sábado, 9 de junio de 2012

Cogidos con el pie cambiao

Alterada está la universidad con el "Real Decreto-ley 14/2012", y revolucionados los rectores, primero plantando al ministro y luego intentando negociación o regateo. Esto por diversas razones, muchas, pero me centraré en unas que tienen que ver con la asignación docente—aparte de la subida de tasas y de otras cuestiones que en principio no deberían desagradar tanto a los rectores, por ir encaminadas a reparar las devencijadas arcas de las universidades. Y así poder pasarles menos dinero público, que supongo que es el capítulo siguiente...

De las razones que tienen que ver con la docencia, la primera y supongo que fundamental es que también allí hay un recorte encubierto, recorte al bienestar del profesorado y a nuestros privilegios lentamente adquiridos. Creo que no me engaña la memoria si recuerdo que en los años 80 un profesor medio daba más horas por sueldo medio de las que imparte ahora. Otra cosa es que el sueldo no haya subido espectacularmente desde los años 80. A cambio, sí hay alguna horilla menos de clase. Y ahora este taimado Real Decreto a algunos les reduce aún más las horas de clase, sí, a otros los deja virgencita virgencita como están, y a bastantes (previas cuentas habrán echado ya, de que sale a cuenta) les aumenta la carga docente obteniendo así unos miles o millones de horas de trabajo adicional para el ministerio. Y el recorte en puestos volantes, quod erat consiguiendum.

Antaño, el catedrático tenía el privilegio de enviar al ayudante a dar las clases, y se hacía su propio horario más a medida. Ahora todo está mucho más ahormado, y creo que pocos tienen el cuajo de apoyarse demasiado en los ayudantes. El catedrático sigue teniendo muchos privilegios, sí. A efectos prácticos, es un miembro de una especie de logia o club rotary, el de los catedráticos del área, que se van aceptando y promocionando y apoyando unos a otros, y tienen más influencia en la profesión, y se reparten las comisiones e invitaciones y cargos a dedo y proyectos de investigación y asesorías de calidad, etc. etc., o hablan de oído de druida a oído de druida para ver a quién de su cohorte tienen que ir esas codiciadas prebendas. El catedrático tiene además un bonito complemento de destino que, si no hace rico a nadie, le demuestra al profesor titular quién es quien, con una ley que todos entienden, el lenguaje inapelable del dinero. La cátedra es, por tanto, un objeto de deseo no sólo como cumbre simbólica de la carrera, sino por otras razones políticas y prácticas.

Pero resulta que este sistema tiene algunos descosidos. Por ejemplo, la jubilación del catedrático no es mucho mejor (creo) que la del profesor titular, pues ya camino de la pensión y de la tumba vamos dejando por el camino complementos y ropajes prestados. Por otra parte, desde hace ya varios estratos legislativos, el catedrático y el profesor titular tienen la misma dedicación docente. Ni siquiera unas horitas simbólicas de menos para el catedrático—menos las que se pelee sentando cátedra y aporreándose el pecho en el consejo de departamento, claro; estamos hablando aquí de cuestiones legales iguales para todos, no de la Realpolitik que logre imponer cada gallo en cada corral.

Y ahora, este Real Decreto viene a introducir diferencias apreciables entre la dedicación de unos universitarios y otros, en base a su investigación. Eso viene a ser tanto como introducir nuevas reglas del juego, o reordenar súbitamente los cuerpos docentes y sus atribuciones, siendo el horario de dedicación una de las diferencias más llamativas que venían distinguiendo a un cuerpo investigador, el de profesores de universidad, de uno no investigador, el de profesores de escuela universitaria. Ahora repentinamente ya no se le presupone la investigación a todo universitario. Y, oh inri, cuando se redefine la dedicación docente de los profesores, el Real Decreto no lo hace atendiendo a razones de la valía de su Cuerpo, sino muy al contrario. Emplea el criterio de los sexenios, que ha enfadado a los rectores. Hasta ahora no parece que les molestase especialmente en sus aplicaciones extráneas al sentido original, que era cobrar un poquito más. Aunque ya la idea de que pudiera haber un titular con más sexenios (y complementos por tanto) que un catedrático supongo que venía minando las líneas divisorias de los Cuerpos Docentes. Ahora, más ofensivamente, resulta que un titular con tres sexenios obtiene una reducción de carga docente. Y un catedrático no. Un catedrático necesita cuatro sexenios (—con lo cual pudiera darse el caso chusco de que un Titular de Tres Sexenios, nuevo pseudocuerpo éste, sacara la cátedra y tuviera que pasar a dar más docencia por el hecho de hacerse catedrático). Esto no parece muy bien pensado, a menos que alguien lo haya pensado realmente muy bien.

Esperaremos por tanto esta normativa de aplicación del RD que los rectores quieren pactar con el ministro, a ver en qué queda la cosa.
Arguyen los rectores que el sexenio no es el único criterio aplicable para valorar la investigación... pero claro, es el que ya viene siendo aplicado, el oficialmente validado, y en época de recortes no parece plausible que se cree una nueva agencia y una nueva serie de comisiones para volver a valorar la investigación de los profesores.

De momento, por donde va la cosa es por la creación de nuevos cuerpecillos docentes con líneas divisiorias móviles que minan la diferencia entre titulares y catedráticos. Se da más peso a la investigación medida con sexenios que a la promoción —obtenida no sólo a base de sexenios sino también de alianzas políticas, turnos, imponderables locales, jubilaciones, etc., y quiérase que no supone un serio revés en las dinámicas por las cuales se orienta el personal en sus afanes e intrigas. Todos iban a la cátedra, y ahora los cogen con el pie cambiao, resulta que igual es más ventajoso ser titular sexeniado que catedrático. Hay remolinos en el fluido, confusión. ¿Para qué hacerse catedrático? ¿Qué está pasando? ¿Se difuminan los Cuerpos? Podría ser el primer paso para declarar a los catedráticos cuerpo en extinción, por qué no, como sucedió en tiempos con los de instituto. ¿Y qué sentido o dirección tendría entonces la vida, o la carrera? El sexenio, claro.  Porque ahí se vuelve a tocar la retribución incontestable, si no en dinero, en tiempo que es oro: todo docente quiere docer menos de lo que doce, eso parece una ley de aplicación si no universal sí bastante general. Y la nueva manera de sentar uno su caché de pata negra, el nuevo objeto de deseo es ser un Descargado.  Si es posible también catedrático, claro, pero para eso habrá que hacer cola un poquito más, que serlo con tres sexenios está penalizado, e igual deja de valer la pena...

Ah, no, que me olvidaba del club de druidas. A ése se pertenece por vocación, aunque el right of passage lleve penalización incluida. Igual por eso se puede pujar a la baja, e incluso cobrarles a los que quieran entrar.


Un comunicado que nos pasaban hoy:

Comunicado de la CRUE

Reunión de los rectores con el ministro de Educación, Cultura y Deporte para analizar el Real Decreto Ley 14/2012
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Los rectores de las universidades españolas se reunieron ayer en una sesión extraordinaria del Consejo de Universidades presidida por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.

La celebración de esta sesión se realizó retomando el diálogo, el debate y la búsqueda del consenso que históricamente había sido la forma de funcionar del Consejo de Universidades.

Esta sesión respondía a la petición que realizaron los rectores al Ministerio con el fin de convocar una reunión en la que, como único punto a tratar, se analizase el Real Decreto-ley 14/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo.

Los rectores trasladaron al ministro distintas cuestiones que se regulan en este Real Decreto-ley, como las tasas y precios públicos de los estudios universitarios, el régimen de dedicación del profesorado y la rendición de cuentas ante el órgano de fiscalización.

Incremento de tasas

La CRUE solicitó al Ministro una moratoria en la aplicación del incremento de tasas hasta que las condiciones económicas lo permitan. Tras un largo debate, en el que no se alcanzó un acuerdo en este sentido, los rectores propusieron que, al menos, no se aplicara ese aumento de tasas a los alumnos ya matriculados, tanto en los Grados como en los Másteres, así como en el plan de estudios antiguo, ya que esta medida puede ocasionar que muchos estudiantes no puedan hacer frente a las matrículas del próximo curso.

El ministro les trasladó la imposibilidad de llevar a cabo estas propuestas, y remitió a los gobiernos autonómicos la determinación del valor de los costes dentro de la horquilla de los precios públicos.

Modificaciones de la dedicación docente

Los rectores realizaron propuestas de reconocimiento de las actividades docentes que desempeñan los profesores universitarios, donde se incorporara, además de la docencia, la investigación, la transferencia del conocimiento y la gestión académica científica, entendiendo además que la investigación no solamente puede medirse a través de los sexenios, sino que existen otros parámetros de igual valor como los anteriormente descritos.

Asimismo, se comentó la contradicción que puede suponer con la Ley de la Ciencia, que establece en su artículo 32 que las universidades públicas, en el ejercicio de su autonomía, podrán establecer la distribución de la dedicación del personal docente e investigador.

NOTA INFORMATIVA

Ante las numerosas propuestas de reconocimiento de la actividad universitaria que lleva a cabo el profesorado, la Presidenta de la CRUE propuso la creación de una comisión mixta, presidida por la secretaria de Estado de Educación, FP y Universidades, Montserrat Gomendio, y formada por siete rectores en representación de la CRUE y los miembros que determine el Ministerio. La comisión va a tener como finalidad clarificar estos aspectos del Real Decreto-ley relativos a la dedicación del Personal Docente e Investigador.

De igual forma, se solicitó que la reunión de esta comisión se realice con suma celeridad.

Esta comisión va a analizar también algunas cuestiones técnicas planteadas en el artículo 81.5, relativas a la liquidación del presupuesto de las universidades.

El ministro comentó que a través de una enmienda a la Ley de Presupuestos se va a incluir al personal docente e investigador dentro del ámbito de aplicación de la tasa de reposición de efectivos, lo que permitirá la incorporación de hasta un 10 por ciento de personal a las plazas que se extinguen.

En el turno de ruegos y preguntas, los rectores solicitaron al titular de Educación conocer cuáles son las líneas maestras de este Gobierno en referencia al ámbito universitario. En este sentido, el ministro se comprometió a informarles de ello en una próxima sesión del Consejo de Universidades.


 
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