domingo, 9 de enero de 2011

La llave de Sarah



Recomiendo no perderse esta película, en especial a quien le gusten las películas de judíos perseguidos y de nazis—más en concreto el tipo de público al que le gustó La decisión de Sophie, con la que tiene algunos puntos estructurales de contacto. O, por traer la cosa más cerca, a quien le gustase Il y a longtemps que je t'aime, de Philippe Claudel, que no es de nazis pero sí de secretos y culpas del pasado enterrados largo tiempo. Y que es otra película francesa reciente que también recomiendo mucho. Por cierto que en las dos hacen papeles memorables tanto Frédéric Pierrot como Kristin Scott-Thomas.

Aquí siguen muchos spoilers, no suelo avisar yo de estas cosas. En IMDb hay más datos sobre esta película, llamada allí Her name was Sarah.

Tiene mucho mérito la película al retratar el colaboracionismo y antisemitismo francés, con ocasión del episodio del Velódromo de Invierno, de París, en el que miles de judíos fueron hacinados tras una redada por los barrios parisinos en el verano de 1942, y fueron deportados luego a los campos de exterminio. Todo a cargo de la policía francesa, a las órdenes de los nazis.

La película se origina en torno a dos personas que ocupan sucesivamente el mismo piso del barrio del Marais—Sarah Starzinsky, una niña, es apresada allí con sus padres—pero antes de salir deja a su hermanito Michel escondido en el armario y lo encierra con llave, diciéndole que volverá, que espere...

El piso es ocupado desde ese verano por la familia Tezac, y muchos años más tarde, la protagonista de la película, Julia Armond (Kristin Scott Thomas) va a trasladarse a él, con su marido Bertrand Tezac (Pierrot), hijo de los viejos ocupantes. Pero Julia está escribiendo un artículo sobre los judíos deportados de París, y decide investigar qué pasó para que ese piso quedase libre en el verano del 42.  Descubre Julia un esqueleto en el armario de la familia, por así decirlo.  Sarah consiguió escaparse del campo, y consiguió volver con su llave a colarse en el piso y abrir la puerta a su hermanito—pero lo encontró allí muerto, y de eso fueron testigos el abuelo de Bertrand y su padre. Éste le cuenta a Julia lo que sabe, un secreto bien guardado, del cual Bertrand no sabía nada. La película alterna entre la historia de Sarah y la de Julia, sacando poco a poco a la luz los años ocultos.

Julia investiga, 
y descubre en los archivos, entre tantos y tantos muertos con nombres, apellidos y fotos, la constancia de la muerte de los padres de Sarah, en los campos nazis. Pero Sarah no consta; ha desaparecido. Tras las revelaciones de su suegro, descubre Julia que Sarah estuvo unos años en el campo con una familia que la había recogido tras su fuga, pero luego se fue a América. Allí le sigue la pista Julia,  y acaba descubriendo más cosas—que Sarah se casó allí y que se suicidó poco después de tener un hijo. Su familia americana no sabía nada de su pasado europeo. También localiza al hijo, para quien todo era secreto—ni idea de su identidad judía oculta, pues Sarah temía las persecuciones. Algún trauma mal asumido la llevó a suicidarse—posiblemente la angustia que siente por la muerte de su hermanito.  Trae a la vida a un niño, y luego se suicida, inexplicablemente, como Primo Levi, una más de los salvados ahogados.

Al principio el hijo de Sarah, William, no quiere saber nada de esta historia que le descubre un secreto de familia doloroso, y le vuelve irreconocible a su madre. Son cosas que pasan—a veces la gente más próxima arrastra estos secretos, y nos da sorpresas póstumas.  Hay que reescribir la historia recibida, como decía Oscar Wilde—es un deber. Con el tiempo comprenderá mejor William su propia historia, y se reconciliará con Julia, a quien había despachado con malos modos. Quizá incluso acaban juntos como pareja.

Porque aquí interviene la otra línea argumental de la película: la crisis matrimonial de Julia. Tras muchos años de intentar tener un niño con Bertrand, se ha quedado embarazada—y éste no lo quiere. De hecho, la presiona para que aborte. Y a punto está Julia de hacerlo, por él, porque ella sí quiere tener el niño... (cosas que hace la gente, también, incluso gente supuestamente inteligente). Pero se interfiere la otra historia, y sale corriendo de la clínica abortiva. Y tendrá a su niña, y se separará de Bertrand. La niña se llamará Sarah.

La película es una soterrada polémica contra el aborto. Es la convergencia entre las persecuciones judías y la práctica del aborto gratuito donde se apoyan tanto el argumento como el simbolismo de la película. Establece un paralelismo, en su doble línea argumental, entre la chocante indiferencia de los parisinos a la persecución y exterminio de los judíos, y la indiferencia y falta de sensibilidad de todos los civilizados occidentales que rodean a Julia, frente a la cuestión del aborto. Julia paseándose entre las fotos de los judíos exterminados también se está paseando en cierto modo entre las fotos de quienes podrían haber nacido y no lo hicieron por decisión de los que habrían sido sus padres. La lista de judíos masacrados no es más larga que la lista potencial de bebés que fueron abortados.  Hay una continuidad en la ceguera selectiva y en la aceptación cotidiana de la crueldad—muchas personas viven esto con angustia y ven en la cultura del aborto contemporánea una "cultura de la muerte" con más analogías de las deseables con otros exterminios industriales masivos del siglo XX.
(No nos centraremos ahora en las diferencias que por supuesto también hay).




Y analogías hay —la película las señala de modo no insistente sino más bien indirecto y simbólico. Lo que da fuerza a Sarah para huir del campo y vivir es la llave que tiene, la que sacará a su hermanito del armario donde lo ha encerrado—a la vez un útero acogedor y protector, y una tumba que le espera sin él saberlo. La existencia de su propio hijo, William, quizá se deba al recuerdo traumático de ese pequeño tío suyo, Michel, del cual nada sabía. Sarah se quita la vida cuando William tenía aproximadamente la edad de Michel—quizá demasiado hastiada de responsabilidades, o abrumada sin más por un profundo trauma. Y la historia de Sarah, al entrecruzarse subliminalmente con la del embarazo de Julia, hará que ésta tome la decisión de seguir por su cuenta y marcar distancias con respecto a un marido que la quiere hacer abortar. Julia consigue hacer salir del armario de su vientre a la pequeña víctima simbólica. A la niña que nace le pone de nombre Sarah, en homenaje consciente a la pequeña superviviente.  La película propone que con la salida a la luz de los secretos ocultos el trauma se supera, y se puede seguir adelante, siendo conscientes del peso de la historia pero también liberados en parte de él. Bertrand era partidario de enterrar los secretos de familia; Julia prefiere enfrentarse a ellos, aunque las consecuencias sean desagradables. Asumir las responsabilidades del pasado a veces requiere reorganizar el presente, y tomar una dirección que quizá nos transforme y nos haga ver las cosas de otra manera, y nos separe de la gente a la que queríamos. Entretanto, han quedado víctimas por el camino.





Her Name Was Sarah. (La llave de Sarah).
Dir. Gilles Paquet-Brenner. Screenplay by Gilles Paquet-Brenner and Serge Joncour, based on Tatiana de Rosnay's novel Elle s'appelait Sarah. Cast: Kristin Scott Thomas (Julia Armond), Mélusine Mayance (Sarah Starzynki), Niels Arestrup (Jules Dufaure), Frédéric Pierrot (Bertrand Tezac), Michel Duchaussoy (Édouard Tezac), Dominique Frot (Geneviève Dufaure), Gisèle Casadesus (Mamé), Aidan Quinn (William Rainsferd), Natasha Mashkevich (Mme. Starzinski), Arben Bajraktaraj (M. Starzinski), Sarah Ber (Rachel), Karina Hin (Zoe Tezac), James Gerard (Mike Bambers), Charlotte Poutrel (Sarah jeune femme). Music by Max Richter. Cinemat. Pascal Ridao. Ed. Hervé Schneid. Prod. des. Françoise Dupertuis. Exec. Prod. Gaetan Rousseau. Prod. Stéphane Marsil. France: Hugo Productions – Studio 37 – TF1- France 2 (…), 2010.*


 
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1 comentario:

  1. Pienso que esta película es para "estomagos preparados"-mentes preparadas (gracias a ti me entero de esta producción europea ante tanto "colonialismo yanki", superficial y lovotomizante...aberrante (aunque luego nos vendan "sus intelectualidades films", pernadas)

    La analogía del film es cruda de narices
    Para mi gusto pelín retorcido
    No es lo mismo no haber nacido que disfrutar de la vida y que te la arrebaten (la única acción similar es que son acciones humanas)
    ¿ Y los abortos expontáneos ?
    Analogia : La naturaleza
    Como los que se mueren en desastres naturales...

    De todas fromas cansa y mucho la supuesta soterrado reivindicacion-denuncia del holacausto judio cuando en Siberia hubo otro(Gulag) y en este Siglo XX(mitad-finales) se ha ido repitiendo en diferentes lugares del Mundo-Planeta...
    Se corre el riesgo de empezar a trazar élites humanas...
    Las indiferencias del mundo occidental son continuas...¿ o es que no pasó nada en los Balcanes en los años90 ?
    Todos somos uno, Uno todos, no ?

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