domingo, 15 de julio de 2012

Hegel: La comedia y la vida como metadrama


La Fenomenología del Espíritu de Hegel tiene el mayor interés como filosofía de la estética, para entender la estructura fenomenológica de las obras de arte, además de todas las demás experiencias e instituciones humanas que analiza. Hacia el final, en la sección sobre religión, hay interesantes análisis de las obras de arte como autoconocimiento y espiritualidad reflexiva. El arte, como la experiencia humana en general, se desarrolla en el sentido de una mayor reflexividad, algo que Hegel expondrá más por extenso en la Estética. Aquí hay algunas secciones relevantes sobre el arte consciente de sí, y más en concreto sobre la comedia. Unos párrafos en los que podemos ver en Hegel no sólo el precursor de una teoría del metadrama, sino, en consonancia con lo que será la reflexión estructuralista e interaccionalista sobre esta cuestión, también el precursor de una teoría dramatística de la vida social. La teoría dramatística de la vida social, expuesta por Kenneth Burke o Erving Goffman (ver "Somos teatreros"), se apoya con frecuencia en la dramaturgia como la actividad que intensifica la teatralidad de la vida cotidiana, y a la vez la revela, la hace cognoscible, y nos lleva a reflexionar sobre ella. Como veremos en Hegel, teatro y metateatro van unidos en la comedia, que es ya de por sí un teatro reflexivo, en el que la acción se juega no sólo entre los personajes, sino entre el escritor y su obra, entre el actor y su máscara, y también entre el público (actores que contemplan actores) y los actores sobre el escenario (que son todos). El público adopta por cierto la postura de un coro de dioses contemplando las acciones humanas, pero la comedia desacraliza este espectáculo y muestra que ni siquiera los mismos dioses son inmunes a la teatralidad de sus actos.

—Pongo el texto de dos traducciones de la Phänomenologie des Geistes, española e inglesa, por si esto ayuda a captar mejor el significado de Hegel, a veces un tanto oscuro—pero no le vamos a pedir más, ya es bastante inexplicable que pudiese escribir estas cosas alguien a principios del siglo XIX, una especie de mutante sin duda. Al principio de la sección sobre "La religión en forma de arte", hay un párrafo sobre la autoconsciencia:

El espíritu ha elevado su figura, en la que el espíritu es para su conciencia, a la forma de la conciencia misma y hace surgir ante sí esta forma. El artesano ha abandonado el trabajo sintético, la mezcla de las formas extrañas del pensamiento y de lon natural; habiendo ganado la figura la forma de la actividad autoconsciente, el artesano se ha convertido en trabajador espiritual. (408).
 
§699. Spirit has raised the shape in which it is present to its own consciousness into the form of consciousness itself and it produces such a shape for itself. The artificer has given up the synthetic effort to blend the heterogeneous forms of thought and natural objects; now that the shape has gained the form of self-conscious activity, he has become a spiritual worker. 

Esto lo glosa Findlay como referido al arte griego clásico, así: "Spirit puts itself into a shape which is that of self-conscious Spirit: it no longer goes in for incongrous mixtures of the natural and the thinking".

El espíritu crea en el arte un mundo a su medida, que expresa su propio ser: "Esta conciencia es el espíritu cierto de sí, que se duele de la pérdida de su mundo y que ahora hace surgir su esencia, elevada por sobre la realidad, desde la pureza de sí mismo" (p. 409): (§701): "This is Spirit, inwardly sure of itself, which mourns over the loss of its world, and now out of the purity of self creates its own essence which is raised above the real world".

En una época así se produce el arte absoluto; antes, es el trabajo instintivo, que, sumergido en la existencia, trabaja partiendo de ella y penetrando en ella, que no tiene su sustancia en la libre eticidad y que, por tanto, no tiene tampoco la libre actividad espiritual para el sí mismo que la trabaja. Más tarde, el espíritu va más allá del arte para alcanzar su más alta presentación; la de ser no solamente la sustancia nacida del mismo, sino también, en su como objeto ser este sí mismo; no sólo de alumbrarse desde su concepto, sino de tener su concepto mismo como figura, de tal modo que el concepto y la obra de arte creada se saben mutuamente como uno y lo mismo. (409)
 
§702. In such an epoch, absolute art makes its appearance. Prior to this it is an instinctive fashioning of material; submerged in the world of determinate being, it works its way out of it and into it; it does not possess its substance in the free ethical sphere, and therefore does not have the character of free spiritual activity for the self at work. Later on, Spirit transcends art in order to gain a higher representation of itself, viz. to be not merely the substance born of the self, but to be, in its representation as object, this self, not only to give birth to itself from its Notion, but to have its very Notion for its shape, so that the Notion and the work of art produced know each other as one and the same.

Aquí alude Hegel a la superación del arte por la espiritualidad propiamente dicha, que se manifestará en su plenitud en la filosofía reflexiva moderna (en Hegel mismo, vamos). Pero también, recordemos, ve Hegel en la Estética el arte moderno como una forma más reflexiva del arte; hay una cierta tensión aquí entre ver el arte griego (pleno) como ya plenamente reflexivo, y reconocer sin embargo que fases ulteriores del arte pueden ser más intensamente reflexivas y conceptuales. También cabría entender esta reflexión de Hegel como el anuncio de una síntesis entre la obra de arte y el pensamiento que se da en la crítica o filosofía del arte— lo que Oscar Wilde llamaba la crítica creativa como una respuesta conceptual al arte, obra de arte más elaborada cuya forma es puramente conceptual y cuya materia prima son las obras de arte mismas. Leído así, el párrafo estaría aludiendo a sí mismo, en un supremo ejercicio de autocreación reflexiva. Veamos qué dice al respecto la glosa de Findlay al §702: "Absolute art is a product of the break-up of merely customary society. Previous art was merely instinctive, not a product of free Spirit". Habría que entender a la Fenomenología del Espíritu, en tanto que obra de arte o crítica creativa, como esta obra de arte absoluta.

Pero pasemos a los párrafos sobre el drama como metateatro. Habla primero Hegel de la épica y la tragedia, y no me voy a detener salvo para observar que sienta ahí las bases de una teoría de las estructuras fundamentales de las obras, y que por tanto su análisis tiene una relevancia narratológica y estructuralista que no suele reconocerse. Por ejemplo, la manera en que en la tragedia (modélicamente en Antígona) se juega el conflicto entre fuerzas espirituales (ideológicas o históricas, diríamos hoy) que encuentran su expresión en el conflicto de los diversos personajes que las representan:

Por tanto, si la sustancia ética, mediante su concepto y según su contenido, se escindiese en las dos potencias que han sido determinadas como derecho divino y derecho humano, derecho del mundo subterráneo y del mundo de lo alto—aquél la familia, éste el poder del Estado—, de los cuales el primero era el carácter femenino y el segundo el masculino, el círculo de los dioses, primeramente multiforme y flotante en sus determinaciones, queda restringido a estas potencias, que, gracias a esta determinación, se acercan a la individualidad propiamente dicha. Pues la dispersión anterior del todo en fuerzas múltiples y abstractas que se manifiestan como sustantivadas, es la disolución del sujeto que las concibe solamente como momentos en su sí mismo, y la individualidad, por consiguiente, es sólo la forma superficial de estas esencias. A la inversa, hay que atribuir a la personalidad contingente y en sí exterior una diferencia de caracteres mayor que ésta de que acabamos de hablar. (p. 427)

"If, then, the ethical substance, in virtue of its Notion, split itself as regards its content into powers which were defined as divine and human law, or law of the nether and of the upper world—the one the Family, the other the State power, the first being the feminine and the second the masculine character—similarly, now, the previously multiform circle of gods with its fluctuating characteristics confines itself to these powers which are thereby brought closer to genuine individuality. For the previous dispersion of the whole into manifold and abstract forces, which appear hypostatized, is the dissolution of the Subject, which comprehends them only as moments within its slef, so that individuality is merely the superficial form of these entities. Conversely, a further distinction of characters than that just named is to be attributed to contingent and intrinsically external personality." (§736).

Contra la teoría "hegeliana" de dinámica de fuerzas en la tragedia expuesta por Bradley en Shakespearean Tragedy hay que observar que, al menos en la lectura que hace Hegel de la tragedia griega, las dos fuerzas en conflicto no pueden calificarse como buena y mala, pues ambas son una tesis y antítesis que han de verse superadas en una síntesis efectuada por la obra misma:

Pero la verdad de las potencias del contenido y de la conciencia, enfrentándose entre sí, es el resultado: ambas tienen el mismo derecho y, por tanto, en su contraposición, que la acción produce, la misma falta de derecho. El movimiento del obrar muestra su unidad en la mutua destrucción de ambas potencias y de los caracteres autoconscientes. (p. 429)

The truth, however, of the opposing powers of the content [of the knowledge] and of consciousness is the result that both are equally right, and therefore in their antithesis, which is brought about by action, are equally wrong. The action, in being carried out, demonstrates their unity in the natural downfall of both powers and both self-conscious characters. (§ 740)

Una cita ésta en la que se echa de ver claramente que Hegel concibe la acción o desarrollo argumental no como una mera secuencia de incidentes sino como un "razonamiento" o argumento, con sentido reflexivo, y como una síntesis conceptual efectuada entre posiciones también conceptualmente definidas, un "pensamiento de la acción" por así decirlo.

Las posiciones con las que se identifica el público en la tragedia, actor, personaje, y coro, también son vividas reflexivamente, si bien no de manera totalmente transparente a sí. Está por ejemplo el paralelismo incompleto entre el coro y los espectadores, o el coro y los dioses, o la simultaneidad de personaje y actor vivida a la vez como una división. En la comedia, hay una grado mayor de autoconsciencia con la superación de estas oposiciones:

La autoconciencia del héroe tiene que salir fuera de su máscara y presentarse del modo como ella se sabe, como el destino tanto de los dioses del coro como de las potencias absolutas mismas, sin estar ya separada del coro, de la conciencia universal.

§743. The self-consciousness of the hero must step forth from his mask and present itself as knowing itself to be the fate both of the gods of the chorus and of the absolute powers themselves, and as being no longer separated from the chorus, from the universal consciousness.

Así pues el papel de coro se interioriza, por así decirlo, en el personaje cómico, y se vuelve éste espectador de sí mismo, haciendo reflexionar a los espectadores sobre la teatralidad de su propia vida cotidiana. Según la glosa de Findlay de este párrafo, "The self-consciousness of the heroes is gradually passing beyond their supposed limitations of vision and becoming deeply critical". Se ha dicho del personaje de Hamlet que "contiene multitudes" en este sentido, y que incorpora observadores, cómicos y protagonista trágico. En Hegel sí aparece un comentario de Hamlet como un personaje más reflexivo y complejo que otros protagonistas trágicos al estilo de Macbeth (§737), aunque no habla de reflexividad cómica en su caso. En el protagonista cómico vemos cómo sí supera inherentemente su máscara, elevándose por encima de ella con lo que otros (Solger, Schlegel) denominarán ironía romántica:
 
Ante todo, la comedia tiene el lado de que en ella la autoconciencia real se presenta como el destino de los dioses. Estas esencias elementales no son, como momentos universales, un sí mismo, ni son reales. Están, ciertamente, dotadas de la forma de la individualidad, pero esta forma se imagina simplemente en ellas y no les corresponde en y para sí mismas; el sí mimso real no tiene como su sustancia y contenido un tal movimiento abstracto. Él, el sujeto, se halla, pues, por encima de tal momento como por encima de una propiedad singular y, revestido de esta máscara, expresa la ironía de dicha propiedad, que quiere ser algo para sí. La arrogancia de la esencialidad universal se delata en el sí mismo; se muestra prisionera de una realidad y deja caer la máscara, precisamente cuando quiere ser algo justo. Aquí, el sí mismo, presentándose en su significado como real, actúa con la máscara que se pone una vez para ser su persona—pero sale rápidamente de esta apariencia para tornar a su propia desnudez y a su habitualidad, que muestra que no es diferente del sí mismo en sentido propio, del actor y del espectador. (p. 431)

§744. Comedy has, therefore, above all, the aspect that actual self-consciousness exhibits itself as the fate of the gods. These elementary Beings are, as universal moments, not a self and are not equal. They are, it is true, endowed with the form of individuality, but this is only in imagination and does not really and truly belong to them; the actual self does not have such an abstract moment for its substance and content. It, the subject, is raised above such a moment, such a single property, and clothed in this mask it proclaims the irony of such a property wanting to be something on its own account. The pretensions of universal essentiality are uncovered in the self; it shows itself to be entangled in an actual existence, and drops the mask just because it wants to be something genuine. The self, appearing here in its significance as something actual, plays with the mask which it once put on in order to act its part; but it as quickly breaks out again from this illusory character and stands forth in its own nakedness and ordinariness, which it shows to be not distinct from the genuine self, the actor, or from the spectator. 

Vemos aquí la teatralidad del personaje enfrentado a su propia máscara, que adquiere profundidad y resonancia (se vuelve un juego de espejos infinito) gracias a la relación análoga entre el actor y el propio personaje, y a la circulación de analogías entre sujeto y papel que incluye al público en tanto que coro implicado en la obra. La glosa de Findlay dice así: "In comedy the actor doffs his mask, and the individual self-consciousness reduces everything to mockery, even the solemn proceedings of the gods" (p. 584. Sigue así Hegel, glosando la comedia como análisis de una no coincidencia fundamental entre el individuo y su rol social en la polis:

[a) La esencia del ser allí natural]

Esta disolución universal de la esencia configurada en general en su individualidad deviene en su contenido más seria, y con ello más voluntariosa y más amarga en la medida en que adquiere su significación más seria y más necesaria. La sustancia divina reúne en ella la significación de la esencialidad natural y ética. En lo tocante a lo natural, la conciencia de sí real se muestra ya en el empleo de este mismo elemento para su adorno, su morada, etc. y en la ofrenda de su festín, como el destino al que se le ha revelado el secreto que guarda relación con la autoesencialidad de la naturaleza; en el misterio del pan y del vino, se los apropia a ambos juntos con el significado de la esencia interior, y en la comedia tiene en general conciencia de la ironía de este significado. En la medida en que ahora esta significación contiene la esencialidad ética, es en parte el pueblo bajo sus dos aspectos, el del Estado o el demos propiamente dicho, y el de la singularidad familiar; pero es, en parte, el puro saber autoconsciente o el pensamiento racional de lo universal. Aquel demos, la masa universal que se sabe como señor y regente, y también como el entendimiento y la intelección que deben ser respetados, se violenta y perturba por la particularidad de su realidad y presenta violenta y perturba por la particularidad de su realidad y presenta el ridículo constante entre su opinión de sí y su ser allí inmediato, entre su necesidad y su contingencia, entre su universalidad y su vulgaridad. Si el principio de su singularidad, separado de lo universal, surge en la figura propiamente dicha de la realidad y se apodera manifiestamente de la comunidad, cuya enfermedad secreta es, y la organiza, se delata de un modo inmediato el contraste entre lo universal como una teoría y aquello de que se trata en la práctica, se delata la total emancipación de los fines de la singularidad inmediata con respecto al orden universal y a la burla que aquélla hace de éste. (p 432)

§745. This general dissolution of the shapes of the essentiality as a whole in their individuality becomes in its content more petulant and bitter in so far as the content has its more serious and necessary meaning. The divine substance unites within itself the meaning of natural and ethical essentiality. As regards the natural element, actual self-consciousness shows in the very fact of employing things of Nature for its adornment, for its dwelling, and also in feasting on its sacrificial offering, that it is itself the Fate to which the secret is revealed, viz. the truth about the essential independence of Nature. In the mystery of bread and wine, it appropriates this independence along with the meaning of the inner essence; and in Comedy, it is conscious of the irony of this meaning generally. Now, in so far as this meaning contains ethical essentiality, it is partly the nation in its two aspects of the state, or Demos proper, and the individuality of the Family; partly, however, it is a self-conscious pure knowing, or the rational thinking of the universal. This Demos, the general mass, which knows itself as lord and ruler, and is also aware of being the intelligence and insight which demand respect, is constrained and befooled through the particularity of its actual existence, and exhibits the ludicrous contrast between its opinion of itself and its immediate existence, between its necessity and contingency, its universality and commonness. If the principle of its individuality, separated from the universal, makes itself conspicuous in the proper shape of an actual existence and openly usurps and administers the commonwealth to which it is a secret detriment, then there is exposed more immediately the contrast between the universal as a theory and that with which practice is concerned; ther is exposed the complete emancipation of the purposes of the immediate individuality from the universal order, and the contempt of such an individuality for such an order.

Según Findlay, "In comedy the common man asserts himself in his revolutionary disrespect for everything. But he also makes a mock of his own self-assertion" (p. 584). Me deja más tranquilo Hegel, pues ahora ya sé que no soy yo solo el que es secretamente un detrimento para el orden social (y viceversa, quizá): es lo que pasa con todo sujeto, y es lo que se aprende viendo comedias, y leyendo a Hegel. Que los ideales sociales están en relación dialéctica con la realidad, y no se realizan en la forma esperada, sino que actúan dialécticamente sobre la situación que los contiene y formula, volviendo la realidad más compleja—por ejemplo, disolviendo los viejos dioses y axiomas y dogmas:

[b) La no esencialidad de la individualidad abstracta de lo divino]

El pensamiento racional sustrae la esencia divina a su figura contingente y, en contraposición a la sabiduría carente de concepto del coro, que enuncia diversas máximas éticas y hace valer una multitud de leyes y determinados conceptos de deberes y derechos, los eleva a las simples ideas de lo bello y de lo bueno. El movimiento de esta abstracción es la conciencia de la dialéctica que en ellas tienen estas máximas y leyes, y con ello, del desaparecer de la validez absoluta bajo la que previamente se manifestaban. Al desaparecer la determinación contingente y la individualidad superficial, que la representación atribuía a las esencialidades divinas, éstas, atendiendo a su lado natural, sólo poseen ya la desnudez de su ser allí inmediato, son nubes, un niebla que desaparece, como aquellas representaciones. Atendiendo a su esencialidad pensada, se han convertido en los pensamientos simples de lo bello y lo bueno, tolerando el que se las llene con cualquier contenido. La fuerza del saber dialéctico abandona las leyes y máximas determinadas del obrar al placer y la ligereza de la juventud extraviada—por esto—y da armas para el engaño a la pusilanimidad y los cuidados de la vejez, limitada a la singularidad de la vida. Los puros pensamientos de lo bello y lo bueno, liberados de la suposición que contiene tanto su determinabilidad como contenido cuanto su determinabilidad absoluta, la firmeza de la conciencia, ofrecen, por tanto, el cómico espectáculo de vaciarse de su contenido, convirtiéndose con ello en juguetes de la opinión y de la arbitrariedad de la individualidad contingente. (p. 432-33)

§746. Rational thinking frees the divine Being from its contingent shape and, in antithesis to the unthinking wisdom of the Chorus which produces all sorts of ethical maxims and gives currency to a host of laws and specific concepts of duty and of right, lifts these into the simple Ideas of the Beautiful and the Good. The movement of this abstraction is the consciousness of the dialectic contained in these maxims and laws themselves, and, consequently, the consciousness of the vanishing of the absolute validity previously attaching to them. With the vanishing of the contingent character and superficial individuality which imagination lent to the divine Beings, all that is left to them as regards their natural aspect is the bareness of their immediate existence; they are clouds, an evanescent mist, like those imaginative representations. The essence of these having been given the form of thought, they have become the simple thoughts of the Beautiful and the Good, which tolerate being filled with any kind of content. The power of dialectic knowledge puts specific laws and maxims of conduct at the mercy of the pleasure and frivolity of the youth which is led astray by it, and provides weapons for deceiving old age with its fears and apprehensions and which is restricted to life in its individual aspect. The pure thoughts of the Beautiful and the Good thus display a comic spectacle: through their liberation from the opinion which contains both their specific determinateness as content and also their absolute determinateness, liberation, that is, from the firm hold of consciousness on these determinatenesses, they become empty, and just for that reason the sport of mere opinion and the caprice of any chance individuality. 

La glosa de Findlay: "The dialectic of the Sophists and Socrates is a continuation of the dissolving irony of comedy. (Hay, en efecto, una cierta continuidad entre Aristófanes y Platón). For conventional opinions and prescriptions it substitutes cloudy notions of goodness and beauty." (584).

[c) El sí mismo singular cierto de sí como esencia absoluta]

Es aquí donde el destino antes no consciente, que consiste en la quietud vacía y en el olvido y se halla separado de la autoconciencia, se reúne con ésta. El sí mismo singular es la fuerza negativa por medio de la cual y en la cual desaparecen los dioses y sus momentos, la naturaleza que es allí y los pensamientos de sus determinaciones; al mismo tiempo, aquél no es la vaciedad del desaparecer, sino que se mantiene en esta nulidad misma, es cerca de sí y la única realidad. La religión del arte se ha llevado a término en él y ha retornado totalmente a sí. Puesto que la conciencia singular es en la certeza de sí misma lo que se presenta como esta potencia absoluta, esta potencia ha perdido la forma de algo representado, separado de la conciencia en general y extraño para ella, como eran la estatua y también la viva y bella corporeidad o el contenido de la epopeya y las potencias y los personajes de la tragedia; —además, la unidad no es tampoco la unidad no consciente del culto y de los misterios, sino que el sí mismo propiamente dicho del actor coincide con su persona, y lo mismo ocurre con el espectador, que se siente perfectamente como en su casa en lo que se representa ante él y se ve actuar a sí mismo en la acción. Lo que esta autoconciencia intuye es que, en ella, lo que asume hacia ella la forma de la esencialidad se disuelve y abandona más bien en su pensamiento, en su ser allí y en su obrar, es el retorno de todo lo universal a la certeza de sí mismo, que es, por ello, la ausencia total de terror, la ausencia total de esencia de cuanto es extraño, y un bienestar y un sentirse bien de la conciencia, tales como no se encontrarán nunca ya fuera de esta comedia. (p. 433).

§747. Therefore, the Fate which up to this point has lacked consciousness and consists of an empty repose and oblivion, and is separated from self-consciousness, this Fate is now united with self-consciousness. The individual self is the negative power through which and in which the gods, and also their moments, viz. existent Nature and the thoughts of their specific characters, vanish. At the same time, the individual self is not the emptiness of this disappearance but, on the contrary, preserves itself in this very nothingness, abides with itself and is the sole actuality. In it, the religion of Art is consummated and has completely returned to itself. Through the fact that it is the individual consciousness in the certainty of itself that exhibits itself as this absolute power, this latter has lost the form of something presented to consciousness, something altogether separate from consciousness and alien to it, as were the statue, and also the living beautiful corporeality, or the content of the Epic and the powers and persons of Tragedy. This unity, too, is not the unconscious unity of the Cult and its mysteries; on the contrary, the actual self of the actor coincides with what he impersonates, just as the spectator is completely at home in the drama performed before him and sees himself playing in it. What this self-consciousness beholds is that whatever assumes the form of essentiality over against it, is instead dissolved in it—in its thinking, its existence, and its action—and is at its mercy. It is the return of everything universal into the certainty of itself which, in consequence, is this complete loss of fear and of essential being on the part of all that is alien. This self-certainty is a state of spiritual well-being and of repose therein, such as is not to be found anywhere outside of this Comedy.

De Shakespeare podría decirse que extiende a todo el teatro, tragedia, historia y drama romántico, esta autoconciencia y teatralidad compleja de la comedia—ver por ejemplo "'Be Copy Now': Retroalimentación y dialéctica de la vida y el teatro en Shakespeare (Henry V, 3.1)."  Al §747 glosa Findlay: "The truth of comedy is that all the great big essential fixtures that stand over against self-consciousness are really products of, and at the mercy of, self-consciousness. The individual knows himself in his individuality as the Absolute." Por tanto, toda comedia es ya comedia vista desde una autoironía; toda comedia desde la Comedia Antigua es ya metateatro que revela al espectador como personaje del teatro social, y a la vez embarca a la vida y al teatro en una retroalimentación indefinida y una ironía sin límite apreciable, en la que el sujeto se afirma como una consciencia reflexiva y dialéctica, jamás coincidente plenamente con los roles sociales que desempeña.


 
 
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