sábado, 2 de abril de 2011

Carte postale

Una canción de Francis Cabrel:





Encendidos los televisores
Cerradas las puertas de las conversaciones
Olvidadas las damas y las partidas de cartas
Dormidas las granjas cuando se van los jóvenes
Rotas las luces de las callejuelas de fiestas
Enfriado el vino ardiente y los platos
Llevadas lejos las palabras de las sirvientas amables
Desaparecidos los perros que jugaban bajo las mesas
Hechos jirones los manteles de las tardes de bodas
Olvidadas las fábulas de los críos al irse a la cama
Detenidos los vals de las últimas faldas
Y las notas desafinadas de los acordeones
Es una aldea perdida bajo las estrellas
Con viejas cortinas colgadas en ventanas sucias
Y en el viejo aparador, bajo el polvo gris
Queda una postal

Asfaltadas las piedras de los caminos tranquilos
Levantadas las hierbas de los lugares frágiles
Desiertos los puestos de las bellas foranas
Secas las huellas del agua de las fuentes
Olvidadas las frases sagradas de los abuelos
En los hogares de grandes chimeneas de piedra
Han volado las risas de las noches de cosecha
Y están encendidos los televisores
Es una aldea perdida bajo las estrellas
Con viejas cortinas colgadas en ventanas sucias
Y en el viejo aparador, bajo el polvo gris
Queda una postal

Han volado los vestidos de las prometidas bellas
Las alas de los grillos, las cestas de cerezas,
Olvidadas las risas de las noches de cosecha
Y están encendidos los televisores
Están encendidos los televisores.



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