viernes, 28 de febrero de 2014

We Were Part of the Lonely Crowd


Guitarra y guitarrita
Mi versión de una de los Eagles, de los tiempos de The Sad Café. Alguien la subió a esta web de mp3. Salía en el disco The Long Run, creo.

(PS. Años después. Ya eliminaron la web de los mp3. Bueno, aquí sigue en YouTube)



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Acción: El concepto y su historia


Hoy abundo en el Literary Theory and Criticism eJournal.




Allá hacia mediados de los 80 me dedicaba yo a hacer una tesis doctoral, "El relato en la trilogía de Beckett Molloy, Malone Muere, El Innombrable"— tesis sobre una trilogía de novelas que, quizá por falacia imitativa, acabó creciendo hasta tres volúmenes, y terminó leyéndose en 1988. Con cierto éxito, para lo que son las tesis: aunque no se rasgó el velo del templo, me dieron la nota máxima y hasta el Premio Extraordinario de Doctorado de mi universidad. No contento con escribirla, me dediqué a reescribirla, pues así no podía publicarse, o no debía: y saqué de ella dos libros, aprovechándola como al cerdo. Uno sobre Samuel Beckett, y otro sobre teoría de la narración. Tras mucho rodar, acabó publicando este último la Universidad de Salamanca. Por ahí está—se titula Acción, Relato, Discurso: Estructura de la ficción narrativa. Empecé a hacer una edición electrónica en html pero se quedó un tanto inacabada, hasta nueva orden. Lo que hay hecho puede leerse aquí. También he descubierto una edición electrónica pirata, pero no me ha llegado la devoción hasta el punto de denunciarla, ni de comprármela. En fin, por lo menos está accesible. Visto lo visto, y dado que tiene unas 500 páginas y es demasiado tocho así de golpe, he decidido ahora hacer una edición electrónica por secciones, en el SSRN. Aprovechando que he localizado en una caja el "manuscrito" por así llamarlo, sin encuadernar. Así que inauguro una serie de capítulos, ahora papers subidos al SSRN, y distribuidos en sus revistas. La bibliografía tendrá que esperar a la última sección; la primera contiene además un índice e introducción general, y se titula "Acción: el concepto y su historia." Este es el resumen en el SSRN:

Abstract:    
Spanish Abstract: "Acción, Relato, Discurso" es un tratado sistemático de narratología estructuralista. La primera sección (1.1) estudia las raíces del concepto estructuralista de acción narrativa tal como se encuentran en la poética clásica (Platón y Aristóteles) y en las teorías de los formalistas rusos y los Nuevos Críticos anglosajones a principios y mediados del siglo XX.

English Abstract: "Action, Story, Discourse" is a systematic treatise in structuralist narratology. The first section (1.1) traces out the roots of the structuralist notion of narrative action in classical poetics (Plato and Aristotle) and in the early and mid- twentieth-century theories of the Russian Formalists and the New Critics.

Y aquí las diversas revistas que lo han distribuido.


Reference Info: Acción, Relato, Discurso: Estructura de la Ficción Narrativa (Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 1998)

Date posted: February 20, 2014  

http://papers.ssrn.com/abstract=2398331


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YO



Hablan de mí en el Diccionario de Filosofía  de José Ferrater Mora, sub voce "Yo". Me temo que me consideran algo sin sustancia:

  


YO.  Este pronombre personal de primera persona en singular puede ser usado en la forma corriente en expresiones como 'Yo quiero una manzana', 'Yo prometo pagar mis deudas' (en las que, en español, no es necesario usar 'yo': 'Quiero una manzana', 'Prometo pagar mis deudas'). Algunas de estas expresiones plantean problemas filosóficos. Por ejemplo, 'Yo prometo pagar mis deudas'—o 'Prometo pagar mis deudas'—es el presente de indicativo, primera persona en singular, del verbo 'prometer' acompañado del complemento 'pagar mis deudas'.  En principio, no parece haber entre '(Yo) prometo pagar mis deudas' y 'Él promete pagar sus deudas' más diferencia que la verbal, la cual corresponde en cada caso a una persona distinta—'yo' o 'él'—. Sin embargo, en el primer caso el prometer tiene una función ejecutiva (véase EJECUTIVO) o "performativa", mientras que en el segundo caso tiene una función descriptiva.

En filosofía 'yo' ha sido usado con el artículo 'el' en 'el yo', o 'el Yo'. En este caso, 'yo', o, como se escribe más comúnmente, 'el Yo', suele designar una realidad o una forma de realidad, equivalente a la persona (VÉASE), a la conciencia (VÉASE), o a la identidad personal.

'El Yo' se ha entendido frecuentemente en sentido psicológico como designando aquello que subyace a sus manifestaciones, esto es, a cualquier acto mental, o serie de actos mentales: el Yo es entendido entonces como una substancia que permanece, es decir, que sigue siendo idéntica, debajo de todos sus posible actos. Algunos autores han puesto en duda que haya algo que pueda llamarse "el Yo" sencillamente porque no hay nada que pueda llamarse "una substancia". El Yo es entonces el nombre que se da al conjunto de los actos mentales.

El concepto de 'Yo', o 'el Yo', ha sido entendido principalmente en tres sentidos: el psicológico, antes indicado, el epistemológico y el metafísico. El Yo epistemológico es o una substancia cognoscente o la serie, generalmente formando una unidad o estructura, de actos cognoscentes, actuales o posibles o ambos a la vez. El Yo metafísico es generalmente concebido como una substancia que es más fundamental que toda realidad psicológica o epistemológica. Tradicionalmente, este Yo metafísico ha sido concebido como el alma (VÉASE).

Aunque el Yo psicológico, entendido substancialmente o "funcionalmente", se ha interpretado a menudo desde el punto de vista del sujeto en cuanto sujeto cognoscente, no se han excluido otros actos, tales como sentimientos o emociones o voliciones. Se ha hablado entonces del Yo cognoscente, del Yo emotivo o del Yo volitivo, así como de un "Yo" que representa la unidad de todos los actos y que abarca todas las "facultades".

No es fácil distinguir siempre entre los sentidos psicológico, epistemológico y metafísico del concepto de "Yo" entre los filósofos, porque muy a menudo se ha pasado, deliberadamente o no, de uno a otro.

Ejemplos de estos modos diversos —y entrelazados— de entender el concepto de "Yo" los encontramos en el idealismo alemán. Así, Fichte concibe el Yo como una realidad anterior o previa al sujeto y al objeto, como la realidad que se pone a sí misma y con ello pone lo que se opone a ella. Este Yo fichtiano es primariamente un Yo metafísico, pero en sus descripciones Fichte acude a ejemplos que parecen corresponder al Yo psicológico, llamado a veces "Yo empírico".

Kant desarrolla un concepto "trascendental" del Yo, lo que le permite distinguir entre el yo psicológico (empírico), el Yo epistemológico y el Yo metafísico (alma). El yo, transcendentalmente (o epistemológicamente) hablando, es la unidad trascendental de la percepción (VÉASE), unidad cuyo carácter objetivo la distingue de la unidad subjetiva de la conciencia, la cual es, según Kant, "una determinación del sentido interno mediante la cual lo diverso de la intuición se da empíricamente para reunirse de este modo". Este Yo es por tanto un "Yo para el conocimiento". Es ilegítimo pasar de este Yo al Yo "trascendente" del que hablan los metafísicos. Sin embargo, en la medida en que se le plantean a Kant los problemas derivados del paso de la razón teórica a la razón práctica, se le hace más difícil mantener la concepción del Yo como unidad trascendental de la apercepción. El Yo puede no ser metafísico pero se convierte en un "Yo moral", distinto de la conciencia empírica.

Para Dilthey, el Yo trascendental es una ficción, el único Yo real es el Yo empírico de carácter histórico, el "sujeto biográfico". El carácter substante o "substantivo" del Yo es función de la experiencia histórica. Gustav Teichmüller concibió el Yo como una "coordinación", la cual definió como "el punto común de referencia para todo ser real e ideal dado a la conciencia" (cfr. Neue Grundlegung der Psychologie und Logik, 1889, ed. J. Ohse, pág. 167). Maine de Biran destacó el carácter concreto del Yo; el Yo es siempre experiencia concreta y real y se constituye mediante el sentimiento del esfuerzo en el encuentro con los "obstáculos" y "resistencias" del mundo. Esta concepción del Yo es más volitiva que intelectual.

Varios filósofos del siglo XX se han ocupado del problema del "yo". Para Husserl, en las primeras etapas de la fenomenología, no hay ningún "yo primitivo" que sea un "centro necesario" de referencia. Lo único que se encuentra es el "yo empírico y su referencia empírica a aquellas vivencias propias o a aquellos objetos externos que en el momento dado se han tornado para él justamente objetos de atención especial, quedando fuera y dentro muchas otras cosas que carecen de esta referencia al yo". Mas posteriormente ha sostenido que no puede dejar de admitirse un yo puro, el cual presenta una "trascendencia peculiar, una trascendencia en la inmanencia" y que consiste, en última instancia, en ser sujeto histórico. Por esta aproximación del yo puro a la unidad de la apercepción ha podido justamente la fenomenología de Husserl, "sin dejarse extraviar en la pura aprehensión de lo dado", convertirse en una "egología trascendental". Mas esta egología no parece todavía suficientemente "concreta". Todo lo que hemos dicho en el artículo sobre la noción de conciencia puede, por consiguiente, utilizarse, por lo menos analógicamente, para entender el yo. La vuelta a la "interioridad" del yo se ha hecho patente en varias tendencias contemporáneas. Según Louis Lavelle, el yo es interior a sí mismo y sobrepasa toda dualidad entre el ser y el conocer. Es una "actividad interior a sí", que está, según los momentos, en estado de tensión o en estado de distensión. "Así —escribe Lavelle— yo soy un ser que se hace a sí mismo, y no un ser que se mira como siendo. No hay, pues, conocimiento de sí en el sentido de que este conocimiento suponga una conciencia de sí que anula tal distinción, pues ella me permite aprehender siempre mi ser en estado naciente, en el acto mismo por el cual, a cada momento, no ceso de crearlo." Con lo cual el acto por el cual el yo toma conciencia de sí anticipa el ser del yo y, en cierto sentido, le da este ser. De ahí la diferencia entre "yo" y "el yo". Por eso Ortega concibe este yo que yo soy como algo esencialmente existente, como un quien que, sin embargo, no excluye la posibilidad de un pensamiento de su propia realidad. El yo que es mi realidad es, por consiguiente, la mismidad. No es un concepto vacío en el cual se aloja posteriormente el yo que soy, sino un concepto que surge en la medida en que mi yo se hace a sí mismo. Este hacerse requiere empero, según Ortega, la circunstancia, pero no es simplemente el resultado de ella. En verdad, el yo concreto es el resultado dinámico de un hacerse a sí propio que no depende enteramente de la circunstancia ajena, ni es tamposo el efecto de una supuesta actividad substancial. Así, el yo propio parece eludir toda naturaleza y coincidir con su propia historia. Pero esta historia no se puede realizar, creemos, sin que a su vez el yo propio no quede vinculado a una determinada persona (VÉASE). "Con lo cual no sostengo —hemos escrito en otro lugar— que nos las habemos con una persona que tiene por ventura una historia, sino con una persona que no puede entenderse sino históricamente. Mutatis mutandis puede decirse que 'la substancia personal' en que consiste el hombre es lo que subsiste por derecho propio y es perfectamente incomunicable. Pero no por ser un supuesto de índole racional, sino un supuesto cuya 'naturaleza' es histórica y dramática. La persona humana sería así, 'una substancia individual de naturaleza histórica'" (El ser y la muerte, 1962, página 188).

En los párrafos anteriores hemos tocado con frecuencia un punto que algunos autores consideran central con con respecto a la noción de "yo": es el que se refiere al carácter substancial o no substancial de la realidad designada. Examinaremos ahora brevemente este problema al hilo de las varias opiniones típicas mantenidas al respecto, especialmente en el pensamiento contemporáneo.

Estas opiniones pueden reducrse a tres: 1) La de quienes siguen adhiriéndose a las concepciones "clásicas" según las cuales el yo es una substancia, tanto si ésta es considerada como un "alma substancial" como si se le atribuyen los caracteres de la "cosa"; 2) la de quienes niegan toda substancialidad al yo y sostienen que el yo es un epifenómeno, o una pura función, o un complejo de impresiones o de sensaciones; 3) la de quienes buscan una solución intermedia, ya sea por medio de una combinación ecléctica, o bien a base de un principio distinto. Las tres opiniones pueden rastrearse en muy diversos períodos de la historia de la filosofía occidental, pero se han manifestado con particular claridad desde el momento en que el dualismo cartesiano de las sustancias pensante y extensa dio lugar a múltiples ensayos para solucionarlo (monismo, pluralismo, etc.) y sobre todo desde el instante en que el fenomenismo contemporáneo replanteó la cuestión de la índole del yo con la todo radicalismo y no sólo bajo el aspecto de la relación "cuerpo-alma", sino también desde el punto de vista de otras relaciones: "yo-mundo"—incluyendo en el mundo el cuerpo—, "interior—exterior", "realidad psíquica-realidad física", etc. Numerosos ejemplos podrían proporcionarse de cada una de estas opiniones. Varios han sido ya indicados en los párrafos anteriores. Nos limitaremos ahora a destacar algunos intentos contemporáneos correspondientes a la tercera de las citadas posiciones.

Figuran entre ellos muchas de las teorías actuales de la persona (VÉASE) que afirman a la vez su continuidad y su trascendencia, las concepciones de Whitehead tal como se hallan expuestas en la doctrina categorial de Process and Reality, la teoría del yo mantenida por De Witt Parker en su libro Experience and Substance (1914); los varios intentos actuales para dar una solución distinta de la tradicional al problema del cuerpo (VÉASE); las teorías sobre la realidad psicológica de Scheler,  Pfänder y Maximilian Beck; las tesis de Ortega sobre vida, alma y espíritu; la doctrina sobre el yo de R. Frondizi. Este último autor se ha ocupado con particular detalle del problema del yo, defendiendo una idea del mismo igualmente opuesta al substancialismo tradicional y a la negación de toda subsistencia tal como es postulada por varios filósofos empiristas radicales. Según Frondizi, el yo no es una experiencia entre otras, ni el conjunto de las experiencias, sino algo más, un "plus" que, sin embargo, no puede ser identificado con una substancia intemporal y en sí no sometida a cambio. El yo cambia, pero a la vez es permanente; es, en rigor, "lo siempre presente", "lo estable" dentro del cambio. El yo puede ser definido entonces como una realidad cuyo carácter fundamental es el ser funcional. Por eso las experiencias y actos del yo no le son accidentales, y por eso poseen una "unidad estructural". A ello hay que agregar, según Frondizi, el carácter no independiente del yo (es decir, su no preexistencia en el mundo, y su integración o autoconstitución en su trato activo con el mundo y con los otros yos), lo cual equivale a reconocer su intencionalidad.

Todas las doctrinas hasta aquí referidas pertenecen a la historia de la llamada filosofía occiental. La llamada filosofía oriental se ha ocupado asimismo del problema del yo, aun cuando la significación del concepto sea en muchos casos harto distinta de la que tiene entre los autores occidentales. Uno de los ejemplos más conocidos de esta reflexión sobre el problema del yo es la que proporciona el budismo. Esta tendencia niega, en rigor, el yo, y, con ello, la conciencia (que no es sino una de las propiedades que se atribuyen al yo). Lo que llamamos 'Yo' —la "individualidad"—es, según los budistas, un engaño: resulta de una inadmisible identificación de una realidad con el individuo. Ahora bien, el Yo puede descomponerse en un cierto número de factores últimos, de los cuales conviene destacar cinco: la materia, el sentimiento, la percepción, el impulso y la conciencia. Suponer que estos factores componen el Yo es, según los budistas, un puro acto de imaginación. Cierto que esta doctrina budista no es, propiamente hablando, una explicación teórica del yo, sino un método con el fin de llegar a comprender que el hombre debe descargarse del fardo de la individualidad. Pero semejante método no sería posible si la individualidad no fuera denunciada como un engaño y, por consiguiente, sin una cierta "idea" de ella que, traducida al lenguaje occidental, parece acercarse al fenomenalismo extremo y en parte al "fenomenalismo idealista".

Mencionamos, en orden cronológico de aparición, obras (sistemáticas e históricas) sobre el problema del yo, de la identidad o identificación del yo, etc. Hay que completar esta bibliografía con la de otros artículos (por ejemplo HOMBRE; PERSONA).

Véase: P. Asmus, Das Ich und das Ding an sich. Geschichte ihrer begrifflichen Entwicklung in der neuesten Philosophie, 1873. — Th. Lipps, Das Ich und das Tragische, 1892. — G. Gerber, Das Ich als Grundlage unserer Weltanschauung, 1893. — Arthur Drews, Das Ich als Grundproblem der Metaphysik, 1897. — Walleser, Das Problem des Ich, 1903. — G. Kafka, Versuch einer kritischen Darstellung über die neueren Anschauungen über das Ichproblem, 1910. — K. Oesterreich, Phänomenologie des Ich in ihren Grundproblemen, I., 1910. — Íd., íd., Die Probleme der Einheit und der Spaltung des Ich, 1928. — Charles Gray Shaw, The Ego and Its Place in the World, 1913. — John Laird, Problems of the Self, 1917. — H. De Witt Parker, The Self and Nature,  1917. — G. Lehmann, Psychologie des Selbsbewusstseins, 1923. — Sigmund Freud, Das Ich und das Es, 1925 (trad. esp.: El Yo y el Ello, en la edición de Obras completas, por L. López Ballesteros, citada en la bibliografía del artículo PSICOANÁLISIS). — William Ernest Hocking, The Self: Its Body and Freedom, 1928. — Carl Gustav Jung, Die Beziehungen zwischen dem Ich und dem Unbewussten, 1928 (trad. esp.: El Yo y lo Inconsciente, 1935). — O. Jansen, Das erlebende Ich und sein Dasein, 1932. — Mensching, Zur Metaphysik des Ich, 1934. — Jean Nogué, Essai sur l'activité primitive du moi, 1936. — Heinrich Giesecke, Das transzendentale Ich bei Fichte. Kritischer Versuch under besonderer Berücksichtingung phänomenologischer Gesichtspunkte, 1936. — Louis Lavelle, Le moi et son destin, 1936. — Íd., íd., Les puissances du moi, 1948 (trad. esp.: Las potencias del yo,  1954). —A. C. Mukerji, The Nature of Self, 1938. — A. Cosentino, Temps, Espace, Devenir, Moi. Les sosies du néant, 1938. — N. J. J. Balthasar, Mon moi dans l'Être, 1946. — Giovanni Emmanuele Barié, L'io trascendentale, 1948. — Kurt Bach, Auferstehung des Ich, 1948. — P. M. Symonds, The Ego and the Self, 1951. — Risieri Frondizi, Substancia y función en el problema del yo, 1952; 2ª ed., rev., con el título, El yo como estructura dinámica, 1970. — L. Hyde, I Who Am; A Study of the Self, 1954. — James Brown, Subject and Object in Modern Theology, 1955 [sobre Kierkegaard, Heidegger, M. Buber y K. Barth]. — Rodolfo Mondolfo, La comprensión del sujeto humano en la antigüedad clásica, 1955. — F. J. Mott, The Nature of the Self, 1959. — A. O. Lovejoy, The Reason, the Understanding, and Time, 1961. — John Mac-Murray, Persons in Relation, 1961 [Gifford Lectures, 1954]. — Benjamin Meynard, The Nature of Ego: A Philosophical Study, 1962. — Sydney Shoemaker, Self-Knowledge and Self-Identity, 1963. — Jan M. Broekman, Phänomenologie und Egologie. Faktisches und transzendentales Ego. 1963. — M. Esther Harding, The "I" and the "Not-I": A Study in the Development of Consciousness, 1965. — Gerald E. Myers, Self: An Introduction to Philosophical Psychology, 1969. — Henry W. Johnstone, Jr., The Problem of the Self, 1970. — Maurice Nathanson, The Journeying Self: A Study in Philosophy and Social Role, 1970. — William Earle, The Autobiographical Consciousness, 1972. — E. Marbach, Das Problem des Ich in der Phänomenologie Husserls, 1974. —W. P. Alston, Ch. Taylor et al., The Self: Psychological and Philosophical Issues,  1977, ed. T. Mischel. — P. Weiss, You, I, and the Others, 1980. — R. M. Zaner, The Context of Self: A Phenomenological Inquiry Using Medicine as a Clue, 1981. — D. Noguez, "La conquête du 'je', esquisse d'un hommage à Barthes", Revue d'Esthétique 2 (1981), 83-389. — S. Boni, The Self and the Other in the Ontologies of Sartre and Buber, 1982. —A. Hartle, The Modern Self in Rousseau's Confessions, 1984. — K. Nagasawa, Das Ich deutschen Idealismus und das Selbst im Zen-Buddhismus: Fichte und Dogen, 1987. — Ch. Riedel, Subjekt und Individuum zur Geschichte des philosophischen Ich-Begriffes, 1989. — U. Verster, Philosophical Problems (Consciousness, Reality and I), 1990. — O. Balaban, Subject and Consciousness: A Philosophical Inquiry into Self-Consciousness, 1990. — D. Kolak, R. Martin, Self and Identity: Contemporary Philosophical Issues, 1991. — W. Lacentra, The Authentic Self: Toward a Philosophy of Personality, 1991. —A. Damiani, Standing in your Own Way: Talks on the Nature of Ego, 1993.




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Things Have Changed (2)

Things Have Changed (2) by JoseAngelGarciaLanda

Things Have Changed (2), a photo by JoseAngelGarciaLanda on Flickr.

Still rocking after all these years. But— things have changed.
 
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jueves, 27 de febrero de 2014

Out of Oil Apocalypse


 

 

Oil Apocalypse. TV film. (Mega Disasters). ("Oil Apocalypse What If the Oil Runs Out 2013). YouTube (Gun Slinger) 18 April 2016.*

         https://youtu.be/T-7Fwa7jVQk

         2024

 

Out of Oil Apocalypse (What If: The Oil Runs Out). BBC Discovery Channel prod. YouTube.*

         http://youtu.be/dBkp0J5Oj30

         2014

 

 

 

 
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La Revolución es ilegal hasta que triunfa







La Revolución es ilegal—

.... hasta que triunfa.




Otra manera, quizá, de decir Vae victis. Se desarrolla esta idea en esta conferencia, en un simposio sobre Hegel, sobre el (no) derecho a la revolución, que incluye muchas divertidas y filosóficas consideraciones sobre retrospección y retroacción, y sobre la incierta dialéctica entre delincuencia y legitimidad, resistencia y orden, utopía y realidad. Etc. Aplicable a Ucrania, a Venezuela, a Melilla, a España, a lo que quieran...

Costas Douzinas, "Is There a Right to Revolution?" (Hegel, Our Untimely Contemporary, Birkbeck College, 10-12 May 2014). Audio at Backdoor Broadcasting Company
    http://backdoorbroadcasting.net/2013/05/costas-douzinas-is-there-a-right-to-a-revolution/

Ver también mi Aclaración de la Declaración.
 
 
PS, nota, años más tarde.... lamentablemente desapareció de la red no sólo la conferencia de Douzinas, sino toda la web de la Backdoor Broadcasting Company.
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Y, en fin, muy interesantes son las reflexiones de Costas Douzinas, aunque sus conclusiones son erróneas en más un sentido:

—La rebelión de una sociedad subvencionada (como la griega, o la española del 15-M y la "Spanish Revolution") no se puede equiparar con otras situaciones revolucionarias. La utopía engañosa que la anima es engañosa precisamente, y vacíamente utópica, en tanto en cuanto no reconoce las consecuencias de esa naturaleza dependiente del propio sistema político—vamos, no la reconoce el propio Douzinas, para quien las autoridades Europeas "destruyen" sin más a Grecia, no matizamos mucho—. Y la destrucción real del sistema llevaría a consecuencias desde luego no pensadas por los rebeldes, y seguramente indeseables para muchos de ellos. La Utopía no suele salir según planificado, y en la Distopía viven sólo los supervivientes.


   To this I witness call the fools of time,
   Which die for goodness, who have lived for crime.

  —En conjunto se le pueden hacer a Douzinas las mismas objeciones y apreciaciones que a su presentador Zizek en su propia conferencia sobre "Señales del futuro." (Ver la conferencia de Zizek traducida y comentada por mí aquí).
   
—Las primaveras árabes, etc., bien pueden suponer el nacimiento de sujetos políticos activos a la vez que suponen la opresión de otros sujetos— y me refiero a las mujeres, claro. Los desheredados que se rebelan son, como bien dice Douzinas, men who rebel, y las mujeres son en algunos casos parte de la propiedad que obtienen esos hombres en el nuevo orden político, que no tiene por qué ser más justo ni más emancipador desde nuestro punto de vista.

Eso no impedirá, claro, que la revolución tenga lugar en cuanto aprieta la Historia. Pero las apariencias pueden ser engañosas, y los resultados de la revolución, para nada los que estaban en la mente de muchos de los revolucionarios, pues eso presupondría 1) que diagnosticaban con exactitud la raíz y naturaleza de sus males, y 2) que la revolución no tiene otros efectos distintos de los intencionales (al igual que no se puede decir que el Estado no tiene otros efectos distintos de los explícitamente reconocidos). Esas cosas no pasan nunca.




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Guitarreitor 2

Guitarreitor 2 by JoseAngelGarciaLanda
Guitarreitor 2, a photo by JoseAngelGarciaLanda on Flickr.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Les Faux Soleils (2)




Les Faux Soleils

Esta canción la cantaba (mejor) algo distinto Liane Foly en Les petits mots.

("¡Idiota! ¡Habla bien de ti mismo!" – Shakespeare, Ricardo III).

 



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Narrative and Identity

Miércoles 26 de febrero de 2014

Narrative and Identity

Abstract

From the point of view of hermeneutic psychology, the self is a product of action and of representation, with narratives of the self as a major representational and structuring principle. In this sense reality is interwoven with narrative fictions. Experimental fictions and reflexive narratives are therefore a prime cognitive instrument in the development of complex structures of self-identity and subjetivity.

Keywords: Subjectivity, Self-identity, Narrative, Hermeneutics, Self, Psychology

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Aparece este artículo mío en diversas revistas del SSRN—en las redes de Ciencia Cognitiva, de Filosofía, y de Retórica y Comunicación:

Texto completo:

Narrative and Identity

Reference Info: Café Philosophy (Oct./Nov. 2011)


Date posted: January 15, 2014  


http://papers.ssrn.com/abstract=2378357

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También aquí:

_____. "Narrative and Identity." Café Philosophy (Auckland, NZ) Oct-Nov. 2011: 9-10.*

         http://cafephilosophy.co.nz/issues/october-november-2011/

         2012

_____. "Narrative and Identity." Online at Social Science Research Network 15 Jan. 2014.*

         http://ssrn.com/abstract=2378357

         2014

         Human cognition in Evolution & Development eJournal 15 Jan. 2014.*

         http://www.ssrn.com/link/Human-Cognition-Evolution-Development.html

         2014

         Cognitive Linguistics: Cognition, Language, Gesture eJournal 15 Jan. 2014.*

         http://www.ssrn.com/link/Cognitive-Linguistics.html

         2014

         Cognition & the Arts eJournal 15 Jan. 2014.*

         http://www.ssrn.com/link/Cognition-Arts.html

         2014

         Aesthetics & Philosophy of Art eJournal 15 Jan. 2014.*

         http://www.ssrn.com/link/Aesthetics-Philosophy-Art.html

         2014

         Philosophy of Mind eJournal 15 Jan. 2014.*

         http://www.ssrn.com/link/Philosophy-Mind.html

2014

         Rhetorical Theory eJournal 15 Jan. 2014.*

         http://www.ssrn.com/link/Rhetorical-Theory.html

         2014

_____. "Narrative and Identity." In García Landa, Vanity Fea 26 Feb. 2014.*

         http://vanityfea.blogspot.com.es/2014/02/narrative-and-identity.html

         2014

_____. "Narrative and Identity." Academia.edu 15 July 2014.*

         https://www.academia.edu/7667186/

         2014

_____. "Narrative and Identity." ResearchGate 11 Aug. 2014.*

         https://www.researchgate.net/publication/264558296

         2014

_____. "Narrative and Identity." Net Sight de José Angel García Landa 4 Jan. 2023.*

         https://personal.unizar.es/garciala/publicaciones/CafePhilosophy.pdf

         2023

 

 

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Mi esposa se prueba un abrigo

Aspectos de la técnica narrativa en HARD TIMES de Charles Dickens

Aparece la vieja versión mecanografiada, desencuadernada, y pedefeable, de Aspectos de la técnica narrativa en HARD TIMES de Charles Dickens, el primer escrito tamaño libro que produje, al acabar la carrera. Hace treinta años que escribí esta tesis de Licenciatura (la "tesina" se llamaba por entonces, ya nadie hace tesinas). Con lo cual dejabas de ser un mero licenciado, y pasabas a ser un Licenciado con Grado, nadie vio nunca la diferencia, pero en fin, hacíamos tesinas antes de hacer la tesis. A mí me animó a hacerla Susana Onega, que si no por eso habría hecho unas oposiciones de profesor de instituto—500 plazas salieron aquel año para Filología Inglesa, qué tiempos de empleo público...

En fin, llegaría a funcionario años después, y también varias tesis después. Y me olvidé de que había guardado esta tesina en una carpeta que acabo de encontrar. Con lo cual la puedo escanear y colgarla; hoy va al Social Science Research Network, y otro día a otros repositorios. 

Pero miento, que hace diez años, al empezar a colgar mis publicaciones en la web, tuve la santa paciencia de hacer una versión hipertextual de la tesina. Aquí está en su web. Veo que lleva más de 4.000 visitas, eso quiere decir más de mil visitas por año. Que para una tesina estructuralista de los ochenta no está mal, no vamos a poner peros al olmo.

Más adelante escribí otra tesina sobre Stephen Crane, y una tesis en tres volúmenes sobre Beckett... (No se espanten, que mi cuñada hizo una  tesis en doce volúmenes). Ahora que pienso, están quizá sin encuadernar en alguna caja en algún trastero. Aún irán viendo la luz, contra todo pronóstico. Lo que hacía la gente en mis tiempos normalmente con la tesina era meterla en un estante, y quizá sea una sabia actitud. Pero there's a wisdom e'en in folly, así que ahí vamos.




 
_____. Aspectos de la técnica narrativa en Hard Times de Charles Dickens (Aspects of Narrative Technique in Charles Dickens's Hard Times)). Online at Social Science Research Networks 28 Feb. 2014.*
         2014
         Cognition & the Arts eJournal 28 Feb. 2014.*
         2014
         English & Commonwealth Literature eJournal 28 Feb. 2014.*
        2014



_____. Aspectos de la técnica narrativa en Hard Times de Charles Dickens. Online at Academia.edu (José Angel García Landa) 2 May 2014:
         2014
_____. Aspectos de la técnica narrativa en Hard Times de Charles Dickens. Online at ResearchGate (José Angel García Landa) 2 May 2014:
         2014



También existe el resumen:
_____. "Aspectos de la técnica narrativa en Hard Times de Charles Dickens." Summary. In Resúmenes de tesis de licenciatura: Curso 83-84. Zaragoza: Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Zaragoza, 1986. 339-344.*
_____. "Aspectos de la técnica narrativa en Hard Times de Charles Dickens." Summary. Online ed:
         2009


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Ventajas de la autoestima




La autoestima, incluso en su versión fuerte manifestada en autoengaño, es adaptativa. Es bueno tener una opinión excelente de lo nuestro, aunque no esté justificada. Así lo explican Juan Luis Arsuaga y Manuel Martín-Loeches en esta sección de su libro La Huella Indeleble, "Yo y mis circunstancias":


La "personalidad", la "persona", el "individuo" o el "yo"; con estos términos vive y lucha día a día el ser humano. Un juego entre el "yo" y los demás, y a veces contra sí mismo. Esta lucha se centra muchas veces en conseguir que los demás tengan una buena imagen de uno mismo. Buscamos que nos admiren, que nos hagan "alabanzas", y evitamos los "vituperios". Cómo nos vean los demás influye en sus comportamientos hacia nosotros. Pero también influye en cómo nos vemos a nosotros mismos, lo que a su vez repercute en nuestro propio comportamiento. Por esta razón hay una gran relación entre la autoestima y el rendimiento, algo que probablemente sea exclusivo del ser humano. Una autoestima elevada puede conseguir vencer dificultades enormes, otorgar fuerzas suplementarias. Y, por supuesto, hacer que nos sintamos satisfechos y, por consiguiente, con mejor estado de ánimo. Hay abundante evidencia experimental que indica que el buen estado de ánimo nos vuelve más flexibles e inventivos y más placenteros para los demás, lo que a su vez mejoraría la imagen que ellos tienen de nosotors, con su consiguiente efecto en nuestra autoestima. Caben pocas dudas, por tanto, de que tener una buena autoestima resulta muy adaptativo para el ser humano.

Pero muchas veces no se conseguiría una buena autoestima si no fuera por una serie de mecanismos mentales que utilizamos para defendernos a nosotros mismos. Lo que hacen estos mecanismos, en general, es buscar justificación para todos nuestros actos, pero con el fin de que siempre salgamos airosos—si funcionan bien—. Intentaremos creernos responsables de lo bueno y sin culpa de lo malo. Esta es quizá una de las aportaciones más valiosas de Sigmund Freud y que aún se respeta desde el ámbito científico. Él los llamó, precisamente, los mecanismos de defensa. Acciones mentales como echar la culpa a otros o a las circunstancias, o bien ignorar determinadas cosas o darles excesivo peso a otras, son algunos de los mecanismos que nuestra mente utiliza para mantener íntegra y en buenas condiciones la idea que nos hacemos de nosotros mismos. Está en juego nuestra autoestima. Quien se encargaría de estas funciones según Michael Gazzaniga no podía ser otro que el intérprete del hemisferio cerebral izquierdo. Para este autor, la cuestión esencial aquí es que los seres humanos estamos motivados para pensar racionalmente, pero—cuidado—no para llegar a la verdad; lo realmente importante sería salir bien situados socialmente. Por lo tanto, el cerebro sería antes una máquina para ganar discusiones que para encontrar la verdad. La competencia dentro del grupo aparece una vez más como una fuerza moldeadora del comportamiento humano.






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Polybius: The Facts and Fiction

Me gusta esta historia por lo que tiene de homenaje a Polibio, y porque parece extraída de Infinite Jest de David Foster Wallace. Pero such are the facts, y such are the fictions:







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