Antes de reírsen, prueben a cantarlo en dos octavas, oigan. Yo sigo intentándolo. Igual de fondo se oyen ruidos de la celebración del mundial, cada cual en su nuit enchanteresse.
Por cierto, es tan de Bizet como esa del toréador. __________ Pero la versión acelerada que quería tocar yo era tal que así...
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Sorpresa, sorpresa—visita de mi amiga Ramona, a la que ví por última vez en Sagunto hace cinco años... y la vez de antes, quince o veinte años atrás. Los ochenta, en el recuerdo quedaron.
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