martes, 1 de septiembre de 2009
Por el Prado mental
... se puede ir a pasear quien tenga tiempo. Le envío hoy este enlace a Selmin, del Mar de Mármara, que buscaba cosas sobre el Museo del Prado en inglés: The Prado on Google Earth. Es un paseo virtual por el museo a cargo de Google Earth, que se mete dentro de los cuadros. Las imágenes no es que estén en inglés, pero ya vale.
Les he mandado una copia de mi último post sobre el origen del lenguaje a Ibercampus, que parece que despiertan también después del verano; los últimos artículos que les envié se debieron perder entre los calores. El mismo se lo he enviado a una lingüista en Academia, Montserrat Veyrat, nuevo contacto, a ver si utilizo para algo esa web, con la de artículos que tengo colgados. Ahora que, día sí día no, hay alguien que localiza un artículo mío allí, siempre por lo que veo a través de Google.
Otra cosa que he hecho ha sido recuperar mi moto, que estaba tonta después de mes y medio parada; y he hecho un intento de ir a la piscina pero algún mendrugo ha tenido a bien cerrarlas por obras en pleno verano.
Lo que sí estaba abierto, para crear ambiente de septiembre, eran los bancos y Hacienda. Por donde he ido a hacer papeleos y gestiones que no sólo se me han llevado la mañana, sino que me tendrán muy ocupado mucho tiempo. Ay, quién se pasease por el Prado, o por un prado, en vez de por impresos virtuales y reales—que como no conseguía los virtuales, en la web de la Agencia Tributaria, me he tenido que ir a capturar los auténticos a mano a la calle Albareda—por donde vivía yo hace veinte años. Lo que me faltaba para empezar septiembre de buen humor. Y mañana otro traguillo, a recoger papeles, unos cincuenta kilos de ellos, a la Universidad.
Todo sea porque quien algo quiere algo le cuesta. Me dice mi socia que me centre y que hay que empezar a rentabilizar esfuerzos—supongo que esto de hacer un blog es precisamente lo contrario. Y parece realmente lejano eso de rentabilizar lo que hago. La única alegría es que aun en tiempos de crisis sigo siendo funcionario, y que si no tengo dinero, tengo, como me decía un tiburoncillo de las finanzas, una gran capacidad de endeudamiento.
Moi qui rêvais des champs d'été...
Aún habrá que alegrarse, e irse a dar un paseo mental, o virtual, por el prado, o por la playa, que salvo sorpresas no la voy a ver en muchos días.
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