecta adicional de la insignificancia del valor de esas tres encuestas.

Aprovecho para hacer notar a la Comisión la insuficiente claridad del formulario de las encuestas, pues algunos estudiantes pueden confundir las notas "1" con notas positivas y "5" con negativas, lo que contribuye a confundir los resultados. Este aspecto de las encuestas debe mejorarse urgentemente.

Quizá a la vista de este conjunto de datos la Comisión pueda replantear, también, el modo más seguro de obtener resultados fiables y porcentajes representativos en las encuestas de docencia. Quedo a su disposición para las sugerencias que estimen oportunas a tal efecto, y ante las presentes circunstancia ciertamente dedicaré una sesión presencial a la realización de encuestas por parte de los estudiantes en el futuro.

Atentamente, etc.





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