miércoles, 13 de mayo de 2009

TransAmerica


Película sobre un/a transexual (ver ilustración) que busca acomodo en su ser y en su mundo; una comedia bastante buena, entre la sátira y la ternura—aunque algunos la considerarán un poco fuerte para la tarde del domingo, habiendo como hay gays y travestís, transexuales, pollas visibles, incestos, castraciones, felaciones y demás faralás.


La mejor broma de TransAmerica es un chiste repetido, que ya lo contó Almodóvar en La Ley del Deseo, cuando puso a Carmen Maura en el papel de un transexual. Aquí Felicity Huffman hace de mujer muy bien, con un toquecillo de exageración que le va bien a la identidad sexual del personaje pero sin pasarse con la caída de mano. Y es una experiencia ver la película sin atender al auténtico sexo del actor que hay tras el personaje, pues se ve así de modo especialmente vívido el tema de la identidad sexual como construcción, o como teatralización, interpretación de un papel y una retórica del género, etc.,—toda la temática que hace interesante el tratamiento de la identidad sexual en esta y otras películas sobre travestismo y transexualidad (—que son un continuo, y no "dos mundos distintos" como sostienen algunos, igual que son un continuo, aunque menos continuado, con las identidades sexuales "normales", en especial con la femenina).

Hace mucho para los matices de la película el hecho de que Bree, el/la protagonista, sea estrecho/a y tímida y traumado además de transexual. Es virgen—menos por una noche "lesbiana" en la que dejó embarazado a una chica de la universidad... y ahora le aterriza encima que tuvo un hijo, justo cuando iba a hacerse una operación crucial de cirugía genital. Y su terapeuta exige que se enfrente a la situación para darle el visto bueno definitivo, y que se haga cargo del chaval.... cosa que Bree no hace sino a medias, pues en primer lugar le oculta tanto su identidad sexual como su parentesco. Se hace pasar por una misionera que lo quiere sacar de su mala vida—cosa que aún añade un matiz más de teatralidad (ñoña en este caso) al personaje, una capa más de actuación—interesante. El chaval necesita urgentemente salir de la mala vida, y de momento no es que lo haga. Se dedica a putillo chapero en Nueva York— venía de una historia de maltrato sexual a manos de su padrastro, y al parecer le había cogido afición al asunto: desea hacer carrera en el cine porno, y no tiene ningún inconveniente en sacarse unos duros a base de felaciones. También necesita una educación urgente en otros sentidos—pues como muchos personajes de la película, como la familia de Bree sin ir más lejos, el chaval es tosco, grosero, egoísta, indiferente y despectivo hasta la naúsea. 

Viajando trans América desde Nueva York hasta California en plan roudmuvi (y enterándose por el camino todo el mundo de quién es quién) hay ocasión de ver mucha América profunda, ya sea en la miseria o en el lujo, gente buena, mala y regular. Hay pocos encontronazos con gente que desenmascare o ridiculice a Bree—si exceptuamos a su propia familia. La familia, frecuentemente la peor experiencia del inadaptado sexual, es aquí una pesadilla de la que más vale poner tierra por medio. Media América, o más.

El viaje termina con el chaval dándole un tortazo a Bree al descubrir quién es en realidad la misionera (justo cuando se animaba a meterse en su cama, para horror del "yo soy tu padre"). Este chaval, si lo interpretase un paticorto cejijunto de morro caído, en vez del guaperillas que lo interpreta, daría mejor la medida de lo que es la América moralmente profunda; la belleza siempre engaña. Yo creo que no tiene remedio, a pesar de su cara bonita. La película termina cuando visita otra vez a su madre, vaya, ya he dicho su madre—a su padre, ya operada el padre, pero no por mucho amor familiar, sino porque su trabajo es una mierda y su vida es una mierda, y allí tiene comida y tele. No sé si lo del calor familiar va tanto con él, eso no convence mucho. Y si la película argumenta que un transexual puede ser buena madre, también es cierto que baja mucho el listón de la vida moral del hijo, para convencernos de eso.

Es un transexual muy atípico el que vemos aquí, por otra parte. Es virgen (que no abundan, ni siquiera entre los transexuales). No tiene interés alguno en el sexo, al parecer—atípico. Ni en ambientes transexuales hi homosexuales ni travestís ni gays—cuando aterrizan en uno, se siente violentísimoa, sobre todo quizá por si su hijo se entera del asunto—pero también porque parece repugnarle todo lo sexual, bisexual o monosexual; su pene le horroriza, y a su vagina, cuando la estrena, no parece que vaya a irle mucho mejor. 

La película, tras poner en boca de su terapeuta que la disforia sexual se considera una enfermedad mental seria, pasa a refutar eso con su argumento, pues Bree es una persona tratable, dulce, medianamente ordenada y responsable, buena ciudadana, etc... y sin embargo la película profundiza muy poco en su identidad sexual, lo cual es una especie de falacia. Ciertamente sí que presenta un personaje traumado y alterado por la sexualidad, no sólo por la respuesta de los demás a su sexualidad, sino por lo sexual en sí. No sé si es un alegato a favor de qué, en este sentido... pues nada queda muy bien parado.

Menos traumados parecen, por cierto, los otros gay queens y transexuales que aparecen en la película, por ejemplo en la fiesta tupperware que dan unos tejanos. Allí Bree confunde a una mujer de verdad con un transexual, como la hemos confundido a Felicity Huffman, y su hijo habla con un señor calvo que es una drag king, diciendo que en su caso no se había dado cuenta de que era (o había sido) una mujer.... bien, pues esta drag king calvorota dice una de las mejores frases de la película, sobre las identidades sexuales postizas y auténticas: "We walk among you." Aunque la película lo demuestra por la vía contraria—we walk among ourselves.






 
Transamerica. Writer and dir. Duncan Tucker. Cast: Felicity Huffman, Kevin Zegers, Fionnula Flanagan, Jon Budinoff, Stella Maeve, Teala Dunn, Calpernia, Grant Monohon, Graham Greene, Burt Young, Carrie Preston, Amy Povich, Barbara Barron. Music by David Mansfield. Photog. Stephen Kazmierski. Ed. Pam Wise. Prod. Rene Bastian, Sebastian Dungan, Linda Moran. USA: Belladonna Productions, 2005.

1 comentario:

  1. Esta es una película que yo la verdad no hubiese visto en plan de decir me voy al cine a verla, pero la vi en un curso de verano y he de decir que me gustó bastante.

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