jueves, 27 de octubre de 2016

Retropost #1198 (27 de octubre de 2006): Scoop

 
Scoop

Publicado en Cine. com. José Ángel García Landa

La última de Woody Allen, y hasta con Woody Allen, cosa cada vez más infrecuente. Pero ésta no va a hacer historia: es flojilla, una película sencillita (al estilo del Manhattan Murder Mystery), un poco como un homenaje a un tipo de películas de detectives que se hacían, o se deberían haber hecho, en los años cuarenta, pero que siempre parecen un poco distorsionadas, parodiadas o retomadas en plan histerizado, una vez se les incluye a Woody Allen como investigador. (Y un periodista que se escapa nada menos que de la barca de la Muerte, para dar el chivatazo de quién es el asesino). En este caso, el asesino principal ni sale; es un asesino en serie, pero conocemos a un copycat killer, que se aprovecha de la serie de crímenes para colar uno más, y librarse así de una prostituta que lo chantajeaba... Vamos, que el lema podría ser que "aunque cojan al asesino, y no sea tu novio, tu novio también puede ser un asesino"—hasta EL asesino, y hasta TU asesino si te descuidas. No os fiéis de esta gente que anda por las country houses de los ricachos ingleses, Woody Allen se ríe del té con pastas pero está convencido de que hay muchos esqueletos en los armarios. Y de que llegado el caso, se llevan por delante a quien les amenace la pasta y el status, sin pensárselo dos veces.

Algo copycat, aparte del caso del "El asesino del tarot", es que la idea básica del argumento quizá derive de El Nombre de la Rosa (¿hay una lógica unitaria detrás de las muertes, o la inventamos, o se cruzan varias lógicas?). Pero sobre todo, la peli es un poco autocopiona: ¿son clásicos del estilo de Woody, o está metiendo la mano al fondo del tonel a ver si aún puede sacar algo? Los actores no están demasiado acertados tampoco, en especial el aristócratarot. Woody ya se sabe: a estas alturas no es que experimente precisamente con su saber star, y la cosa rechina cada vez más si no se innova en esto. Sea como sea, un planteamiento sencillito para una película que se ve bien pero que no va hacer titulares... y si os la perdéis, pues aparte de un rato medianamente divertido, poco se habrá perdido.
Ah, bueno, un chiste de los de Woody, hablando de religiones con una elegante pareja inglesa en un cóctel: "Ah, el cristianismo, claro, claro. Bueno, a mí me educaron en la religión israelita, pero luego me convertí al narcisismo". Este casi me lo podía haber inventado yo.





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