viernes, 4 de diciembre de 2009
Retorciendo la normativa
Texto publicado en el Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza:
El Departamento de Filología Inglesa y Alemana retuerce la normativa de ordenación docente para eludir sentencias judiciales.
En anteriores notas del Rincón de Opinión he expuesto cómo el Departamento de Filología Inglesa y Alemana viene actuando desde hace años con una normativa propia, a veces escrita, a veces no escrita, que contraviene la legislación. Desde la implantación de las nuevas titulaciones, se ha excluído de Máster y Doctorado a los profesores (fuesen cuales fuesen su puesto, sus méritos y su antigüedad) que no pertenecían a los grupos de investigación, favorecidos por la coordinadora, Dra. Onega bajo la excusa de la "Calidad".
Ahora bien, puede haber criterios de calidad subjetivos e ilegales, y éste es uno de ellos. Repetidamente el Rectorado y luego los tribunales de justicia han anulado estas normativas, por las cuales se nos impedía a mí y a otros profesores solicitar docencia en Máster o participar en el programa de Doctorado de nuestra área. Las sentencias de los tribunales, sin embargo, se han acogido en el departamento con desprecio, y se han cumplido de maneras torticeras e incompletas, buscando conseguir los mismos efectos sorteando los impedimentos legales: a saber, la exclusión de quienes no gozan de la bendición de la Coordinadora, la Dirección, los catedráticos y sus feudos—por muchos derechos legales y méritos académicos que tengan estos "excluidos".
Esto es un caso claro de acoso laboral, que además viene dejando un rastro administrativo fácilmente legible. La Universidad debería ser menos tolerante con estas prácticas.
En el estado actual de la cuestión, se accede a que solicitemos docencia, pero no se respeta el orden de prelación académica como es práctica generalizada en los demás departamentos. Por una normativa departamental sui géneris, se contempla la posibilidad de que otros profesores soliciten la misma docencia que ya hemos solicitado los "excluidos", y se pasa luego a hacer una baremación de sus méritos. De acuerdo, pero…
…no hace falta especificar que este procedimiento se nos ha aplicado, en toda la historia del departamento, únicamente a nosotros. Dentro de los grupos de apoyo mutuo se respeta religiosamente la jerarquía académica y nadie soñaría con solicitar la misma docencia que ya ha elegido alguien antes.
El resultado de la baremación de la Comisión de Ordenación docente es tristemente previsible. Naturalmente, dan más puntuación a los profesores pertenecientes a los grupos de investigación. ¿Cómo es posible, si en mi caso tengo más antigüedad, tengo todos los sexenios que puedo tener, y tengo muchas más publicaciones, tanto de mi área en general como sobre la materia en concreto?
Es fácil: se falsean los datos—para más vergüenza, con el beneplácito del Consejo de Departamento, que viene colaborando activamente en este acoso administrativo desde hace años. En mi caso, se me otorgan CERO puntos por publicaciones. Insisto en que tengo tres sexenios reconocidos, y que la materia en cuestión cuya docencia se disputa ("La representación, formas, métodos y problemas") es central a mi investigación.
Un 0,75, más exactamente, me ha otorgado la Comisión, en busca del efecto deseado, y sin vergüenza a torcer la ley, las evidencias, su criterio experto y su honestidad. Aquí hay unas cuantas publicaciones mías, la mayoría directamente relacionadas con la representación.
http://www.unizar.es/departamentos/filologia_inglesa/garciala/publicaciones.html
Juzgue el lector, y saque cuentas (a tres puntos por libro, y punto por artículo, pongamos de media según baremo). ¿Suma cero?
Y considérese luego cómo hay que llamar a lo que está sucediendo, desde hace años, en el Departamento de Filología Inglesa y Alemana, que sigue estas líneas maestras de actuación dictadas por sus catedráticos, con la colaboración activa de sus grupos y de la Dirección, y con la colaboración pasiva o la abstención negligente de la gran mayoría de sus miembros. Conociendo perfectamente las leyes y las normas, y también las sentencias judiciales que repetidamente vienen a recordárselas.
Es el tipo de actuación que desacredita a nuestra Universidad, y que no debería tener lugar ni amparo en ella.
José Angel García Landa
Profesor Titular de Universidad
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