martes, 18 de febrero de 2014

En Intute mientras dure



Mi bibliografía figura entre los mejores recursos de la web seleccionados por Intute en el área de teoría literaria. Intute es, o era, un consorcio que elige los mejores recursos académicos y educativos disponibles en red, auspiciado por estas universidades:


    University of Birmingham
    University of Bristol
    Heriot-Watt University
    The University of Manchester
    Manchester Metropolitan University
    University of Nottingham
    University of Oxford

que no es broma, y menos todas juntas.

Lástima que es Intute uno de tantos proyectos que ha tenido que cerrar por los recortes. Sigue en red, pero sin actualizarse, y quizá lo descuelguen un día de estos. Por eso prefiero dejar constancia con pantallazo de mi presencia allí.

Observen que aparte de esta revista de teoría literaria de la Autónoma de Barcelona, 452ºF, uno de los primeros recursos que salen en la lista junto a mi bibliografía es ABELL, la Annual Bibliography for English Language and Literature, una bibliografía establecidísima publicada por la MRHA, una institución sólida de estas de la Filología de toda la vida y con todas las Autoridades en su haber.

Me permito observar que si bien ABELL es en muchos sentidos más completa que mi bibliografía, obviamente, y, en fin, es otra envergadura de proyecto, ABELL la han hecho entre cientos y cientos de personas, como la bibliografía de la MLA, o la Johns Hopkins Guide to Literary Theory and Criticism que también aparece allí. Mi bibliografía en cambio la he hecho yo, "both-handedly"— sin ningún apoyo ni reconocimiento institucional de la universidad española, al margen de permitirme el alojamiento en el sitio web de la Universidad de Zaragoza.

Es más, cuando la he presentado como mérito, a alguna convocatoria de mi universidad, o en una oposición, ha sido ignorada sin el menor comentario—un trabajo de muchos años, pero muchos: me dirán si no es para denunciarlos.

Y tiene también mi bibliografía, entre sus méritos, el desprecio activo de la revista de la Asociación Española de Estudios Norteamericanos, que no contestan a mis cartas cuando les pregunto por qué no me incluyen entre la lista de sus bases de datos. Mejor dicho, por qué me quitaron de allí—siendo que soy miembro de esta asociación, y que les incluyo los contenidos con un detalle que incluye ninguna de las referencias que sí citan. Pues la callada por respuesta. También es triste casualidad que la presidenta de la asociación estuvo en la dichosa oposición, de vocal callada... parece esto la conjura de los necios.

Lo que le pasa a esta gente es, para empezar, que no tienen la menor idea del esfuerzo que supone un trabajo de esta envergadura, ni lo sabrán nunca. Eso para empezar—para seguir, otras cosas.






Y en fin, aquí está la lista de enlaces a mi bibliografía. Si cierran Birmingham y Oxford, me quedan enlaces en la Biblioteca del Congreso, en Yale, Harvard, el MIT, en la universidad de París, en la de Londres, y hasta en la de Zaragoza—que no se piensen ustedes que es fácil, al menos no para mí.

A otros, en cambio, apenas mueven un dedo y se les allana el camino de la manera más inexplicable. O explicable, que para eso están las recomendaciones, las conjunciones de intereses, y los buenos entendimientos.




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