sábado, 9 de mayo de 2009

Ruth Page, Blogging on the Body

Ruth Page tiene un blog sobre narratología y cibernética, Digital Narratives. Y es una de las pocas personas al parecer interesadas en la narratología de los blogs, sobre la que he escrito alguna cosa aquí (por ejemplo sobre "Los blogs y la narratividad de la experiencia"). También está interesada en narratología feminista; me he leído un artículo suyo, "Blogging on the Body: Gender and Narrative", que compara las tendencias de blogueros y blogueras cuando se trata de hablar de cosas personales como es el caso de los blogs sobre la enfermedad. (Los blogs que estudia en su muestra van sobre la enfermedad, el cáncer).

Tomando como muestra comparativa otro corpus de blogs sobre viajes, tema pongamos "masculino", vemos que los posts de las mujeres sobre la enfermedad son mucho más largos que los de los hombres, y en el asunto de los viajes sucede al revés, son los hombres los que se enrollan sobre lo que ven y hacen—no tanto sobre lo que les pasa por dentro de la mente o del cuerpo. Esto parece corroborar ciertas tendencias en estilos narrativos, o quizá en un sentido más amplio, interaccionales, en hombres y mujeres: "women’s stories are seen to promote solidarity through affective emphases and self disclosure (Coates 1996), while men’s stories tend to be factually oriented and present the protagonist in a heroic light, or in isolation from others (Eggins and Slade 1997). "

En los blogs sobre enfermedad la interacción es especialmente importante, ya que se busca más deliberadamente el apoyo de una comunidad y la solidaridad con la situación del autor, no ya la respuesta a una idea u observación concreta de un post. El hecho de que se trate de narrativas vitales, no ficcionales, crea tipos de interacción particulares y hace especialmente relevantes a la hora de estudiar estos blogs la relación pragmática entre el bloguero y su público, no tanto las cuestiones formales a que se suele atender en narratología de la ficción, o la de narraciones que no se desarrollan en tiempo real.

También observa Page que las mujeres tienden a comentar más en los blogs de cáncer sobre mujeres, y los hombres en blogs sobre hombres, y en todo caso más las mujeres—aunque esto puede deberse, dice, no sólo a estilos de interacción, y a la tendencia femenina a interacción solidaria, sino también a una mayor probabilidad de experiencia compartida (el cancer de pecho en el caso de todas las blogueras de su muestra).


Otra manifestación de la "solidaridad" interaccional son los enlaces. Herring et al. habían distinguido tres tipos principales de blogs: los filtros (que promueven otros blogs o materiales en red), los blogs temáticos o "knowledge-logs" y los diarios personales. Bien, pues también hay enlaces que promueven más el contenido, y enlaces que promueven más a la persona, o a su blog, que viene a ser lo mismo hablando en red. Las mujeres del estudio de Page enlazan más, y usan más enlaces del tipo "personal" o interaccional-solidario, menos proporción de enlaces informativos. También son, en consecuencia, blogs más enlazados por otros blogs de comunidades semejantes—más del doble de enlaces que los blogs de hombres.


Otra dimensión que estudia son las señales de evaluación—también son las mujeres (ligeramente) más evaluadoras que los hombres. Hay que decir que la evaluación en las narraciones bloguísticas tiene una distribución y modalidades diferentes que en las anécdotas personales—aquéllas (las estudiadas por Labov, etc.) son retrospectivas y acabadas, mientras que el blog de la enfermedad se presenta más como un proceso continuo sin conclusiones definidas evaluables con tanta certidumbre de resolución.

En cuanto a subgéneros narrativos, los hombres tienden más a usar un género informativo neutro tipo "informe", y las mujeres cuentan más anécdotas, un género más afectivamente involucrado, buscando la solidaridad de los lectores: los hombres se centran más en acontecimintos concretos, y las mujeres más en desvelar sentimientos. De hecho, Page observa que en los blogs de mujeres aparece una modalidad que llama "Reflective Anecdote", anécdota reflexiva, en la que el foco no está en el hecho narrado sino en el hecho mismo de narrarlo—anécdotas que enfatizan la introspección, evalúan el pasado de la narradora frente a su presente, y presentan un flujo crítico entre el pasado, presente y futuro de la narradora. Van dirigidas a un público cuyas emociones quieren compartir y dirigir. De modo más general, también abundan más las anécdotas contadas para construir solidaridad con el interlocutor en las narraciones personales de mujeres en la conversación. Los hombres prefieren al parecer un silencio protector que proteja su masculinidad, y esto se ve comparativamente incluso en el caso de blogs centrados en cuestiones íntimas y personales.

Me recuerda esto a ese poema de Kingsley Amis, "A Bookshop Idyll", sobre la mayor expresividad emocional e interactiva de las mujeres...—siempre iguales los hombres, en la vida, en la muerte, en el amor y en la enfermedad, en las historias del bar, en la poesía y en los blogs. Uno se pregunta si girls (aren't) like that.






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