domingo, 12 de junio de 2011

De frenopático



 

Estaba yo hoy en la plaza tocando la guitarra según costumbre, observado de cerca durante un rato por un coche de policía aparcado en una esquina. Al cabo del rato, mientras atacaba yo "Hotel California", me viene la pareja, heterosexual, y me piden la documentación. Se la doy, —"¿Dónde vive usted?", etc.—Les explico y les pregunto si estoy haciendo algo sospechoso. Me dicen que no, que sólo están comprobando. Llaman a la centralita, y muy amables, me devuelven la documentación. "No, éste no es...". 

Me explican, "para que no se enfade usted", que es que andan buscando a uno que se ha escapado de un sanatorio psiquiátrico. Con una guitarra. Por lo que se ve, en la imaginación policial, si no ya directamente en la percepción común de las cosas, estoy bastante próximo a ser candidato a camisa de fuerza. Más de uno les daría la razón, supongo.... En la doxa común de este país, es bastante más cuerdo hacerse una carrera de piano, o de violín o de guitarra, y no tocar nunca el instrumento más que para preparar los exámenes. Y luego cerrarlo para nunca más acordarse de él. Mi guitarra es la única visible en el horizonte, y eso me hace semejante a los que huyen de un frenopático.


 
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1 comentario:

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