viernes, 17 de abril de 2009
Tai-Chi acelerado
Ay que se acaban las vacaciones del equinoccio de primavera... llega el fin de semana, y no sabe uno si aún son vacaciones o si sólo es fin de semana. Aunque con los nenes en el cole (y yo llevándolos y trayéndolos) son en cualquier caso vacaciones a medias. Por lo menos hace una tarde excelente y saldremos a la plaza del pueblo a tomar el sol con los vecinos. Aparte he currado de lo mío, y hasta he hecho un viaje, por eso de comprimir más cosas en el tiempo y ketekunda.
Un invento de cierto éxito en estas vacaciones ajetreadas ha sido el Tai-Chi acelerado, más propio para ajetrados occidentales que el Tai-chi clásico, pues el clásico requiere paciencia y calma de chinos, y más tiempo libre o más ganas de perderlo. El acelereado consiste, claro, en hacer los movimientos del Tai-chi pero en lugar de hacerlo lenta y pausadamente, con paz espiritual y en comunión con el cosmos, hacerlo todo a velocidad fast-forward, dando patadas giratorias, extensiones de brazo en arco y súbitas quebradas agachado, aterrizando con los pies en 180º mientas haces molinillos con las manos a toda prisa, y vuelta otra vez patada al aire como un poseso. De hecho adquiere un cierto parecido al kung-fu, si no fuera porque falta el rival, que eres tú mismo, o el Tiempo. Mientras la gente del parque mira pasmada la rabia con que despliegas tanta actividad frenética e inútil.
Para darle otro toquecillo occidental, a este Tai-Chi acelerado, se pueden introducir, entre vuelta y vuelta, unas rápidas consultas al reloj de pulsera.
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