viernes, 30 de septiembre de 2011

El Gran Diseño y Hacedor de Estrellas (6): Eligiendo nuestro universo




 
El Gran Diseño
de Stephen Hawking y Leonard Mlodinow (Bantam, 2010) se propone responder científicamente a algunas cuestiones que en tiempos pasados se explicaban mediante mitos de creación: por qué existe el universo, y por qué es como es. Arguye Hawking-M que desde tiempos antiguos se podía establecer la siguiente alternativa: o bien el universo o bien la humanidad había de ser algo muy reciente—y eso "porque la raza humana ha ido mejorando tan rápidamente en conocimientos y tecnología que si la gente hubiera estado aquí desde hace millones de años, la raza humana estaría mucho más avanzada en su dominio" (124).


Suena plausible, pero... lo cierto es que no recuerdo que ningún antiguo ni moderno haya hecho este razonamiento; desde luego, no era la percepción general. De hecho, las cantidades que menciona Hawking no se podían siquiera plantear como una posible edad del universo (del "mundo")—Los mitos griegos conectan unas genealogías de dioses de vida indefinida con unos antepasados humanos extremadamente recientes, y si nos ha de servir de punto de referencia el cristianismo, por su generalidad, entonces la edad de la tierra no llegaba a seis mil años. Según las genealogías de Ussher la creación tuvo lugar "a las nueve de la mañana del 27 de octubre del 4004 antes de Cristo".
La idea misma de buscar fechar con exactitud estas cuestiones da prueba ya de una mentalidad moderna (¡incluso en Ussher, en cierto modo!). 

Lo que no existía en la concepción antigua era una larguísima historia del mundo sin humanidad en él; el mundo sin humanos no tiene sentido ni planteamiento posible en las concepciones precientíficas. Pero al parecer los mitos de creación sí que tenían una característica acertada que la ciencia no había terminado de asumir: que el Universo había tenido un origen—y que tendría un fin. Costó elaborar las teorías científicas con capacidad de trazar el esquema de una historia del universo. "La primera evidencia científica de que el universo tuvo un principio vino en los años 20", dice Hawking-M., con Edwin Hubble, y con Eddington y su imagen del universo en expansión en los años 30. Esta noción de un universo en expansión fue una novedad para Einstein (como la teoría cuántica, por otra parte). La noción del Big Bang la formuló un físico y sacerdote católico, Georges Lemaître, en 1927, siguiendo hacia atrás la lógica de un universo en expansión.

Sin embargo, la prehistoria de estas ideas siempre es más compleja—se me ocurre, por ejemplo, que el planteamiento básico evolutivo de Herbert Spencer favorece la noción de una fuerza inicial indiferenciada que se va diversificando y multiplicando en sus efectos, a medida que actúa sobre la materia generada ya en fases anteriores. En este planteamiento general puede encontrarse el planteamiento intelectual que permita una historización del universo, hasta reducirlo, retrospectivamente, a la fuerza originaria e inanalizable que lo constituyó. La teoría de la multiplicación progresiva de efectos, o generación de la complejidad por efecto mariposa, se presta a una lectura inversa, cuyo corolario es la fuerza indiferenciada original. Es curioso, por cierto, que First Principles termina con una nota de 1900 en la que Spencer se pregunta por la posibilidad del origen de las formaciones estelares en enormes explosiones cuya razón, estructura y origen todavía están sin explicar. Pero (dice) deberían formularse las relaciones entre fuerza y materia que permitan explicar esa disposición del universo (esto era antes del descubrimiento de las múltiples galaxias, pero el principio no parece diferente). Si no se pueden establecer esas relaciones, escribe Spencer, la estructura del universo sería inexplicable. "Inexplicable" es pues, curiosamente, la última palabra de First Principles, a menos que lo sea "Philology", con la que termina el índice de términos. Y parece que en efecto en algún punto la ciencia ha de conformarse con datos iniciales que explican otros, pero que quedan ellos mismos sin explicación—el Big Bang parece ser uno de esos fenómenos.

Volvamos a Hawking y Mlodinow. Narran cómo se han ido acumulando pruebas que permiten medir y ubicar la Explosión Inicial. La teoría de Einstein no permite analizar esta situación, pues remontándonos antes de un determinado momento del tiempo, "la relatividad general predice que hay un punto del tiempo en el cual la temperatura, densidad y curvatura del universo se vuelven todas infinitas, una situación que los matemáticos llaman una singularidad" (129). El resultado es que la teoría de Einstein no funciona para esos parámetros, y por tanto "no es correcto llevar la imagen del Big Bang hasta el principio de todo" (129). Estos últimos días (septiembre de 2011) nos han hablado de neutrinos que se mueven más deprisa que la luz. Hawking-M también observan que el límite relativista de la velocidad de la luz no se aplica a la expansión del propio espacio durante la primera fracción de segundo del Big Bang. Una idea ésta de 1980, que combina mecánica cuántica para ir más allá de la teoría de Einstein. La temperatura equilibrada del universo require esta súbita expansión, pues no es explicada por mecanismos que funcionen a la velocidad de la luz (demasiado lenta, no habría habido tiempo para una ecualización térmica).

Una cuestión de idoneidad resulta intrigante. Resulta que "para que funcionen nuestros modelos teóricos de inflación, había que establecer el estado inicial del universo de una manera muy especial y altamente improbable" (130). Cosa que parecería favorecer teorías sobre principios antrópicos (cuando no sobre "diseños inteligentes", grandes ciertamente, para los que se apuntan a esas cosas).

La duda que tengo es si, entrando en la ecuación una serie de valores inanalizables y arbitrarios (la velocidad de la luz, la velocidad de expansión del universo, etc.) que sencillamente han de aceptarse por lo que son, la C, o llámalo X, –si tiene algún sentido hablar de estados especialmente improbables. ¿No es igual de improbable o arbitrario que la velocidad de la luz sea la que es, en lugar de la mitad, o el doble? ¿O que los quarks tengan los colores o sabores que tienen, y no media docena más? No sé si a este nivel de principios tan básicos de la física tiene sentido usar los conceptos de probabilidad o improbabilidad, que me parece son aplicables más a fenómenos de otro orden de complejidad.

Sea como sea, arguyen Hawking y Mlodinow que este problema del carácter extremadamente especial del estado inicial necesario en la teoría clásica del universo inflacionario quedaría eliminado en la teoría que ellos proponen (ya veremos a qué precio).

La teoría clásica de la relatividad general no tiene en cuenta la estructura cuántica de la materia a pequeña escala; es una teoría válida para las grandes escalas. Pero el universo originario era de escala cuántica en su tamaño (—Otro interrogante se me plantea aquí: si tiene sentido hablar de escala cuántica antes de que exista siquiera la materia o las partículas que se supone definen el ámbito de aplicación esa escala). Exponen H-M la teoría del espacio-tiempo curvo, y cómo según la teoría cuántica se extrema la situación definida por la teoría de la relatividad—el tiempo y el espacio se combinan de tal manera que en casos extremos de curvatura, el tiempo se comporta como una dimensión más del espacio. Esto permitiría (al parecer) obviar el problema de la peculiaridad estructural del tiempo, es decir, de su discontinuidad o (vale decir) de su temporalidad, que paracería requerir que si hay un inicio, tenga que haber un impulso inicial externo al sistema (es decir, un papel para un dios, se apresuran a apuntar H-M, aunque a mí se me ocurren otras posibilidades sin barbas). En fin, que la extrema curvatura del espacio Big Bang haría que el tiempo pierda su honesto nombre, a ese nivel de simplicidad, y que lo que a nosotros nos aparece como un principio, viéndolo desde el tiempo, no sea un principio en el sentido de que antes de la generación del tiempo como tal no puede haber ni principios ni anterioridad—y el tiempo sería tan continuo como el espacio, al menos en esta perspectiva matemática sobre el mismo. Aclaran H-M. que estas condiciones ajenas a nuestra experiencia del espacio y del tiempo está fuera de nuestra experiencia, pero no de nuestras matemáticas. Se puede construir un modelo matermático en el que el tiempo, en lugar de ser lineal y discontinuo, sea tan continuo como la superficie de una esfera, y no tendría sentido hablar del tiempo anterior al Big Bang. "Esta idea de que las historias habrían de ser superficies cerradas sin límites se llama una situación de no límite" (135).

"A lo largo de los siglos mucho, entre ellos Aristóteles, creían que el universo debe haber existido desde siempre, con el fin de evitar la cuestión de cómo se dispuso. Otros creían que el universo tenía un principio, y lo usaron como argumento para la existencia de Dios. El descubrimiento de que el tiempo se comporta como el espacio presenta una alternativa diferente. Elimina la antiquísima objeción a que el universo tuviera un principio, pero también significa que el principio del universo estaba regido por las leyes de la ciencia y no necesita que algún dios lo ponga en movimiento." (135)

La aplicación de los cálculos de Feynman a esta situación requeriría que se generasen (en teoría al menos) todas las historias posibles que conducen hasta nuestro universo.

"Según esta perspectiva, el universo apareció espontáneamente, arrancando de todas las maneras posibles. La mayoría de éstas corresponden a otros universos. Mientras que algunos de estos universos son similares al nuestro, la mayoría son muy diferentes.No son sólo diferentes enen detalles, como que Elvis en realidad sí murió joven, on en que allí se tomen nabos de postre, sino que más bien difieren incluso en las leyes de la naturaleza que allí aparecen. De hecho, existen muchos universos con muchos conjuntos de leyes físicas diferentes. Algunos hacen gran misterio de esta idea, llamada a veces la noción del multiverso, pero son sólo expresiones diferentes de la suma de historias de Feynman." (136)



Según esta teoría de la creación de múltiples universos sólo algunos de éstos pasarían de la fase de meras fluctuaciones cuánticas. No entiendo por qué "unos pocos" y no infinitos; serán pocos proporcionalmente hablando—pocos de los generados pasan a la fase inflacionaria— pero sobre el papel no tiene por qué haber un límite a su número, al menos no se entiende qué es lo que pondría ese límite.


Lo que sí podría explicarse matemáticamente con esta teoría— bueno explicarse es mucho decir; pongamos que lo que sí podría proporcionar esta teoría es un modelo matemático de por qué el universo no es regular, simétrico, simple, etc— viniendo como viene de una fuerza simple no obstaculizada sino por sí misma. (Es la cuestión que nos intrigaba al comentar la versión victoriana del Big Bang, en la teoría de la complejidad de Spencer, aquí: "El efecto mariposa y la complejidad ex nihilo"). La Irregularidad Inicial (a.k.a. the crack there is in everything) sería el producto de una fluctuación cuántica:

"
En la suma de historias, sólo hay una historia completamente uniforme y regular, y tendrá la mayor probabilidad, pero muchas otras historias con ligeras irregularidades tendrán probabilidades casi igual de altas. Por eso la inflación predice que es probable que el universo temprano [supongo que quiere decir "UN" universo temprano] sea ligeramente no uniforme, correspondiendo a las pequeñas variaciones de tempaeratura que se observaron en la CMBR [la radiación de fondo— las irregularidades que darían lugar a acumulaciones de materia, galaxias, etc.] (138)

Y el origen y distribución de estas irregularidades sería mero producto del azar:

"Si uno fuera religioso, podría decir que Dios realmente sí que juega a los dados" (139)

Esto por contradecir a Einstein, que (el pobre) creía en un solo universo, el nuestro. Se aprecia aquí también lo engañoso del título de este capítulo de The Grand Design, no menos engañoso que el uso del témino "design", diseño, con sus connotaciones intencionalistas y creacionsitas. Me refiero a la "elección" de nuestro universo. No elegimos, claro, nosotros menos que nadie, pero ni siquiera el imaginario creador "elegiría", pues quien echa los dados no está eligiendo el resultado. Hawking_Mlodinow parecen bastante conscientes de esto, y el uso de esta terminología intencionalista es casi juguetón, alguno podría decir que provocador o irresponsable.

No queda claro hasta ahora en qué medida la existencia de esos otros universos, cada uno creado por fluctuaciones cuánticas incalculables, es una mera conveniencia teórica, o si tiene posibilidades de pasar del campo de las matemáticas al de la física.

En este punto me recuerda más que nunca el libro de Hawking al Hacedor de Estrellas ideado por Stapledon en su novela de cosmología-ficción Star Maker (1937). En un artículo anterior hablé de la dimensión narrativa y reflexiva de esta novela (ver "Apocalipsis de la Comunicación Total"). Ahora me interesa más su teoría del multiverso, en analogía a estas especulaciones de la física actual. Por tanto, haremos un breve excurso hacia Stapledon antes de volver a la "elección de universo" según Hawking. 

Aquí el excurso:

 
 
—oOo—
















Memory Boom


Un call for papers y website:

Dear colleagues,
I am happy to announce that a new website is now online:
www.earlymodernmemory.org brings together news, calls, bibliographies
and other useful information for all students of early modern memory,
and aims to become a hub for scholars who work on memory practices in
the early modern period. If you want to add your name to the list of
scholars active in this field, alert us to a conference, research
project or a publication, please feel free to get in touch
emm@hum.leidenuniv.nl

On the homepage you will also find the call for papers for a conference
we are organizing: Memory before modernity. Memory cultures in Early
Modern Europe. This conference will be held at
Leiden University, The Netherlands, 20-22 June 2012.

In the 'memory boom' that has emerged in the humanities and social
sciences since 1990, five major themes have captured most attention: (a)
the relationship between politics and memory, (b) trauma and memories of
violence, (c) the 'mediatization' of memory (d) the transmission of
memory and identity formation (e) the relationship between memory,
history and other concepts of the past. Yet most case studies relating
to these themes have been concerned with events and evidence post-1800;
indeed, many theorists of memory allege that there is something
intrinsically 'modern' about them. The aim of this conference is to put
this assumption to the test. In the attachment you will find the full
text of our call and other information.
Confirmed keynote speakers include: Philip Benedict, Susan Broomhall
and Benjamin Schmidt

Deadline for proposals: 1 November 2011, Mail proposals to
emm@hum.leidenuniv.nl

We look forward to hearing from you,

Erika Kuijpers
Also on behalf of the other organizers: Judith Pollmann, Marianne
Eekhout, Johannes Müller and Jasper van der Steen



Erika Kuijpers
Leiden University, History Department
Doelensteeg 16
2311 VL Leiden
Tel: 071 527 2733
h.m.e.p.kuijpers@hum.leidenuniv.nl
www.earlymodernmemory.org

En la selva de las formas: Ideas y cosas en los gabinetes de curiosidades de Thomas Browne


Reseño aquí el capítulo "In the Wilderness of Forms: Ideas and Things in Thomas Browne's Cabinets of Curiosity", de Claire Preston, publicado en el libro de estudios mediáticos retrofuturistas The Renaissance Computer: Knowledge Technology in the First Age of Print (ed. Neil Rhodes y Jonathan Sawday, 2000). Según su propio resumen,


"Empleando una analogía entre las operaciones de búsqueda electrónica y los métodos de los curiosi estudiosos de la ciencia y de la Antigüedad en la modernidad temprana, este ensayo nos muestra cómo los coleccionistas del siglo diecisiete 'imponían estructura en el desconcierto aparente del mundo de los fenómenos, buscando 'equivalencias' entre unos elementos de estudio por lo demás misceláneos'. Los sistemas de parecidos—patrones visuales que a nosotros nos pueden parecer meramente fortuitos—se expresaban mediante una 'contigüidad horizontal o vertical' en los gabinetes y las ilustraciones que tanto caracterizaron a la primera época de la era científica. En el fondo, lo que impulsaba estos intentos de buscar un 'orden originario del mundo' era una creencia de que la creación era coherente, y que la tarea del estudioso era desvelar y exhibir esta coherencia perdida. El ensayo de Claire Preston introduce estos temas de orden y de contigüidad antes de centrar su atención en Sir Thomas Browne (el 'arquetipo del curioso' por excelencia) que nos ha legado en sus obras literarias (Urne-Buriall, Pseudodoxia Epidemica y Religio Medici) el equivalente virtual, o intelectual, de los gabinetes del siglo XVII. El ensayo explora la ordenación del conocimiento, asomándose al límite de la reestructuración crucial de la experiencia que resultó de la 'revolución' científica de finales del siglo XVII." (170; traduzco)



La cultura del coleccionismo

"El Arca de Noé fue la primera colección. Athanasius Kircher, el jesuita del diecisiete cuyo museo era una de las maravillas de Roma, reconoce implícitamente esto en Arca Noë (1675)." (171). Reconstruir intelectualmente el orden de la Creación era para los estudiosos, como para Noé, un acto de enmienda. "Thomas Browne era tanto un coleccionista como un enciclopedista cuya misión baconiana era extraer un sentido ordenado del rompecabezas del mundo, del cual obviamente faltaban algunas de las piezas más importantes" (171). Mediante diversos paradigmas taxonómicos (normalmente basados  en la Gran Cadena del Ser) se organizaban y clasificaban los seres y los fenómenos naturales. Son interesantes las ubicaciones dadas en los gabinetes a objetos borrosos o ambiguos que desafían las clasificaciones: animales raros, fósiles, monstruos. Las clasificaciones eran fluidas, variables, abiertas, arbitrarias, basadas en analogías y antítesis: natural/artificial, normal/anormal, animal/vegetal/mineral, raro/ordinario, etc.


 



Los gabinetes y museos renacentistas

Los hay con fines diversos: principescos, especializados, científicos, enciclopedicos como el de Ole Worm. Tanto éste como su posterior catálogo impreso siguen una taxonomía clásica ordenada, artificial/natural, y dentro de estos mineral, vegetal, animal. La disposición espacial refleja el orden conceptual y la valoración; las excepciones y fenómenos raros se colocan entre unas y otras categorías. Cada gabinete proponía su propia conceptualización, dentro de un orden variado. P. ej. la colección de herramientas del Elector Augusto en Dresde; John Bargrave en Canterbury tenía un interés literario, clásico, curioso y limitado por sus menores medios. Foucault escribió sobre esta episteme premoderna. Se buscan analogías e intencionalidades en la naturaleza, rastros de un orden divino de la creación aun cuando el sentido sea oscuro y casi ilegible. Según Preston,

"las enciclopedias impresas y los gabinetes son funcionalmente parecidos. Muchos gabinetes contenían bibliotecas además de objetos: una parte significativa del museo Aldrovandi, por ejemplo, consistía en en 8.000 ilustraciones, una enorme colección de bloques de madera para grabarlos, y 7000 plantas secas pegadas en 15 volúmenes, convirtiendo parte del gabinete en una biblioteca o taller de impresión, y a los libros mismos en agregados de objetos comparables a museos". (175)

—en fin, que los técnicas de impresión y de presentación del conocimiento se combinaban de maneras experimentales y sin precedentes en gabinetes y también en libros como la Micrographia de Hooke (1655).

Los gabinetes de curiosidades de Thomas Browne

Mary Astell caricaturizaría estas excéntricas colecciones de los "virtuosos"; también John Donne en su Catalogus Librorum Aulicorum. Y Browne escribe su Musaeum Clausum a modo de catálogo de objetos curiosos imposibles o perdidos, o misterios de la historia, parodiando los aspectos más improbables o desmedidos de los gabinetes. "La tercera categoría de Browne, 'Antigüedades y rarezas de diversas clases', imita muy claramente el efecto de totum recopilatum típico de principios de la época empirista, cuando las estructuras organizativas del estudio de la naturaleza eran aún fluidas y se prestaban a su reorganización" (177).

En su Catalogus, Donne inventó lo que podría ser una parodia por anticipado de la Pseudodoxia Epidemica de Browne (o sea, su Refutación de los errores vulgares)— titulada "Quid non? or, A Refutation of all the errors, past, present and future, not only in Theology but in the other branches of knowledge, and the technical Arts of all men dead, living, and as yet unborn", parodia quizá del subtítulo de la Acanthologia de Aldovandri, que se proclamaba como la Historia universal de todas las cosas. Browne fue expandiendo su Pseudodoxia a lo largo de 4 ediciones, organizando en el libro un Thesaurus mental de conocimientos, a modo de gabinete impreso, que va de lo 'bajo' a lo 'alto' y del cosmos al microcosmos humano, antes de pasar a cosas astronómicas y celestiales; la discusión del hombre en cuanto ser natural está en el centro, y así "con el animal humano en el centro del libro 4, el central de los 7, Browne sitúa simbólicamente a 'este gran amphibium', a la mayor de las anomalías, entre el mundo natural y el mundo de las ideas" (179). En minerales, se pasa de los naturales a los artificiales, de ahí a los equívocos, curiosos o ambiguos, y a la simbología mineral.

Browne recoge elementos de sus lecturas dispersas y refleja así a la vez el desorden del mundo y el anuncio de esa reordenación de las cosas que se dará en el Juicio Final. Repasa los posibles paradigmas explicativos para interpretar los misterios o excepciones, baraja órdenes posibles. "Esto es un gabinete de ideas, es el Musaeum Brownianum" (181). Son colecciones mentales y gestos de ordenación intelectual que encuentran, o buscan, analogías entre los fenómenos del mundo, y en esta operación mental de ordenación Browne busca o imita  a Dios, cuya voz devolverá al mundo su orden un día, reordenando "las partes de minerales, plantas, animales, elementos . . . y restos descompuestos . . . que se hallan dispersos entre la selva de las formas" (Religio Medici). Y nos dice además que busca no enterrar las curiosidades o saberes, sino atesorarlos: es decir, no monopolizarlos, sino comunicarlos, crear una comunidad de conocimiento.

Este capítulo de Preston tiene menos que ver con los ordenadores, y más con la ordenación: los paradigmas interpretativos y la taxonomía. Para complementar este tipo de aproximación a los gabinetes de curiosidades, es muy interesante cotejarlos con los comentarios de Michel Foucault en Las palabras y las cosas, sobre la "episteme clásica" que precedió al desarrollo de la ciencia moderna, y también con estudios relativos a la Gran Cadena del Ser, como el de A. O. Lovejoy, La Gran Cadena del Ser, el de E. M. W. Tillyard The Elizabethan World Picture o El pequeño mundo del hombre,
de Francisco Rico. En cuanto a gabinetes de curiosidades, todos poseemos alguno a pequeña escala, ya sea ordenado o desordenado. Yo tengo un trilobites, un hacha de mano de piedra pulimentada, un par de primeras ediciones de clásicos, poca cosa es.

También tengo este blog, claro—el blog está entre los descendientes del álbum, caja de recortes, y gabinete de curiosidades.


De los gabinetes de la hornada clásica de Barroco, el más famoso de mis alrededores era, tengo entendido, el de Lastanosa, en Huesca. Hace unos años ví una exposición en la Diputación de Huesca donde se recreaba su papel como humanista y gentilhombre polígrafo a mediados del XVII. La mejor evocación de su recuerdo en la literatura está en el Criticón de Baltasar Gracián (segunda parte, Crisi segunda). Es la de Salastano una casa "donde parecía haber desembarcado la de Noé, teatro de prodigios", a la que se llega "por un tan delicioso cuan dilatado parque que coronaban frondosas plantas de Alcides, prometiéndole en sus hojas, por símbolos de los días, eternidades de fama. Començaron a registrar fragantes maravillas, toparon luego con el mismo laberinto de azares, cárcel del secreto, amenaçando riesgos al que le halla y evidentes al que le descubre". Su jardín es hoy el parque de Huesca, yo también he estado allí.







jueves, 29 de septiembre de 2011

Apple-blue sea

Apple-blue sea by JoseAngelGarciaLanda
Apple-blue sea, a photo by JoseAngelGarciaLanda on Flickr.
 
—O, quizá, Facebook-blue sea.

Hotel Normandy / Chanson Simple




 

Y'aura des bateaux sur la mer
Du sable dans nos pull-over
Y'aura le vent, le vent d'automne
Y'aura le temps, le temps qui sonne...




 

Regarde nous deux devenus victimes
D'être tombés entre les lignes...



 
—oOo—



La Academia Francesa de Pierre de la Primaudaye: Enciclopedizándose

Los sistemas de organización de la información se van desarrollando en la primera era de la imprenta, en el Renacimiento, en las obras de consulta impresas, y en los métodos de catalogación bibliotecaria, con ciertos paralelos a la manera en que luego lo hicieron en un nuevo entorno de tratamiento de textos—en la informática y en la textualidad electrónica de finales del siglo XX.

Reseño aquí el capítulo "Pierre de la Primaudaye's French Academy: Growing Encyclopaedic", de Anne Lake Prescott, publicado en el libro de estudios mediáticos retrofuturistas The Renaissance Computer: Knowledge Technology in the First Age of Print (ed. Neil Rhodes y Jonathan Sawday, 2000). Según su propio resumen,


"En 1577 apareció la primera parte de la enorme Académie Française de Pierre de La Primaudaye. A lo largo de todo el final del siglo XVI, The French Academie (así se lo conocía en Inglaterra) se expandió hasta el punto de llegar a constituir una 'enciclopedia . . . de más o menos todas las cosas: desde los tiranos a los árboles, de la naturaleza de los rubíes y otros materiales, a la "belleza y provecho" del pecho femenino'. 
 
La Academia Francesa está a caballo en mitad de un cambio en la concepción de lo que debería intentar presentar un libro semejante: una descripción de los peces, por ejemplo, incluye información sobre las sirenas, mientras que las causas de la sedición política se presentan como hechos brutos, en lugar de algo sometido a interpretación. Sólo ahora estamos recuperando información sobre la manera en que los lectores renacentistas 'usaban' la obra de La Primaudaye. 
 
Han sobrevivido varios ejemplares del texto (en particular en la British Library y la Huntington Library) que conservan las notas marginales de diversos lectores, tomadas mientras trabajaban con la French Academie para sus diversos propósitos. El trabajo de Anne Lake Prescott nos muestra cómo en la primera era moderna, la organización del conocimiento se hallaba sometida a una presión creciente, mucho antes de que la "Nueva Filosofía" de la razón, en el siglo XVII, se volviese hacia nuevas maneras de catalogar y por tanto indexar el mundo por medio de la observación." (Traduzco yo).

 


La Primaudaye, caballero hugonote al servicio de Henri III y Henri IV, pretendía escribir una enciclopedia de la vida moral. La Suite de l'Académie Française se publicó en 1580, y la traducción inglesa de Bowes en 1594. El libro III en 1590, traducido por Dolman en 1601. 

Prescott comienza con una analogía entre enciclopedias y ordenadores como organizadores de información, y examina la ideología de la ordenación de la información en La Primaudaye—por ejemplo su énfasis en relacionar siempre las partes a un todo, en la teoría del microcosmos y el macrocosmos, unido a la vez a un uso acumulativo de la información. Los temas frecuentes de la unión de lo diverso por medio de estructuras de contención tienen una dimensión política, en una época de guerras de religión—además de una clara dimensión reflexiva sobre la organización de la propia obra. 

Al contrario que la Anatomía de la Melancolía de Burton, La Primaudaye expandía sucesivamente la obra pero con vistas a una estructura ordenada, modelada según el orden de la Creación, hasta que completó su última revisión. 

Todo presentado en (y mal contenido por) el marco una estructura convencional ampliamente desbordada, el diálogo renacentista.  A pesar del uso de un orden supuestamente lógico, de índices preliminares, notas marginales, resúmenes, y citas de autoridades, se echa de ver que los lectores echaban en falta más aparato informativo y más organización, tal como índices de contenidos, o anotaciones personales, añadidas a veces al margen. 

Estos métodos de organización de la información se van desarrollando entre las ediciones primeras y las más tardías y traducciones. Diversos instrumentos y estrategias de "information retrieval" las llama Prescott, y fueron desarrollándose en las obras de consulta impresas, y en los métodos de catalogación bibliotecaria, como luego lo hicieron en informática y en la textualidad electrónica de finales del siglo XX—y han seguido haciéndolo en los nuevos avatares de la textualidad en la red global en las tres últimas décadas.

 
 
—oOo—


miércoles, 28 de septiembre de 2011

martes, 27 de septiembre de 2011

Training the Train of Ideas


Es curioso que el famoso pasaje de John Locke sobre la asociación de ideas (Essay Concerning Human Understanding, II, xxxiii) viene a modo de excurso, casi. Por supuesto, la idea de que las ideas se asocian en la mente debido a su asociación en la experiencia pasada es algo no incidental, sino completamente central a la psicología de Locke y a todos los presupuestos del empirismo. Pero en este capítulo, Locke no trata de la asociación de ideas sino como preámbulo o explicación a por qué la gente asocia ideas de manera distinta, conduciéndoles a errores de juicio, a doctrinas equivocadas, a manías, y dificultando así la comprensión y la claridad de pensamiento. No aparece la asociación por experiencia de ideas como algo positivo—hay que pensar que las asociaciones básicas y correctas de ideas para Locke son las que se dan por la propia naturaleza de las ideas, asociaciones basadas en la asociación de las cosas en la experiencia común. No las asociaciones de ideas debidas a los azares de su superposición o repetición en la experiencia particular.

Y sin embargo, a pesar de ese énfasis negativo, en este pasaje veo yo el precedente lejano de las actuales teorías de la mente que estudian la creación de redes neurales. Aparte de las redes que se crean también "por naturaleza", es decir, por codificación genética. Desde Ramón y Cajal, ya se especuló con el desarrollo de conexiones entre neuronas a consecuencia de su activación conjunta. Así, observa Ramón y Cajal que el crecimiento de las expansiones neuronales se produce gradualmente con el desarrollo del cerebro adulto, y que es "verosímil que semejante desarrollo se perfeccione en ciertos centros á impulsos del ejercicio, y, al contrario, se suspenda y aminore en las esferas cerebrales no cultivadas" (
Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, II.2, xlviii, 1151). 

Este tren de ideas terminaría dando en el principio según el cual "neurons that fire together wire together", o Ley de Hebb: que las neuronas que se activan conjuntamente desarrollan algún tipo de conexión que aumenta la eficacia de sus subsiguientes estímulos. Es un poquito más de lo que dijo Locke, o Ramón y Cajal.  Según Donald O. Hebb, cito de la Wikipedia,


"When an axon of cell A is near enough to excite cell B and repeatedly or persistently takes part in firing it, some growth process or metabolic change takes place in one or both cells such that A's efficiency, as one of the cells firing B, is increased.

This is often paraphrased as "Neurons that fire together wire together." It is commonly referred to as Hebb's Law.

The combination of neurons which could be grouped together as one processing unit, Hebb referred to as 'cell-assemblies'. And their combination of connections made up the ever-changing algorithm which dictated the brain's response to stimuli."

Antes de las conexiones entre las neuronas, estaban las conexiones recurrentes entre las ideas. (Y de ahí se desarrolló, quizá, como una dendrita que se estira, la conexión entre las neuronas...). Estos son los pasajes del Essay Concerning Human Understanding donde se centra más Locke en la experiencia y la fisiología de la asociación de ideas:


"5. Some of our ideas have a natural correspondence and connexion one with another; it is the office and excellency of our reason to trace these, and hold them together in that union and correspondence which is founded in their peculiar beings. Besides this, there is another connexion of ideas wholly owing to chance or custom: ideas, that in themselves are not at all of kin, come to be so united in some men's minds that it is very hard to separate them, they always keep company, and the one no sooner at any time comes into the understanding but its associate appears with it; and if they are more than two which are thus united, the whole gang, always inseparable, show themselves together." (336)
 


—Apunto aquí brevemente la falacia o defecto de este magnífico razonamiento, a saber, la ausencia de grises o transiciones. No parece Locke aquí caer en la cuenta de que las ideas, siendo objetos mentales, no tienen otra asociación que en la mente, y que por tanto las asociaciones entre ellas han de venir totalmente de la experiencia. (¡De lo contrario las nuevas ideas de Locke serían Ideas platónicas, y algo de hecho parecen tener de aquéllas!).  La pretendida asociación natural de las ideas no es otra que la de estar constantemente asociadas en las mentes, por la naturaleza de las mentes—y de los cuerpos en los cuales se asientan.  Otra manera de decirlo es que se comete aquí la falacia denunciada por los desconstructivistas, la del binarismo abyecto: un elemento del par binario es declarado marginal, secundario, accidental, etc.—pero el análisis podría mostrar cómo the difference between is the difference within, y las ideas asociadas "por su naturaleza" están asociadas por la naturaleza de su asociación, o por causa de las similitud entre la naturaleza y experiencia de los diversos seres humanos. En efecto, sigue Locke:


"6. This strong combination of ideas, not allied by nature, the mind makes in itself either voluntarily or by chance, and hence it comes in different men to be very different, according to their different inclinations, educations, interests, etc. Custom settles habits of thinking in the understanding, as well as of determining in the will, and of motions in the body: all which seem to be but trains of motion in the animal spirits, which, once set a-going, continue in the same steps thay have been used to; which, by often treading, are worn into a smooth path, and the motion in it becomes easy and, as it were, natural. As far as we can comprehend thinking, thus ideas seem to be produced in our minds; or, if they are not, this may serve to explain their following one another in an habitual train, when once they are put into that track,

(—tengo que hacer un inciso para recalcar que las metáforas ferroviarias de Locke no son tales, claro; está pensando más bien en caminos de mulas alisados por el constante uso. Pero tan adecuada es la metáfora que podría darle ideas adicionales a algún ingeniero, o a algún neurólogo).

as well as it does to explain such motions of the body. A musician used to any tune will find that, let it but once begin in his head, the ideas of the several notes of it will follow one another orderly in his understanding, without any care or attention, as regularly as his fingers move orderly over the keys of the organ to play out the tune he has begun, though his unattentive thoughts be elsewhere a-wandering. Whether the natural cause of these ideas, as well as of that regular dancing of his fingers, be the motion of his animal spirits, I will not determine, how probable soever, by this instance, it appears to be so; but this may help us a little to conceive of intellectual habits and of the tying together of ideas."

Y de aquí pasa Locke a tratar conexiones no necesarias de ideas, que por su firmeza parecen ser naturales, sin serlo. Me recuerda algo que decía su contemporánea Bathsua Makin, que "la costumbre tiene tal fuerza que se convierte en una segunda naturaleza". Y pasa Locke a advertir a los pensadores contra esta confusión entre las conexiones naturales e innatas de ideas (¿quién dijo que Locke no era también un innatista?) y las accidentales o no necesarias, que pueden llevar al juicio a error, como si de ídolos de los encarrilamientos mentales se tratara, por usar una expresión baconiana.

Observemos que buena parte de la psicología empirista de Locke, y más en concreto la noción de un train of ideas modulado por la experiencia, está influida por Hobbes, cuya propia doctrina de la asociación de ideas se encuentra formulada en el Leviathan (ver capítulo 3).

Último párrafo que pongo de Locke:


"7. That there are such associations of them made by custom in the minds of most men, I think nobody will question who has well considered himself or others; and to this, perhaps, might be justly attributed most of the sympathies and antipathies observable in men, which work as strongly and produce as regular effects as if they were natural; and are therefore called so, though they at first had no other original but the accidental connexion of two ideas, which either the strength of the first impressions or future indulgence so united that they always afterwards kept company together in that man's mind, as if they were but one idea. I say most of the antipathies, I do not say all: for some of them are truly natural, depend upon our original constitution, and are born with us; but a great part of those which are counted natural would have been known to be from unheeded, though perhaps early, impressions or wanton fancies at first, which would have been acknowledged the original of them, if they had been warily observed. A grown person surfeiting with honey no sooner hears the name of it, but his fancy immediately carries sickness and qualms to his stomack, and he cannot bear the very idea of it; other ideas of dislike and sickness and vomiting presently accompany it, and he is disturbed, but he knows from whence to date this weakness and can tell how he got this indisposition: had this happened to him by an overdose of honey when a child, all the same effects would have followed, but the cause would have been mistaken, and the antipathy counted natural." (337)

Esta diferencia en el grado de consciencia de las sensaciones me trae a la cabeza un interesante pasaje de Santiago Ramón y Cajal sobre la atención y el desarrollo de automatismos nerviosos—es decir, sobre el reverso de la moneda del "efecto de consciencia", podríamos decir, y sobre las bases neurales del propio efecto de consciencia. Entre Locke y Hebb estuvo, en efecto, Cajal, introduciendo sus propias conexiones de ideas y su propia teoría de la conexión neural— por ejemplo, el desarrollo de conexiones favorecidas por desarrollo diferenciado temporalmente de las vías centrales neurales y de las vías periféricas.


"No es nuestro ánimo exponer aquí las diversas teorías propuestas para explicar ese fenómeno de transformación de un acto consciente en inconsciente; seános lícito, sin embargo, indicar la conjetura que juzgamos más racional y armónica con los datos de la evolución ontogénica.
    Comencemos por afirmar, de acuerdo con muchos fisiólogos, que para que una excitación pueda llegar al campo de la consciencia, es condición indispensable que alcance cierta intensidad y además que en la corteza cerebral, teatro del fenómeno consciente, concurran ciertas condiciones físico-químicas todavía desconocidas que se traducen en lo dinámico por el despertar de la atención. Esto sentado, puede admitirse que, durante la época juvenil, es decir, antes del modelamiento definitivo de las arborizaciones nerviosas, las ramas colaterales sensitivo-motrices poseen un desarrollo relativamente limitado, marchando las corrientes de preferencia por los tallos ascendente y descendente, y alcanzando fácilmente el bulbo (ganglios de Goll y de Burdach) y la corteza cerebral á la que llegan con energía bastante para causar una reacción consciente. Mas, ulteriormente, y a consecuencia del ejercicio, las colaterales se hipertrofian á expensas de las terminales que permanecerán, en cuanto á grosor, más ó menos estacionarias; de donde se sigue que la excitación sensible, por su tendencia natural a propagarse en el sentido de la menor resistencia, fluirá ahora de preferencia por las colaterales. Por consiguiente, bajo un estímulo periférico moderado, al cerebro llegará solamente una corriente débil incapaz de provocar la sensación á menos que por los mecanismos puestos en juego por la atención, es decir, congestionando y aumentando la excitabilidad de la corteza gris no surja el hecho de consciencia y las consiguientes reacciones motrices intencionales. En otros términos: no es que la onda sensitiva ascendente sea en el adulto incapaz de provocar reacciones conscientes, sino que para determinarlas necesita, ó alcanzar intensidad mayor que en la edad juvenil, ó hallar la corteza cerebral convenientemente preparada para ello.
    Las preferencias de ruta á que aludimos, podrían todavía exagerarse merced á un superior desarrollo (por ramificación y estiramiento) de las arborizaciones protoplásmico-nerviosas, es decir, por un creciente aumento de la superficie de contacto de las neuronas constitutivas del arco excito-motor. (Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, I, xix, 456).

De aquí a Hebb hay un paso. También recalca Ramón y Cajal, en la línea de Haeckel, las similitudes entre la ontogénesis y la filogenia del desarrollo cerebral (hoy esto haría de Ramón y Cajal un evo-devo, es de suponer, o al menos lo llevaría a interesarse por este planteamiento—ver Textura II.2, xlvii, 1119). También hace Cajal una interesante observación sobre el desarrollo de redes neurales no sólo por multiplicación de conexiones, sino por muerte selectiva de las conexiones establecidas y no usadas. Especialmente interesante para el tema que nos ocupa, el del desarrollo de activaciones conjuntas entre neuronas. Asi, dice Ramón y Cajal,


"Nadie ignora que la obra de un pianista, de un orador, de un matemático, de un pensador, etc., resulta absolutamente inabordable para el hombre ineducado, cuya adaptación al nuevo trabajo (caso de que concurran en el sujeto circunstancias orgánicas favorables) es obra de muchos años de gimnasia mental y muscular. Para comprender este importante fenómeno se hace necesario admitir, además del refuerzo de las vías orgánicas preestablecidas, el establecimiento de otras nuevas, mediante la ramificación y crecimiento progresivo de las ramificaciones dendríticas y nerviosas terminales. En tal suposición, el talento adquirido (dejando a un lado lo relativo á la capacidad cerebral ó memoria orgánica, cuantía de neuronas y otras condiciones que deben influir también en el resultado), tendría por principal condición la presencia de centros conmemorativos primarios y secundarios provistos de enlaces múltiples y complicados entre órdenes ó pléyades neuronales poco ó nada relacionadas en los cerebros incultos. Por virtud de esta superior asociación, una excitación sensorial ligera, la contemplación de una idea, un estímulo, en fin, cualquiera incapaz de provocar en un cerebro ineducado sino asociaciones vulgares ó ilógicas, suscitaría en las cabezas fuertemente cultivadas é impresionables, combinaciones ideales inesperadas, que traducen esquemática, pero fielmente, relaciones positivas de la realidad exterior, y se condensan y expresan en fórmulas generales y fecundas.
      La citada hipótesis explicaría también: la memoria lógica, es decir, ese encadenamiento y subordinación ordenada de las adquisiciones, que no se logra sino tras largo esfuerzo de atención y reflexión, y mediante una nueva organización de los centros conmemorativos; así como la creación de sistemas arquitectónicos de ideas ó construcciones lógicas complicadas (sistemas ó credos filosóficos, religiosos y políticos).
      Las observaciones y argumentos que sirven de apoyo á esta hipótesis son:
      1º  Durante el desarrollo embrionario, las dendritas y ramificaciones nerviosas se extienden y ramifican progresivamente, poniéndose en contacto con un número cada vez mayor de neuronas (véase Histogénesis de la médula espinal, capítulo XXI, tomo I).
      2º  Es un hecho también que el ajuste definitivo de estas relaciones no se verifica sino después de algunos tanteos, advirtiéndose que antes de que las expansiones lleguen á su destino y creen articulaciones estables, desaparecen numerosas ramas accesorias, especie de asociaciones de ensayo cuya existencia prueba la gran movilidad inicial de las arborizaciones celulares." (Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados, II.2, xlviii, 1150-51).

En línea con estas reflexiones, hubiera sido interesante para Ramón y Cajal, sin duda, conocer la teoría de la encefalización por neotenia, y lo que pueda aportar a la interpretación de la mayor conectividad del cerebro humano. ¿Estará la conectividad del cerebro humano comparativamente 'infantilizada', en el sentido de tener una flexibilidad o capacidad de ramificación neural que correspondería a una fase 'juvenilizada' de la anatomía neural de los primates?

Pero entre Locke y Cajal me he saltado otro—bueno, muchos me habré saltado, pero tengo uno en especial en mente. Se trata de Herbert Spencer, y su aplicación de principios físicos básicos para explicar el desarrollo de vías de información neural—vías fisiológicas, como también aplica el mismo principio al establecimiento de todo tipo de vías.


Este razonamiento de Herbert Spencer al respecto de las redes neurales sigue la ley del mínimo esfuerzo. No es una crítica que le hago: es el principio básico mediante el que Spencer concibe la actuación de la Fuerza que genera la realidad, y la generación de complejidades locales y circulación ordenada de energía en cuerpos (tanto vivos como no vivos). Esto viene de First Principles, del capítulo donde Spencer explica la dirección del movimiento y su ordenación: a nivel de física básica, de cosmología y astronomía, de geología, de biología y de economía y comunicaciones. Por supuesto que Spencer no inventó ni descubrió la ley del mínimo esfuerzo, pero la aplicó con un talento sin precedentes. Aquí la aplica a la génesis de un sistema nervioso, por hábito, costumbre, o asociación recurrente (como digo, está entre Locke y Ramón y Cajal):


"A stimulation implies a force added to, or evolved in, that part of the organism which is its seat; while a mechanical movement implies an expenditure or loss of force in that part of the organism which is its seat: implying some tension of molecular state between the two localities. Hence if, in the life of a minute animal, there are circumstances involving that a stimulation in one particular place is habitually followed by a contraction in another particular place—if there is thus a repeated motion through some line of least resistance between those places; what must be the result as respects the line? If this line—this channel—is affected by the discharge–if the obstructive action of the tissues traversed, involves any reaction upon them, deducting from their obstructive power; then a subsequent motion between these two points will meet with less resistance along this channel than the previous motion met with, and will consequently take this channel still more decidedly. Every repetition will further diminish the resistance offered; and thus will gradually be formed a permanent line of communication, differing greatly from the surrounding tissue in respect of the ease with which force traverses it. Hence in small creatures may result rudimentary nervous connexions." (First Principles 211-212)

Y pasa Spencer a detallar los "aspectos positivos" de estos hábitos, en la creación de complejidad, aspectos que se intuían en el razonamiento de Locke, aunque éste se centraba más bien en los obstáculos al razonamiento impuestos por estas asociaciones de ideas. La tradición empirista en la que se asienta Spencer queda, ciertamente, clarísima:


"Only an adumbration of nervous processes thus hinted as conforming to the general law, is here possible. But the effects of associations between impressions and motions as seen in habits, all yield illustrations. In knitting, in reading aloud, in the performance of the skilled pianist who talks while he plays, we have examples of the way in which channels of nervous communication are eventually made so permeable by perpetual discharges along them as to bring about a state almost automatic or reflex: illustrating at once the fact that molecular motion follows lines of least resistance, and the fact that motion along such lines, by diminishing the resistance, further facilitates the motion." (212)

Más adelante formula Spencer unos principios asociativos que tienden un puente entre Locke y Ramón y Cajal. En su capítulo de First Principles sobre la equilibración de las fuerzas y la génesis de sistemas, intenta formular una teoría "energética" de los sistemas morales y de las modalidades de comportamiento:


"Al igual que el repetir la asociación entre dos ideas facilita la excitación de una por parte de la otra, del mismo modo cada descarga de sentimientos en forma de acciones vuelve más fácil una descarga subsiguiente de tales sentimientos en tales acciones" (456).


Y habla Spencer, como Locke, de la asociación entre estados de ánimo, psicosomaticidades, etc. Todo basado en el principio de que no solo ideas that fire together wire together, sino también que matter that fires together wires together. La conexión neuronal, materia que crea idea, es sólo un paso intermedio en este razonamiento que va del empirismo de Locke a la neurología moderna.

Aún iría yo un poco más allá, siguendo con Spencer hacia la génesis de las cosas, o vendría un poco más acá—al establecimiento de redes neurales en la World Wide Web, y más en concreto en noosferas, blogosferas y redes sociales. Pero es tarde, y el cerebro pide sueño, también.




______

PS: en abril de 2012 se publica más información sobre cómo las neuronas responden a la activación repetida, extendiendo dendritas: evidencia visual sobre cómo la práctica cambia el cableado del cerebro. Ver este blog de Scientific American sobre una investigación del equipo de Yi Zuo, de la Universidad de California.








 
 
—oOo—






Stella



Penelope Devereux, great granddaughter of Mary Boleyn.


Loving in truth, and faine in verse my love to show
   That she (deare she) might take some pleasure of my paine:
   Pleasure might cause her reade, reading might make her know,
   Knowledge might pitie winne, and pitie grace obtaine,
I sought fit words to paint the blackest face of woe,
   Studying inventions fine, her wits to entertaine:
   Oft turning others leaves, to see if thence would flow
   Some fresh and fruitfull showers upon my sunne-burn'd braine.

But words came halting forth, wanting Inventions stay,
   Invention Natures child fled step-dame Studies blowes,
   And others feete still seem'd but strangers in my way.
Thus great with child to speake, and helplesse in my throwes
   Biting my trewand pen, beating my selfe for spite,
   Foole, said my Muse to me, looke in thy heart and write.

(Sir Philip Sidney, Astrophil and Stella, 1)


Y la historia de Stella. Cito del blog de Lisby1, de donde viene su retrato:

Penelope Rich, Lady Rich, later styled Penelope Blount, Countess of Devonshire (1562 – 7 July 1607) was an English noblewoman. She was the sister of Robert Devereux, 2nd Earl of Essex and is traditionally thought to be the inspiration for "Stella" of Sir Philip Sidney's Astrophel and Stella sonnet sequence (published posthumously in 1591). She married Robert Rich, 3rd Baron Rich (later 1st Earl of Warwick) and had a public liaison with Charles Blount, Baron Mountjoy, (later first Earl of Devonshire), whom she married in an unlicensed ceremony following her divorce from Rich. She died in 1607.

Born Penelope Devereux, she was the elder daughter of Walter Devereux, 2nd Viscount Hereford, later 1st Earl of Essex and Lettice Knollys, daughter of Sir Francis Knollys and Catherine Carey, and sister of William Knollys, later 1st Earl of Banbury. Catherine Carey was the daughter of Lady Mary Boleyn by either her husband Sir William Carey, Gentleman of the Privy Chamber, or her lover King Henry VIII.

Her father was created Earl of Essex in 1572. Penelope was a child of fourteen when Sir Philip Sidney accompanied her distant cousin Queen Elizabeth on a visit to Lady Essex in 1576, on her way from Kenilworth, and must have been frequently thrown into the society of Sidney, in consequence of the many ties between the two families. Essex died at Dublin in September 1576. He had sent a message to Philip Sidney from his death-bed expressing his desire that he should marry his daughter, and later his secretary wrote to the young man's father, Sir Henry Sidney, in words which seem to point to the existence of a very definite understanding.

Penelope's brother, Robert, Viscount Hereford, inherited the Earldom of Essex on their father's death in 1576, and Penelope, her sister Dorothy, and younger brother Walter were entrusted to the guardianship of their kinsman Henry Hastings, 3rd Earl of Huntingdon. In 1578 their widowed mother married the Queen's favourite, Robert Dudley, Earl of Leicester. Perhaps the marriage of Lady Essex with the earl of Leicester, which destroyed Philip Sidney's prospects as his uncle Leicester's heir, had something to do with the breaking off of the proposed match with Penelope. In January 1581 Penelope arrived at court accompanied by her guardian's wife Catherine, Countess of Huntingdon, who was Leicester's sister and Sidney's aunt. In March 1581 Huntingdon as her guardian secured the queen's assent through Lord Burghley, Master of the Court of Wards, for her marriage with Robert Rich, 3rd Baron Rich (later 1st Earl of Warwick). Penelope is said to have protested in vain against the alliance with Rich.

Penelope's children by Robert Rich were:

* Robert Rich (1587-1658), later 2nd Earl of Warwick
* Henry Rich (1590-1649), later 1st Earl of Holland
* Sir Charles Rich (d. 1627), died unmarried and without issue
* Lettice Rich (d. 1619), married firstly Sir George Carey and secondly Sir Arthur Lake
* Penelope Rich, married Sir Gervase Clifton
* Essex Rich, married Sir Thomas Cheeke
* Isabel Rich, married Sir John Smith

Penelope Rich was considered one of the beauties of Elizabeth's court. She was golden-haired with dark eyes, a gifted singer and dancer, fluent in French, Italian, and Spanish.

Penelope is traditionally thought to have inspired Philip Sidney's sonnet sequence Astrophel and Stella (sometimes spelled Astrophil and Stella). Likely composed in the 1580s, it is the first of the famous English sonnet sequences, and contains 108 sonnets and 11 songs. Many of the poems were circulated in manuscript form before the first edition was printed by Thomas Newman in 1591, five years after Sidney's death.

Whether Sidney fell passionately in love with Penelope in the years between her arrival at court in 1581 and his own marriage in 1583, or whether the "Stella" sonnets were courtly amusements reflecting fashionable poetic conceits may never been known. In her essay "Sidney, Stella, and Lady Rich", Katherine Duncan-Jones writes:

"No one since 1935 has seriously doubted that Sidney intended the first readers of Astropil and Stella, whoever they may have been, to link "Stella" with Lady Rich. The exact nature of Sidney's relationship with the famous beauty is another and much more ticklish matter ..."

Sidney died of wounds received at the Battle of Zutphen in 1586. In 1590, Penelope's brother Essex married Sidney's widow Frances, daughter of Sir Francis Walsingham, and Lady Rich was much cultivated by poets and musicians during her brother's ascendancy at court in the 1590s.

The minor poet Richard Barnfield dedicated his first work, The Affectionate Shepherd, published anonymously in November 1594, to Penelope Rich. Bartholomew Yong dedicated his translation of Jorge de Montemayor's Diana (1598) to her; and sonnets are addressed to her by John Davies of Hereford and (to her portrait by Nicholas Hilliard) by Henry Constable.

The queen's miniaturist Nicholas Hilliard is known to have painted two miniatures of Lady Rich, in 1589 and 1590 respectively. One was given to James VI of Scotland (later James I of England) and the other to the French ambassador. A miniature in the Royal Collection (above) may be one of these.

Charles Tessier dedicated his book of part-songs in French and Italian, Le premier livre de chansons, to "Madame Riche", commending (in Italian) her musical judgement, and John Dowland composed "My Lady Rich's Galliard" in her honour.

Penelope's marriage to Rich was unhappy and by 1595, she had begun a secret affair with Charles Blount, Baron Mountjoy. Lord Rich took no action during the lifetime of Penelope's brother, the powerful Earl of Essex, who had become the aging queen's favourite in the years after the death of Leicester in 1588.

But Penelope was tainted by association with her brother's plotting, and after Essex's execution for treason in 1601, Lord Rich had Penelope and her children by Mountjoy cast out. Lady Rich moved in with her lover, and the couple began a very public relationship. Mountjoy was created earl of Devonshire on the accession of James I, and Lady Rich was in high favour at court. She was among the ladies who escorted Anne of Denmark on her entry to London in 1603 and served Anne as a Lady of the Bedchamber. She danced as the nymph Ocyte in Ben Jonson's Masque of Blackness on Twelfth Night 1605.

In 1605, Rich sued for a divorce, and Penelope wanted to marry Blount and legitimise their children. In the divorce proceedings, she publicly admitted to adultery. The divorce was granted, but the requests to remarry and legitimise her children were refused. She married Blount in a private ceremony conducted by his chaplain, William Laud, afterwards Archbishop of Canterbury, on 26 December 1605 at Wanstead House in London. This proceeding, carried out in defiance of canon law, was followed by the disgrace of both parties, who were banished from court by King James. The couple continued to live together as husband and wife with their children until his death a few months later. Blount died on 3 April 1606 and Penelope on 7 July 1607.

Penelope's illegitimate children acknowledged by Charles Blount were:

* Mountjoy Blount (1597-1663), later 1st Earl of Newport
* Elizabeth Blount
* John Blount
* Ruth Blount (d. 1690), married Christopher Tilghman


 
 
—oOo—



Mi fotoblog

Mi fotoblog
se puede ver haciendo clic en la foto ésta de Termineitor. Y hay más enlaces a cosas mías al pie de esta página.