Hoy, día de huelga general convocada por UGT y Comisiones
Obreras—pero no por CSIF, sindicato mayoritario en la función pública—
me encuentro con la Universidad de Zaragoza cerrada a cal y canto, con
los accesos encadenados y grupos de sindicalistas montando guardia y
jaleándose consignas—que esos hoy no hacen huelga, muy en contra de lo
que predican.
Como ya no estoy para hablar con paredes ni para que me den de leches,
llamo a la Unidad de Seguridad. El jefe de seguridad no está, pero me
atienden un par de empleados que al parecer tampoco están de huelga, y
han podido entrar a su oficina, esté donde esté. Les pregunto si hay
proyectos de abrir la universidad, y me dicen que ahora no que está la
cosa demasiado animada de sindicalistas.
Les pregunto si no se piensa permitir el acceso a quienes no quieran
hacer huelga, y me dicen que quizá conforme avance la jornada se
tranquilice la cosa y alguno pueda entrar más tarde. "Sí, claro," le
digo, "cuando ya ha quedado claro que esto está cerrado y que hoy no
viene nadie". Me dice que en cualquier caso lo tendría que hacer la
policía pero que eso depende del Rector. Y el Rector, pregunto, ¿no
está por permitir el acceso al campus? "Bueno, está previsto que
dentro de unas horas vaya al campus a ver si logra apaciguar la cosa".
—"¿Pero entonces no piensa permitir a la policía que despeje las
entradas?" —"Bueno", me dice, "eso sería si sucediese alguna
emergencia,
pero estando todo tranquilo...."
—"O sea," digo, "que la banda la porra toma la universidad por la
fuerza, no permite el acceso a nadie, y eso se considera que no es una
emergencia, y que todo está
tranquilo"?
—.... No, si yo ya le entiendo... pero bueno, así está el tema.
—Bueno, pues que conste que ha llamado un profesor al menos para
protestar. Para protestar por la actuación del Rector, que según
entiendo es quien ha tomado la decisión de dejar el campus cerrado.
Y así es como se respeta el derecho a la huelga en nuestra universidad,
tan característica ella de este país. ¿Derecho a la huelga? Qué
va. Huelga obligatoria, ésa es la manera en que entienden las
libertades los convocantes de esta huelga y quienes les apoyan. Que,
por si no lo saben, son Comisiones, la UGT, el PSOE, izquierda unida, y
las izquierdas nacionalistas, chuntas y demás. Si les votan, ya saben:
están votando a la Banda la Porra. En la universidad muchos lo hacen,
es lo que se llama desde hace tiempo la trahison des clercs.
Los revolucionarios de despacho, fascinados por el olor a tigre,
inventando luchas imaginadas e ignorando la que tienen delante. Allá
cada cual cómo vende su criterio.
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Envío a última hora este artículo al Boletín
de la Universidad de Zaragoza, que si no igual no llega la noticia
a la comunidad universitaria. ¿Hay apuestas de que no me lo publican? Porque ayer fue una jornada de normalidad.
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Aquí la foto del Heraldo. "Intentan impedir el acceso", dice el periódico. Como
no vayas con guardaespaldas y un bate de béisbol, cualquiera pasa...
(Vaya, desaparece la foto años después... La cambio por otra que capta el mismo ambiente):
Ahora, que se echa de ver que son estudiantes de los de matrícula, gente preocupada por la calidad de la educación. Menuda panda de facinerosos. Con la anuencia del Rector, que cada vez que hay huelga cuida muy bien de que campen a sus anchas ellos, y de que la policía no entre.
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