Dado que la asamblea de estudiantes de nuestra Facultat de Filosofia i Lletres en la UAB mantiene su convocatoria de huelga para los días 16 y 17 nos ha parecido prudente trasladar los actos del 16 al mismo centro en Barcelona que los del 17, COACBC. En principio el viernes 18 se mantiene en la UAB.
La razón de tanta prudencia, para los que me habéis preguntado, son los piquetes informativos, que pueden fácilmente interrumpir de muy malos modos cualquier actividad como sabemos, desgraciadamente, por experiencia propia.
Esto ya se da por supuesto en nuestro país, y se toma como parte del
paisaje ambiente. Que venga una panda de matones y, porque ellos están
de huelga, te ponen a ti de huelga sin preguntar ni pedir permiso, por
sus democráticos cojones. Y si no, como me dijo a mí un piquete de
Comisiones Obreras, en caso similar, "igual te forramos a hostias".
Entre todo el piquete, claro, que cuando van de uno en uno nunca
emplean ese tono tan decidido.
De lo peorcito, vamos, es lo que se suele apuntar al piquete "informativo".
Como lo aceptamos como parte inevitable del clima, tenemos lo que nos merecemos. Que en la universidad manda, a la hora de la verdad, el de la matraca. Esto ahora, y si cuela, a por más. Y a las autoridades, que no les pidan responsabilidades. En la misma huelga que digo yo, le habían echado el candado unos espontáneos a la entrada del campus universitario. Se lo hice notar a los guardias de seguridad, que estaban ahí delante, y me dijeron que no lo podían abrir, "que había huelga" (aunque ellos no estaban de huelga).
Claro, que, si lo hacen los nuestros, no es fascismo. Sino algo muy enrollado, supongo.
Es previsible que ahora que conviene jorobar al PP y hacerle la vida
difícil, y ahora que hay que "movilizarse en defensa de la enseñanza
pública", veamos cada vez más comportamientos abusivos e
intimidatorios, cuando no abiertamente violentos, orquestados por
diversas periferias contestatarias, plataformas, y agentes provocadores
de otros partidos—todo por el bien de la enseñanza y del saber, claro, y luciendo
un embudo de tamaño natural como emblema. Tolerancia y derechos, para
mí, que los de los demás me sobran y no van con el proyecto que tengo
ahora entre ceja y zeja.
No estaría de más que los universitarios fuésemos más críticos con
este
matonismo cotidiano y estos ejercicios de intolerancia, tan frecuentes
en algunas universidades—además de escribir artículos sobre lejanos
contextos postcoloniales o sobre la opresión de algún colectivo en el
siglo XVI. Pero ay, eso es más complicado, y nos podría traer
líos, sobre todo es mucho significarse... Mejor concentrémonos en
evitar nuestro propio contexto. Es más satisfactorio pensar que si la
banda de la porra nos obliga a hacer huelga, debe de ser por nuestro bien.
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