sábado, 16 de octubre de 2010

Prohibido Álava

 

El indigno "gobierno de España" vuelve a quemar los vagones para mantener la locomotora en marcha (hacia ninguna parte). Ahora, para mantener a Zapatero sentado en la Moncloa, para el bien que hace, han pactado con el Partido Nacionalista Vasco un arreglo para aprobar los presupuestos, éstos y los del año que viene supongo.

El PNV, del cual, aparte de las connivencias y medias tintas con el terrorismo, lo mínimo que se puede decir es que es un partido que busca la secesión con España—manteniendo sólo las vías imprescindibles que convengan para chupar del bote. Un partido cuyo plan para el País Vasco no es que sea ya un enemigo resentido de España, sino un parásito activo que le sorba su cupo, y el del vecino si es posible. En este chanchullo del cupo vasco hay que decir que están a una todos los vascos, sean peneuvistas, socialistas, o del PP. Y los grandes partidos en su conjunto, vamos. Sólo UPyD, partido también bastante vasco de origen, lo ha denunciado.

Ningún día pasa sin su noticia secesionista. Ahora han pactado socialistas y nacionalistas la cesión de veinte transferencias más-- con el truco del almendruco ése de que según la constitución se pueden pactar transferencias no explicitadas entre el gobierno y la comunidad autónoma. La idea de la Constitución no era, naturalmente, que esto sirva para constituir un estado indepediente, o peor aún, dependiente a la manera de los parásitos, pero por allí van los tiros.  (Y qué razón tienen los de la eta, cuando dicen que si no fuera por los tiros... el país vasco sería como cualquier otra autonomía). Ahora van a hacerse los nacionalistas con la administración de la seguridad social, para tener también allí tratamiento preferente. Otra de las cosas que van a transferir es la administración de prisiones. Con lo cual ya se divisa desde aquí la política penitenciaria alternativa y euskaldunizada que se va a diseñar. Ya decía Rubalcaba que "en las cárceles del País Vasco no hay ningún miembro de eta", y qué razón que va a llevar enseguida.

Pero sólo quiero comentar un detalle especialmente revelador de este pacto, al margen de las transferencias. Es el "cambio de denominación" de las provincias vascas, que pasarán a llamarse -- bueno, provincias creo que ya ni las llaman, les dicen "territorios", pero ahora se suprimen oficialmente los nombres de Guipúzcoa, Álava y Vizcaya, para sustituirlos por sus equivalentes vascos. Ojo, no cuando se habla en vasco, sino cuando se habla en español. Como si el gobierno dictase que no habrá que referirse en los documentos oficiales a Nueva York, sino a New York, ni a Moscú, sino a Moskva, ni a Munich sino a München. La normalización, lo llaman—es una práctica nacionalista bien establecida, como ya pasó con Lérida/Lleida, o La Coruña/A Coruña. El gobierno, autonómico y nacional los dos a una, es tan prepotente que cree que puede legislar cómo se llaman las cosas, legislar sobre el idioma. Claro que la política lingüística no es otra cosa que legislar sobre el idioma, y se hace constantemente, con cierto éxito. Pero eso supone ir guiando y torciendo la voluntad de la gente, acogotando a los disidentes, en lugar de dejar que estos asuntos sigan su vía -- y que cada cual hable como dios le dé a entender. Hasta donde llegue el largo brazo del gobierno, por tanto, no se podrá decir ya ni Álava, ni Vizcaya, ni escribir Guipúzcoa. La gente luego llamará a las cosas como quiera donde no la vigile el Gobierno, claro.

Es una pequeña señal, nada más, se dirá. Que roza lo irrelevante. Pero es una pequeña señal de por dónde van los tiros. Unas pequeñas horcas caudinas por donde indican los nacionalistas vascos que hay que pasar, y por las cuales se va a encargar este sucio, este indigno "gobierno de España", que bien conoce el valor de los símbolos, de que vaya desfilando todo el resto del país. En esto como en todo lo demás. No votéis PSOE, nunca más.


 




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