martes, 19 de mayo de 2009

Aliens en la tripa

Para que veamos el nivel de los personajes que nos están haciendo las leyes en este país— leyes que luego hay que cumplir y joderse.

La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha opinado en una entrevista en la Cadena SER sobre el anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo que un feto de 13 semanas de gestación no es un ser humano.

En ABC puede verse un vídeo donde declara literalmente lo siguiente sobre lo que son esos fetos abortables a voluntad:

"Un ser vivo, claro. Lo que no podemos hablar es de ser humano porque eso no tiene ninguna base científica".

Dice que el papel del gobierno es "garantizar derechos" y proporcionar "seguridad jurídica". Se entiende que será a las mujeres que abortan, porque desde luego en ningún caso es a los fetos abortados. Y si se pregunta por qué garantizar la seguridad jurídica de unos y no de otros, la ministra no acude a ningún argumento jurídico, sino directamente a la autoridad inapelable, a la Ciencia. Esto es significativo: habrá de ser la Ciencia, y no los juristas, o los filósofos, o los teólogos, quienes determinen científicamente si lo que hay en la barriga es humano o no.

Y la Ciencia — la Ciencia de la ministra — dice que los seres que engendran los humanos, y que llevan en su barriga, no son humanos. No dice a qué especie pertenecen, la ministra. Posiblemente crea que a ninguna.

Ojo, que la ministra admite que los fetos humanos son "seres". Es más, que son "seres vivos". Por donde no pasa, e invoca a la Ciencia, es por que sean "humanos". No cita ninguna autoridad, claro, sólo a la ciencia así a voleo— como hace el mono del Anís del Mono. O sea que no le vayan a ir con pruebas genéticas, por favor.


Lo más triste es que se puede decir esto, y sacar una ley acorde con este nivel de razonamiento—y no pasa nada. Con personajas de este calibre, este país tiene lo que se merece.

Y lo peor es que la ministra no cree ni esto, ni todo lo contrario. Ella, y el resto del partido, siguen instrucciones, y si mañana les ordenan defender todo lo contrario (por estrategia o por lo que sea) pues eso harán, media vuelta ar. Y de estos modos de (no) pensar, y de actuar, salen los nazismos, y los nazismos cotidianos.

(Oh, por favor, no nos venga con esas, que esas cosas sólo pasaban en Alemania... aquí somos diferentes, aquí no se mata a nadie.)



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PS— LA LUCHA POR LA VIDA Y LA LEY DEL MÁS FUERTE. Arcadi Espada concluye, sopesadas las "científicas" opiniones de la ministra, y las de los obispos, que no hay opiniones objetivas sobre lo que define al ser humano—que todo se basa en creencias. Cierto. Pero las hay muy tendenciosas, como cuando se declara no humanos a los judíos, o a los negros, o a los que tienen síndrome de Down—genoma distinto—o a los fetillos como el de la foto. Es poner el listón un poco alto de más, diría yo. Más parece coger el toro por los cuernos Arcadi Espada cuando insinúa que la cuestión fundamental es "si el aborto forma parte de esa repetida necesidad de lo humano de volverse contra sí mismo a fin de cumplir el implacable mandato de supervivencia de la especie." Digo que es más claro–porque allí sí que presenta el aborto como un caso de lo humano volviéndose contra sí mismo, es decir, contra
lo humano. No diría yo sin embargo, como dice allí, que se vuelve lo humano contra lo humano por la supervivencia de la especie, un fin loable que sin embargo me parece un tanto dudoso en este contexto, indirecto hasta el interrogante, y en todo caso no buscado... Vamos, un curioso darwinismo abortivo, el de Arcadi Espada. En el aborto libre, que es de lo que se trata, lo humano se vuelve contra lo humano más bien por el interés egoísta, la pura conveniencia personal, o la indiferencia del más fuerte. Cuestión orillada en el análisis de Espada.



 

 
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